Va con su paquete de pañuelos a todos lados. Para Inés Martínez, de 31 años, la primavera es sinónimo de estornudos, nariz roja y ojos llorosos. Cuando era chica le diagnosticaron asma. Hace algunos años empezó a sufrir rinitis alérgica, una de las formas más comunes de la alergia, que produce inflamación de la mucosa nasal. Generalmente, según cuenta, puede ser desencadenada por el polen de plantas y árboles. También puede surgir por el polvo doméstico o por pelos de animales.
La alergia es una enfermedad que afecta a más del 30% de la población, de acuerdo a las cifras de la Organización Mundial de la Alergia. Los casos de rinitis y asma, y también las alergias alimentarias y dermatitis, están aumentando cada vez más. Algunas teorías sugieren que la creciente polución ambiental, los cambios en los estilos de vida y una mayor susceptibilidad de las personas al medio están favoreciendo a que haya cada vez más afectados que padecen esta patología.
Se calcula que para 2050, la mitad de la población será alérgica. Y otro de los inconvenientes es que estamos ante una enfermedad que se diagnostica poco y se trata menos o de manera inadecuada, según coinciden los médicos. La alergia es una reacción exagerada del organismo ante una sustancia que reconoce como extraña y dañina desencadenando una serie de síntomas característicos denominados como “reacción alérgica”.
Ante la presencia del agente extraño, el organismo genera anticuerpos que producen liberación de histamina, la cual provoca los síntomas presentes en las alergias. Estas reacciones pueden quedar limitadas a una pequeña área del cuerpo o afectarlo sistémicamente, explica la doctora Valeria El Haj.
Según describe, entre las reacciones alérgicas más preocupantes se encuentran la crisis de broncoespasmo, causada por una inflamación de las vías respiratorias pequeñas, y la anafilaxia, una reacción alérgica grave que afecta a todo el organismo y que requiere atención médica urgente. “Las más comunes son la conjuntivitis, la rinitis y la urticaria o dermatitis”, detalla la profesional.
Las causas
El asesor de Enfermedades Respiratorias del Ministerio de Salud de la Provincia, Ernesto José Ways, coincidió en que el aumento de las alergias y de las patologías respiratorias en general es en gran parte el resultado de las modificaciones ambientales, en lo que incluye los cambios atmosféricos y también la contaminación.
Sostuvo que, si bien hay un incremento en las consultas, no todo es alergia. Y que es un error pensar que en esta época del año tener tos, estornudos y mucosidad significa alergia. “Es cierto que algunas personas tienen una marca que las predispone estacionalmente a sufrir esta patología. Pero también hay muchas otras enfermedades posibles. Hay otros virus dando vueltas; por ejemplo, rinovirus y parainfluenza que están causando similares síntomas, especialmente muchos cuadros de tos”, apunta, y añade que por eso es importante la consulta a un profesional.
“Hoy lo que se está viendo es mucha automedicación. La gente piensa que es alergia y va a la farmacia a buscar un remedio”, señala. Y añade que los tucumanos nos tendremos que acostumbrar a convivir con muchas patologías: ante un cuadro febril son muchas las posibilidades, hasta dengue, sostiene.
Por otro lado, según Ways, desde hace un tiempo -aproximadamente 10 años- se están atendiendo cada vez más casos de lo que se conoce como “SBOR”, que es un síndrome que se caracteriza por la aparición de tres o más episodios de síndrome bronquial obstructivo (SBO) al año en un menor de tres años.
“De esos casos estamos viendo en una cantidad que es superior a la media normal. La prevalencia en Tucumán es que uno de cada tres niños sufre una crisis obstructiva. Esta situación se acrecentó mucho. Es algo muy vinculado a la situación ambiental”, remarca.
Un combo especial
El doctor Gustavo Cassera, otorrinolaringólogo, sostiene que desde agosto y hasta octubre atienden muchísimos casos de alergia. Es que en estos meses se da un combo especial que perjudica principalmente a las personas que tienen predisposición a desarrollar esta enfermedad. Ese combo está compuesto, según describe, por pocas lluvias y un aumento en la contaminación del aire debido a las quemas de cañas y pastizales que caracterizan a nuestra provincia.
“En general, hay un incremento de las enfermedades respiratorias. También estamos viendo más casos infecciosos y de rinitis reactiva”, señaló. Esta es un tipo de rinitis que no es alérgica: aunque tiene casi los mismos síntomas (estornudos crónicos o una nariz congestionada) no hay una causa alérgica en esta patología. Es más común después de los 20 años. Los desencadenantes de los síntomas pueden incluir ciertos olores e irritantes en el aire, cambios en el tiempo, medicamentos, etcétera. Lo importante de consultar al médico es porque tratamiento no es el mismo.
Entre las causas de todo esto que se ve en los consultorios, según Cassera, se pueden nombrar las secuelas de covid, la automedicación y la creciente contaminación del aire. Para el especialista, no hay que perder de vista la gran cantidad de líquidos cloacales que inundan las calles. “Toda esa agua servida seguramente cuando se seca queda en el aire que respiramos y las bacterias terminan por enfermar a la población”, apunta.
Las sequías intensas, el aumento de la polución, la escasez de agua, las temporadas de polen más tempranas e intensas, los incendios y las inundaciones. Son múltiples los factores que se asocian a un incremento de las alergias. Por eso, este año la Organización Mundial de la Alergia llamó a estar alertas: “el cambio climático empeora las enfermedades alérgicas y hay que estar listos”.
Consejos
- Para prevenir las enfermedades respiratorias en general hay que lavarse las manos frecuentemente, estornudar en el codo y respetar medidas de aislamiento si uno está enfermo.
- Para prevenir las alergias, hay que mantener la higiene del hogar y reducir el polvo.
- Usar colchones y ropa de cama sintética.
- Las personas predispuestas a desarrollar alergias deben evitar la exposición al polen de las plantas y los animales, así como también evitar la exposición o utilización de irritantes o alérgenos conocidos.
- No usar aerosoles ni desodorantes de ambientes ni productos para matar mosquitos. Limpiar superficies lisas con trapos húmedos.
- No consumir medicamentos sin receta médica.
- Si existe la sospecha de que algún factor en el ambiente genera alergia, tratar de evitarlo o eliminarlo por completo.
- Realizar controles habituales con un médico de cabecera.
- Evitar la práctica de ejercicios de alto impacto durante la época de polinización, ya que en personas que padecen de asma, esto puede causar serios trastornos al sistema respiratorio.
- Es necesario cambiar la dieta, en el caso de pacientes que presentan intolerancia a ciertos alimentos.