Si los tucumanos quisieran conocer si los niveles de contaminación del aire que respiran en las calles están dentro de lo aceptable, hoy pueden encontrar respuesta. Hay una aplicación para descargar en el celular o que se puede ver desde la computadora, que mide la calidad del aire en 25 estaciones automáticas, dispersas en distintos puntos de la provincia.
El proyecto que ayuda a “democratizar” el monitoreo de la calidad del aire es pionero en el país. La iniciativa se llama “Respira para cambiar” (“Breathe2Change”). Fue premiada a nivel mundial por la fundación Humboldt, de Alemania. En nuestra provincia, se llevó a cabo con personal del Conicet NOA Sur. Para ello se montó un laboratorio de estudios atmosféricos en el Inquinoa (Conicet-UNT) y otro en la Dirección de Monitoreo y Laboratorio Ambiental.
“Buscamos datos que nos revelen las causas de la contaminación del aire y exploramos soluciones para revertir sus consecuencias”, dice en su página web el proyecto, al que puede acceder cualquier tucumano. En este mapa, se pueden encontrar los números de las distintas estaciones de monitoreo. Las esferas tienen los colores del semáforo y transmiten la información de la cantidad de Material Particulado (PM) en el ambiente.
Estas partículas, aunque no podamos verlas, vienen en muchos tamaños y formas, y pueden estar integradas por cientos de diferentes químicos. El PM, generado por el uso de combustibles en sectores como el transporte, la energía, los hogares, la industria y la agricultura, puede inhalarse y provocar problemas en el organismo de las personas. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido que el límite seguro es de hasta 15 PM.
Facundo Reynoso Posse, biotecnólogo e investigador, perteneciente al Laboratorio de Estudios Atmosférico (LEA), explica que en días lluviosos seguramente encontraremos en la aplicación valores inferiores a 15 PM. Como consecuencia de las precipitaciones, hay menos material particulado suspendido en el aire.
De todas formas, ayer por ejemplo había dos localidades (Lules y Monteros) en amarillo porque estaban al límite. Al respecto, Reynoso Posse hace una aclaración: “no significa que si en un momento determinado estoy respirando más material particulado de lo permitido me voy a morir o a enfermar. Cómo me afecte la calidad del aire no depende solamente de la concentración de PM en una hora del día, sino principalmente de la cantidad de tiempo de exposición que tengo a esos contaminantes”, señaló.
Sensores de bajo costo
Según detalló, los medidores de calidad de aire que se colocaron en Tucumán son sensores de bajo costo que generan datos con validez científica, ya que detrás de este trabajo hay un equipo de científicos especializados para llevar adelante el análisis de la información recabada.
¿Para qué sirve tener datos en tiempo real sobre la calidad de aire de Tucumán? Saber si tenemos un ambiente contaminado puede ayudar a impulsar e implementar políticas públicas e iniciativas privadas de cambio, señaló.
Si no sabés cuán malo es el aire, no tenés las herramientas para solucionarlo, explicó el profesional, y admitió que lo ideal sería ampliar la cantidad de equipos que hay en la provincia y tener entre 500 y 600 sensores. Además de medir el material particulado, lo ideal es también individualizar qué contamina el aire.
Rodrigo Gibilisco, miembro de la Fundación Humboldt y participante del proyecto, consideró que hay que comenzar a unificar esfuerzos: “ocuparse” de la contaminación del aire es una inversión para el futuro.
El PM son partículas 70 veces más pequeñas que el diámetro de un pelo. Las personas las aspiran y son más propensas a sufrir enfermedades respiratorias, cardiovasculares y cognitivas. Según datos de la OMS, cada año se producen siete millones de muertes debido a la contaminación del aire.
Tucumán -según los investigadores- es una de las provincias más afectadas por la quema de biomasa a cielo abierto. De acuerdo a la evaluación de lo que llevan midiendo los sensores, desde marzo y hasta agosto son los meses en que la calidad de aire se ve más perjudicada en nuestra provincia. Coinciden varios aspectos: hay pocas lluvias, hay producción industrial y se repiten las quemas de pastizales, de campos y de basura. Además, geográficamente estamos abrazados a un cordón montañoso, que evita la libre circulación de vientos, detallaron.
Proyectos
Los datos generados hasta ahora llevaron a tomar algunas acciones por parte del proyecto Breathe2Change: lo primero que idearon es un plan de forestación, lo cual permitirá disminuir la cantidad de PM en el aire. “Con esto demostramos cuál es el camino: salir de la queja y ponerse en acción; es lo que realmente hace la diferencia”, apuntó Reynoso Posse.
Para el profesional, un punto fundamental que también ayudaría a mejorar la calidad del aire es terminar con la cultura de la quema. “Es una práctica muy arcaica que no hace más que perjudicar la salud de la gente. También terminar con los microbasurales”, aconsejó.
El primer paso ya está dado: ahora sabemos en tiempo real qué pasa con el aire tucumano. La idea, según adelantaron, es crear una red de trabajo a nivel nacional e internacional con organismos científicos. Con los datos en mano, de ahora en más los tucumanos podemos chequear y reclamar por el derecho que tenemos a respirar en un ambiente saludable.
Investigan cómo afecta la polución a los chicos en las escuelas
“Tucumán es una provincia con mucha actividad agroindustrial y esto genera contaminación ambiental. A diferencia del agua o de otros recursos, el aire no se puede limpiar. Lo único que podemos hacer es contrarrestar la polución. Y esto es fundamental porque hoy la quinta parte de las enfermedades se originan en temas ambientales. En nuestra provincia, el tema de las quemas sigue siendo un gran problema para la salud”, sostuvo el neumonólogo Héctor Hugo Altieri.
Según explicó, la polución no solo afecta las vías respiratorias de la población. También puede causar a largo plazo problemas cardiovasculares o cognitivos y hasta partos prematuros.
Aunque esto se sabe, en Tucumán no hay muchas investigaciones específicas sobre la incidencia de la contaminación en la salud. Por eso Altieri presentó el proyecto “Prevalencia de síntomas respiratorios y oculares en niños y niñas de distintas zonas de Tucumán en relación con la contaminación ambiental y las estaciones del año”. La inciativa fue seleccionada en la Convocatoria Salud Investiga 2022-2023. Para esto se colocaron algunos sensores de polución en escuelas de la provincia.