Nuevas claves del "acarreo" en las elecciones: choferes que se camuflaron y servicio a bordo de motos

Nuevas claves del "acarreo" en las elecciones: choferes que se camuflaron y servicio a bordo de motos

En las puertas de las escuelas las motocicletas fueron las grandes protagonistas.

FOTO LA GACETA / Inés Quinteros Orio. FOTO LA GACETA / Inés Quinteros Orio.

El traslado de votantes fomentado por sectores políticos es un oficio fácilmente detectable el día de elecciones. Los vehículos, que hasta los últimos comicios aparecían detenidos frente a las escuelas con leyendas o logos distintivos, fueron camuflándose para evitar ser sancionados. Este servicio clandestino fue mutando: los choferes de autos intentaron pasar desapercibidos mientras que las motos ganaron protagonismo en el este de Tucumán.

En la previa a las elecciones generales presidenciales, la Junta Electoral Nacional (JEN) de Tucumán dispuso una restricción con el fin de evitar los “movilizadores”. Hubo reuniones con los apoderados legales de los partidos políticos de la provincia en los cuales las autoridades judiciales les remarcaron que el acarreo de votantes es un delito y que en estos comicios el control sería mayor. “En principio, se va a proceder al secuestro del vehículo. No amerita la detención de la persona, pero sí un proceso penal en su contra, y todo lo que ello trae consigo”, añadió el camarista federal Ricardo Sanjuan, presidente de la JEN de la provincia.

En el Este tucumano

En las puertas de las escuelas las motocicletas fueron las grandes protagonistas. Se había anunciado que se solicitaría a los conductores que no detuvieran sus autos frente a las instituciones, porque las entradas debían quedar descubiertas. En ese contexto, muchos choferes se fueron acomodando en las cuadras anteriores, posteriores y en inmediaciones. Las motos, en cambio, tuvieron luz verde para poder detenerse en la misma cuadra y fueron amontonándose. No se descarta que el cambio de vehículo haya sido –en algunos casos- un nuevo modo de acarreo de votantes.  

En las inmediaciones los conductores estacionaban sus autos y bajaban a esperar. En algunos casos se trataba de taxistas, pero en su mayoría eran choferes de vehículos particulares. “Lo que pasa es que también es un servicio. Los taxistas trabajamos bien en días así, pero no todo el mundo puede pagar un viaje”, sintetizó Manuel González, un chofer que esperaba a unas clientas afuera de la escuela Media Los Gutiérrez. “se sabe que los colectivos hoy circulan gratis, pero el tema es que los ómnibus no llegan a todos lados y, además, pasan con mucha menos frecuencia. Realmente si no fuera porque les ponen un auto a disposición habría gente que no iría a votar”, agregó. Por otra parte, otro chofer, que no quiso identificarse, sostuvo que a los conductores “les estaban pagando entre $ 10.000 y $ 15.000 por los traslados, según el acuerdo al que llegan con algún dirigente”.

La estrategia del “camuflaje” se repitió en inmediaciones del Instituto Privado Rivadavia (Alderetes) y en las escuelas Juan Crisóstomo Méndez, Comercio y Niñas de Oyohuma, las tres de Banda del Río Salí. En cambio en Lastenia, en la escuela Arturo Jauretche, los conductores debieron buscar alternativas porque era complicado estacionar un auto en la estrecha calle doble mano donde se ubica la institución educativa.  

Por otra parte, no faltaron los descuidados, o bien desprevenidos, que igualmente circularon con los carteles distintivos en sus parabrisas. Es el caso de un auto Fiat que anunciaba “O.J” y “Rubén Mansilla”. El mismo vehículo exhibía una calcomanía con la imagen del gobernador Juan Manzur, su sucesor electo Osvaldo Jaldo y del intendente Darío Monteros. Algunos taxis de Banda del Río Salí circulaban con la misma calco. En la ciudad de Alderetes también hubo “autos marcados”, es el caso de un Toyota rojo que mostraba el cartel “GAS” en el vidrio frontal y el de un Chevrolet Corsa con el anuncio: “Luis - Jorge”.

Cartel del oficialismo

En el este de la capital se dio otra circunstancia que generó polémica entre los votantes. En el arco de entrada a la facultad de Filosofía y Letras, donde hubo seis aulas habilitadas para los comicios, había posters pegados del candidato oficialista Sergio Massa. “No es correcto que esté ahí”, cuestionaron algunos vecinos que se acercaron a sufragar, sin embargo en horas de la mañana el reclamo no habría llegado más lejos que hasta los presidentes de mesa.

“Nosotros nos encargamos de la parte interna, la parte externa excede a nosotros. Nos hemos encargado de quitar todos los carteles de los candidatos que había dentro en los pasillos y las aulas. De todas maneras, si surge algún reclamo nos encargaremos de sacar también esos carteles”, explicó Alfredo Lanziotti, el delegado que estuvo a cargo de la votación en la facultad del parque. Para el mediodía los carteles ya habían sido quitados.

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