Por Leo Noli
17 Octubre 2023
Mirando en perspectiva, desde las veredas de ida y vuelta que flanquean el conocido tontódromo de Yerba Buena, las historias de los atletas que gastan el asfalto de la principal avenida del municipio se multiplican a diario. Comienzan en el concreto y luego se liberan hacia los cerros y el pedemonte. Parafraseando con la libertad, no hay nada más liberador y adrenalínico que correr por la montaña a la velocidad y seguridad que te den las piernas. Entonces, hablemos de trail running.
Su nombre inglés puede traducirse en correr sobre senda de montaña, en correr alejado de la mano del hombre y de la jungla de cemento. En nuestra provincia, la topografía nos regala una infinidad de variantes en el menú. No necesitás más que un buen par de zapatillas, compañía (siempre es recomendable) y muchas ganas de disfrutar de una experiencia sensorial con la naturaleza.
Como en todo deporte amateur, la gloria se resume en el logro personal de haber conseguido cruzar la meta en una competencia. No es ganarle a otro sino superarse a uno mismo en tiempo, estado y forma. “Nadie corre para vencer a un rival, uno corre para superarse a sí mismo”, le dice a LA GACETA Alberto Almeida, uno de los entrenadores de Omega Runners. “Beto” suele ser actor de rol en las competencias locales y nacionales de short trail, que son circuitos cuyo principio y fin no superan los 50 kilómetros, con desniveles menores a 2.400 metros, entre positivo y negativo.
Omega Runners es una de las tantas academias de trail que podés encontrar en la zona del tontódromo. Todas tienen su encanto y receta mágica. Por citar algunas de ellas, podés cruzarte con camisetas de Cef Trail, Grupo de Entrenamiento TT y Academia Sergio Acuña, entre otras.
Paso a paso
Concentrado en un nuevo objetivo, como son los 80 kilómetros, Alejandro Bazán asegura que el concepto en sí no es correr sino disfrutar del entorno. Marca como “clave” Ale el hecho de no saltar etapas y de extremar medidas de seguridad. “Es fundamental seguir un proceso y no subestimar la montaña, no subestimar los kilómetros, no subestimar el desnivel, no subestimar el clima. No importa a dónde vayas, siempre llevá con vos un botiquín de primeros auxilios, una manta térmica, un rompevientos. La hidratación es fundamental, es una de las cosas más importantes que tiene este deporte. Mantener una buena hidratación tanto antes, como durante y después de cada entrenamiento, de cada carrera, es lo que nos llevará a mejorar también nuestro rendimiento”.
Desde enero y hasta fines de octubre, Tucumán ofrece una grilla de competencias interesantes, con epicentro en Tafí del Valle, pasando por San Javier y viajando al sur por Alberdi. Son varias las carreras que podés marcar en el calendario como “corribles al menos una vez”.
Sin embargo, las provincias que mayor convocatoria han logrado concentrar son Córdoba y Neuquén. En un evento pueden reunir hasta 6.000 participantes, divididos en distancias que van de los de los 5 kilómetros hasta los 160, en lo que viene a ser un experiencia extrema y cuya competencia en sí dura más de 24 horas. Pasados los 50K empezamos a hablar de ultra trail, donde el desafío extrema tu mente y cuerpo.
Primero al doctor, después con el grupo.
Entre los beneficios del trail running, sus protagonistas hablan del físico, psicológico y social. “Al entrenar en grupo aprendés más. Te genera una mayor confianza en vos mismo, porque corrés queriendo alcanzar un compañero o corrés intentando motivar a otro para que te alcance, explica Bazán.
Ojo, el primer paso para practicar un deporte comienza en el consultorio de tu médico de cabecera. En las academias no serás aceptado a menos que presentes un certificado médico y la ergometría, es decir un apto físico. Si te suena raro o extraño, la ergometría es una prueba de esfuerzo que evalúa la respuesta del corazón a un ejercicio físico progresivo.
Habiendo recibido el ok del doctor, lo siguiente será sumarte al grupo e iniciar un proceso de adaptación a los entrenamientos.
Jonathan Wheeler, coach de Omega Runners, ex triatlonista, e integrante del “lote élite” de runners tucumanos, describe a las ocho semanas iniciales de preparación como la piedra basal del trail running. “Trabajamos con un sistema de entrenamiento que se aplica tanto en senda como en calle”, describe.
La zona de El Gomero, que a la vista parece un pequeño morro de selva tucumana, en realidad cuenta con casi 7 kilómetros de desafiantes sendas internas. Ese suele ser el banco de pruebas de varias escuelas. No muy lejos de la zona, hay trazados conocidos como el Ataque del Tero, Defensa del Tapir, que se suelen compartir con el abultado parque de bikers que a diario circulan por la zona de la Escuela de Agricultura y los campos de citrus.
Otro punto de impacto son los senderos protegidos bajo la órbita de la Universidad Nacional de Tucumán, que durante los fines de semana suelen colmarse de familias, amigos, corredores y amantes del trekking. Detrás del Caps de Horco Molle, sobre la vera del río Muerto, deberás pagar $400 para avanzar hacia Puerta del Cielo y Cuesta Vieja, cuyas salidas dan a San Javier; y el sendero del Funicular.
Son innumerables los recorridos al alcance de la mano. Cruzando El Corte, las bifurcaciones entre la selva pueden ser infinitas. “Se recomienda no salir solo, y si lo hacés, antes de irte dejá dicho dónde vas a estar o qué senda vas a recorrer. Nunca está de más ser precavido”, advierte Bazán con justa razón. La señal de celular suele esfumarse cuando entrás al cerro. Al final de cuentas de eso se trata, ¿no? De estar uno mano a mano corriendo a pleno por la senda sin sacarle la vista al suelo. Porque si lo hacés, el aterrizaje puede ser forzoso y, a veces, hasta muy doloroso.
La abanderada tucumana
Médica de profesión, María Ines Chresita es la mayor abanderada del trail running tucumano, al menos hoy por merecimiento. “Mariné” formó parte de las últimas dos convocatorias del seleccionado nacional. Formó parte del equipo que compitió en los Mundiales de Indonesia (2022) y Austria (2023).
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