Hoy, Ecuador presenció el cierre de las elecciones en una segunda vuelta llena de incertidumbre. Más de 13,4 millones de ecuatorianos tuvieron la oportunidad de emitir su voto para decidir si Luisa González, respaldada por el movimiento correísta, se convertirá en la primera presidenta del país, o si optarán por el cambio representado por el empresario Daniel Noboa, un forastero que sorprendentemente llegó al balotaje. El ganador gobernará durante el período restante del mandato del actual presidente, Guillermo Lasso, que es de un año y medio.
La jornada electoral comenzó a las 7 de la mañana de este domingo, con la apertura de los colegios de votación en todo el país. Se implementó un amplio dispositivo de seguridad compuesto por 53,000 policías y 43,000 militares para garantizar un entorno seguro, dada la creciente violencia relacionada con el crimen organizado que marcó la campaña electoral y generó temor en la población. Los colegios cerraron a las 5 de la tarde, y se esperan los primeros resultados dos horas después.
Según el Consejo Nacional de Ecuador (CNE), la jornada transcurrió con normalidad en todo el país, a pesar de las alertas de bomba en dos centros de votación en Quito, que finalmente resultaron ser falsas.
El presidente saliente, Guillermo Lasso, inauguró la jornada con un discurso en la sede del CNE en Quito, donde destacó los logros de su administración y se comprometió a facilitar una transición sin problemas para el próximo presidente.
La incertidumbre marcó la jornada electoral, ya que Luisa González y Daniel Noboa estuvieron en una competencia cerrada, con González acercándose en las encuestas al empresario. La diferencia que semanas atrás era de 10 a 12 puntos se redujo significativamente. El analista Mauricio Alarcón, director ejecutivo de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, comentó que la diferencia entre los candidatos podría ser aún más estrecha de lo que esperan.
Ambos candidatos, Luisa González y Daniel Noboa, emitieron sus votos, ambos usando chalecos antibalas, y expresaron sus esperanzas para el futuro de Ecuador.
La campaña electoral se centró en gran medida en las redes sociales, con el objetivo de atraer a los votantes jóvenes, que representan el 25% del electorado. Se espera un empate técnico, y aproximadamente el 15% de los votantes se consideran indecisos.
Ecuador se enfrenta a una creciente violencia relacionada con el narcotráfico, una economía estancada y una falta de empleo, lo que ha llevado a la migración de miles de ecuatorianos en busca de mejores oportunidades. La elección se llevó a cabo en un contexto de incertidumbre y desafíos significativos para el próximo presidente, quien tendrá la tarea de abordar estos problemas.