El trabajador silencioso, que sabe lo que es triunfar en Atlético Tucumán

Tiene 31 años de experiencia sobre el lomo (“estoy seguro que este año cumplí 31 pero no me acuerdo en qué mes”, dijo) y tras haber sido el “profe” de entrenadores de la talla de José Pastoriza, Roberto Saporiti y Héctor Rivoira, entre otros, ahora intenta plasmar su trabajo para que el “decano” pueda marcar diferencias en la Copa de la Liga.

Ricardo Somma es el trabajador silencioso que tiene Atlético en este torneo. El preparador físico de 62 años, es una pieza clave para la dupla conformada por Sergio Gómez y Favio Orsi, con quienes trabaja desde varios años. “El 4 de agosto cumplimos ocho años trabajando juntos. Me llamaron cuando asumieron en Flandria. Tiempo atrás, con el cuerpo técnico de ‘Chulo’, habíamos dejado Huracán y Rivoira me había dicho que quería tomarse un respiro porque la situación en el club había sido complicada”, recuerda el “PF” sus inicios con la dupla, con quienes ya pasó por el “canario”, Almagro y San Martín en el ascenso; Godoy Cruz y el “decano” en Primera.

En sus más de 30 años de carrera, Somma fue parte de la evolución del deporte que vino acompañada por una revolución tecnológica. “Los cambios se dieron más que nada en los últimos 10 años. Ahora trabajamos todos los días con la pelota y aparecieron los GPS. Antes tenías otras mediciones, pulsaciones, cardiotacómetros; hacíamos a ojo las evaluaciones de diferentes áreas funcionales y cualidades físicas. Nos fuimos aggiornando; el progreso siempre se da en todos los ámbitos de la vida”, expresó.

Sus primeros pasos en el fútbol fueron en la década del 90 en el ascenso. “De Primera C pasé a trabajar en la Selección de El Salvador, con ‘Pato’ Pastoriza. Esa fue una experiencia tremenda”, relató.

Desde ya que pasar del ascenso del fútbol argentino a un seleccionado fue un cambio importante en su carrera y su vida. “Estaba preparado; tuve un gran profesor que fue Julio Santella (trabajó en el cuerpo técnico de Carlos Bianchi). Llegué al fútbol de Centroamérica preparado. Era casi amateur; un desarrollo edilicio e institucional diferente al de Argentina. En ese momento recién asomaba la MLS y algunos salvadoreños empezaron a jugar allí y en México; fue una experiencia increíble”, sostuvo.

Mientras Somma dialoga con LA GACETA, parece retroceder algunos pasos y lanzar una advertencia: “ojo que es totalmente distinto trabajar en selecciones o en clubes. Entiendo a (Diego) Simeone cuando dice que no está preparado para cambiar el club por un país. Tenés que hacer un seguimiento a la distancia de los jugadores; que dependiendo el país puede ser más o menos complicado. Los tenés dos o tres días y ya jugás, se pierde el día a día”, dijo.

Luego de su experiencia en El Salvador entre el 95 y el 97, Somma volvió al país y tuvo un recorrido bastante extenso por clubes de diferentes categorías. “Pasé la mitad de mis años en el fútbol. Me dio una forma de vida; me permitió conocer muchos países y trabajar en el extranjero. Gracias a esto, mis hijos pudieron estudiar y ser profesionales. Es inagotable lo que te da el fútbol; estoy eternamente agradecido”, dijo y reconoció que antes de su amor con la pelota enseñaba Educación Física en las escuelas de su barrio y también era entrenador de voley.

Luego de su paso por Leandro Alem, Flandria y Luján, surgió lo de El Salvador “fue una oportunidad que me llegó muy rápido, tuve mucha suerte”, valoró.

Ahora, su segundo ciclo con el “decano” (fue el “PF” de Rivoira en el ascenso a Primera en 2009), llegó gracias a la dupla. “Me tocó transitar con ellos todos estos cambios que hubo en el fútbol y la verdad que es ameno el trabajo integral que hacemos. Como dice  (Francisco) ‘Paco’ Seirul lo, -ex preparador físico de Barcelona, que se lo conoce como el creador del entrenamiento integral- nosotros antes entrenábamos atletas; ahora trabajamos con futbolistas”, explicó.

Somma advierte que los trabajos ahora son más específicos y que se hace mucho hincapié en la dinámica colectiva y la velocidad con pelota. “Son otras épocas. Antes hacíamos mucho de fuerza; ahora el 95% del entrenamiento es con la pelota, lo demás es velocidad y fuerza”, aclaró.

En su tercer periodo en Tucumán, se siente cómodo y casi que toma a la provincia como su segunda casa. “Es muy futbolera. Juntando mis pasos anteriores, son cuatro años y uno se encariña. Tengo grandes amigos y me gusta la pasión que se siente por el fútbol”, reconoció.

En cuanto al plantel de esta temporada, valoró la predisposición de los futbolistas y de los dirigentes. “Estamos trabajando bien. Es un plantel con experiencia y juventud; estamos cómodos porque hay muchas ganas de ir por los objetivos planteados”, concluyó el nacido en Luján.