Entre las comidas siempre recomendadas por los nutricionistas se encuentran los caldos. Estos favorecen el aumento de masa muscular, aceleran el metabolismo y ayudan a bajar de peso. Sin embargo, si se preparan con los alimentos correspondientes, los beneficios que se pueden obtener serán muchos más que los recién mencionados.
Según consigna el sitio español Clara, el caldo de huesos y verduras es el más recomendado debido a la gran cantidad de nutrientes que aporta al organismo. Algo muy importante es que propicia colágeno, una proteína esencial para el pelo, las uñas y la piel.
Además de ser económicos y fáciles de preparar, el caldo de huesos y verduras también ayuda a reducir la inflamación, hidrata, mejora la digestión, tiene un importante poder de saciedad e incide en el aumento del gasto calórico.
Cómo preparar un caldo proteico de huesos y verduras
Ingredientes
- Huesos de res, preferiblemente con carne y cartílago. Aportarán proteínas y colágeno.
- Agua.
- Dos cucharadas de vinagre de manzana. Ayudarán a extraer los minerales de los huesos.
- Mix de verduras, como zanahoria, cebolla, apio, ajo y perejil. Brindan sabor, agregan vitaminas, antioxidantes y contribuyen a la depuración.
- Sal y pimienta, a gusto.
Preparación
- Lavar y secar los huesos.
- Asarlos en el horno a 200º durante unos 20 minutos. Este paso es optativo pero quedarán más dorados y sabrosos.
- Colocar los huesos en una olla grande y cubrirlos con agua.
- Añadir el vinagre de manzana y dejar reposar durante 30 minutos.
- Llevar la olla a ebullición y luego bajar el fuego al mínimo.
- Retirar las impurezas con una espumadera.
- Agregar las verduras lavadas y troceadas. Condimentar.
- Tapar la olla y dejar cocer a fuego lento durante al menos seis horas.
- Colar el caldo y reservar los huesos y las verduras para otras recetas.
- Dejar enfriar y retirar la capa de grasa que se forme en la superficie.
Se puede guardar en la heladera entre cuatro y cinco días; o en el freezer durante cuatro a seis meses.
Lo ideal es consumir este preparado todos los días antes de las comidas principales, para agregar saciedad; o como colación, para reducir la ingesta de calorías vacías.
En caso de situaciones especiales de salud, deberá consultarse antes al médico o nutricionista. También es importante destacar que estas recomendaciones no reemplazan el tratamiento específico.