Hechos históricos del conflicto palestino-israelí

Carlos Duguech

Analista internacional

No resulta fácil comprender -a primera vista- lo que se denomina conflicto palestino-israelí si no se recorre una serie de hechos históricos. Desde hace 125 años.

Hecho 1°: En el libro “El estado judío” (publicado en 1896) de Theodor Herzl, fundador del sionismo, abogó por dotar a los judíos del mundo una tierra para formalizar un estado que los contuviera, lejos de los sufrimientos por el antisemitismo. En tren de precisar lugares para ese propósito hay un sector en su libro que reza “¿Qué preferir, Palestina o Argentina?” luego de discurrir por distintos aspectos ligados a “La cuestión judía” y a “Las causas del antisemitismo”, entre otros. En este capítulo de su libro expresa: “Argentina es, en cuanto a recursos naturales, uno de los países más ricos de la tierra. Posee vastísimas llanuras, poca población y un clima templado. La República Argentina tendría un interés enorme en cedernos una porción de su territorio. La actual infiltración judía tan sólo ha producido allí desavenencias; es menester explicar a Argentina el carácter en esencia diferente de la nueva emigración judía”. Conviene citar aquello del “Plan Andinia” una construcción de parte del ultranacionalismo argentino, que adjudicaba, falsamente a los judíos su autoría. Se refería a la constitución de un supuesto enclave poderoso en la Patagonia.

Enlazamos la referencia al complejo y minucioso plan de Herzl de su libro “El Estado Judío” (1896) con el texto breve de la famosa “Declaración Balfour”.

Prevalecía, sin embargo, en algunas comunidades judías que se expresaban en cuestionamientos dolorosos contra el antisemitismo por aquello de “la tierra prometida” que, no pocas veces entre los fundamentalistas, ello implicaba cierta exclusividad. Y algunos privilegios sobre parte del territorio del ex imperio otomano devenido -luego de su desmembramiento en la primera guerra mundial- en Palestina, la del “mandato”. Por la “Sociedad de las Naciones”- conferido a Gran Bretaña con similar esquema que la Siria y el Líbano fueron objetivos del mandato que ejercería Francia hasta la independencia de esos países

Hecho 2°: Declaración Balfour

Foreing Office -2 de noviembre de 1917. Estimado Lord Rothschild: Tengo sumo placer en comunicarle en nombre del Gobierno de Su Majestad, la siguiente declaración de simpatía con las aspiraciones judías sionistas, declaración que ha sido sometida a la consideración del gabinete y aprobada por el mismo: El Gobierno de Su Majestad contempla con simpatía el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío, y empleará sus mejores esfuerzos para facilitar el cumplimiento de este objetivo, quedando claramente entendido que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no-judías existentes en Palestina, o los derechos y estatus político de que gozan los judíos en cualquier otro país. Le agradeceré que lleve esta declaración a conocimiento de la Federación Sionista. Arthur James Balfour

Balfour era el ministro de relaciones exteriores británico. A la sazón, el destinatario de la “Declaración Balfour, Lionel W. Rothschild, fue un líder de la comunidad judía en Gran Bretaña.

Del texto de la declaración Balfour” que aparece como el fundamental para lo que se consagra (“Un hogar nacional para el pueblo judío”) vale tener en cuenta lo que no se tuvo en cuenta por parte de Israel, ya consagrado como nación soberana en su acta de Independencia del 14 de mayo de 1948.

¿Qué no se tuvo en cuenta? Este párrafo: “quedando claramente entendido que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no-judías existentes en Palestina”. Un error de magnitud. Origen de todos los males que sucedieron junto con el inoportuno rechazo a la decisión de la ONU del 29 de noviembre de 1947 de “partición de Palestina” por parte de los palestinos y algunas naciones árabes que enfrentaron militarmente al recién nacido Israel, entre 1948/9, con la primera guerra de la serie que sobrevendría, junto a las “intifadas”, esa típica rebelión palestina.

Hecho 3°: No atribuible ni a Israel ni a los países árabes ni a los palestinos. La UNSCOP (siglas en inglés) del comité especial designada por la Asamblea General(AG) de Naciones Unidas el 15 de mayo de 1947 para estudiar y recomendar soluciones para el tema “Palestina”, integrado por representantes de once países (No estaban ni EEUU ni la URSS ni los otros miembros del Consejo de Seguridad). Apenas 202 días después (02/09/1947) emiten su informe, luego de visitar Palestina y algunos países europeos con refugiados judíos. De los once miembros, ocho votan por la partición, tres por un estado federal de judíos y árabes y Australia se abstiene al considerar que la ONU no tiene facultades para la decisión propuesta. Los miembros de la UNSCOP deberían haber basado su accionar promoviendo el principio de la libre determinación de los pueblos en la Palestina del mandato. Un referéndum en el lugar, habitado por árabes y judíos, habría tenido la más auténtica constancia. En rigor, aunque del derecho internacional consuetudinario se desprende que los palestino no han perdido ni uno sólo de sus derechos. Hasta el de la libre determinación. En rigor, la AG no disponía ni dispone en la Carta de la ONU de facultades como las ejercidas en 1947 respecto de la Palestina del mandato.

Hecho 4°: La Declaración de independencia de Israel (14-05-1948) menciona siete veces a Naciones Unidas y en uno de los párrafos que siguen a la mención de la resolución 181 (II) de “Partición de Palestina” del 29.11.1947 expresa: “Este derecho es el derecho natural del pueblo judío de ser dueño de su propio destino, con todas las otras naciones, en un Estado soberano propio”. ¿Y la nación Palestina?, es de preguntar.

Hecho 5°: Siendo las resoluciones del Consejo de Seguridad (CS) de la ONU vinculantes, nunca puede aceptarse que Israel, miembro pleno de Naciones Unidas (desde 1949, a su solicitud, luego de la de 1948 no aceptada) las incumpla., Es la numero 242 (22 de noviembre de 1947) que ordena a Israel “retirarse de territorios ocupados (militarmente) en el reciente conflicto” (Guerra de los seis días iniciada por Israel el 5 de junio de 1947). Pese a los cuestionamientos idiomáticos por parte de Israel que expresaba que la resolución no decía “de todos los territorios”. En tribunales se llama a esa maniobra cuestionadora y dilatoria, “chicana”. Si no fuera así, la resolución 338 del CS del 22 de octubre de 1973 referida a la guerra de “Iom Kipur” lanzada por Siria y Egipto no habría reiterado, ratificándola seis años después, a la vigente 242 que obligaba al retiro de las fuerzas militares israelíes ocupantes de territorios ajenos.

Hecho 6°: En el exilio, en Argel, el 15 de noviembre de 1988 fue proclamado el Estado de Palestina, previa aprobación del Consejo Nacional Palestino. La legitimidad la basaban en el plan de partición, nada menos. Si bien no explicitaba el reconocimiento de Israel aunque sí es una referencia insoslayable a las fronteras previas a la “Guerra de los seis días” (1967). En EEUU, Reagan presidente y en Israel, Yitzhak Shamir, primer ministro. Ninguno dijo nada. Israel como si no hubiera ocurrido. Fue, a todas luces, una oportunidad ignorada a propósito por los poderosos, por el mundo todo, preocupado por el ya largo conflicto israelo-palestino.

Hecho 7° El terrorismo de Hamas es su única arma contra Israel. Terrorismo agravado que pasa de atacar desde lejos a estos enfrentamientos persona a persona con inocentes niños y adultos, cara a cara. Monstruoso.

De aquí en más la ANP (Autoridad Nacional Palestina) y todos los que abogan por una nación Palestina, libre y soberana, con fronteras legitimadas internacionalmente, tiene un enemigo supremo: Hamas. Al que no se le debe asignar la condición de “gestores palestinos”.

Hecho 8°: La peor de las palabras en boca de Netanyahu: “!venganza”! Impropio de un jefe de estado. Peligrosa y sin bordes.