“Acá con traiciones nadie asegurará su cargo, sino con resultados. Tenemos que estar unidos”. Esa fue una de las tantas frases que se escuchó en una reunión que se realizó en la Secretaría de Seguridad y que coincidió con la confirmación del Jefe de Policía Julio Fernández de haber contratado a albañiles de la fuerza para edificar una vivienda en El Cadillal.
El secretario de Seguridad Luis Ibañez y el subsecretario José Gómez habían convocado a parte de la plana mayor de la fuerza para diagramar un operativo especial por el fin de semana largo y analizar si era prudente reforzar los grandes centros de compra por la creciente crisis social. Sin embargo, en medio de la reunión los teléfonos comenzaron a sonar. A través de WhatsApp los participantes comenzaron a recibir capturas de pantalla del programa “Buen día” de LG Play donde informaba el caso que involucraba al jefe de Policía.
“Fernández no dijo ni una palabra sobre el tema, pero escuchó atentamente los reclamos de los asistentes. Ahí se habló que en las filas hay personas que están difamando a los hombres de la fuerza para ser considerados por (Osvaldo) Jaldo”, le explicó a LA GACETA uno de los presentes de la reunión. “Ya nada será igual después de esto. El clima de tensión se respira en toda la fuerza”, añadió el informante.
A través de sus allegados, el gobernador electo había dado a entender que en los primeros meses de su gestión no haría grandes cambios en el área de Seguridad. Estaría decidido a mantener el Ministerio de Seguridad y a su titular Eugenio Agüero Gamboa, pero sí podría achicar su estructura eliminando algunas secretarías y subsecretarías.
Pero por este caso Jaldo estaría pensando en realizar los cambios ni bien asuma. El secretario de Seguridad Luis Ibáñez y el subsecretario José Gómez no continuarían en el cargo. El segundo podría ocupar un cargo o ser asesor de la intendenta Roxana Chahla en el municipio capitalino. Lo mismo ocurriría con Fernández y con el subjefe de Policía, Sergio Sobracasa Acosta,
El gran dilema es quién ocupará esos cargos. Si bien es cierto que hay tres nombres dando vuelta y dos de ellos ocupan cargos en la plana mayor, no se descarta que el gobernador se incline por un civil o un ex miembro de la fuerza para que sea el nuevo titular de la fuerza.
El jefe de Policía es un cargo político, por lo que nombrarlo no es un problema. Las complicaciones surgen con el subjefe: si la persona elegida tiene un rango menor, todos los que están por encima de él, ya sea por grado o por antigüedad deben pasar a retiro inmediatamente, lo que la fuerza se quedaría sin sus cuadros superiores. Habrá que esperar.