“En mi opinión, me parece que los tres cesanteados usaron el tema salarial y embarraron la cancha. Si bien es cierto que el tema era económico, ellos querían volver a trabajar; pero eso fue la mecha que encendió la catástrofe”, manifestó ayer Antonio Quinteros, ex comisario al mando de la Brigada de Investigaciones de la Capital, ante el tribunal encargado de juzgar a los 43 miembros de la fuerza policial por la revuelta que tuvo lugar los días 8, 9 y 10 de diciembre de 2013 que culminó con saqueos a lo largo de la provincia.
Si bien no logró identificar a los cabecillas o partícipes de la manifestación, en una precisa declaración, Quinteros, que en ese momento se desempeñaba como director general de Investigaciones y de Delitos Complejos, relató cómo fueron los días de las revuelta, su intervención en el tema saqueos y las reuniones que hubo con la cúpula policial.
La primera reunión fue el domingo 8 de diciembre a la noche en una estación de servicio ubicada en las avenidas América y Belgrano. Según indicó el ex comisario, en esa junta participaron Jorge Gassembauer (ministro de Seguridad), Paul Hofer (secretario de Seguridad), Jorge Racedo (jefe de Policía), Víctor Sánchez (subjefe), Jorge Urueña (jefe de Inteligencia Criminal), Carlos Paz (jefe del D3), Luis Medina (titular de la URC) y él mismo. “Me ilustraron que había personal policial que se hizo presente en la Subjefatura reclamando dos motivos: aumento salarial y la reincorporación de tres policías cesanteados por el Gobernador. El jefe de Policía le planteó al ministro de Seguridad la necesidad de charlar con los rebeldes pero el ministro dijo que no era conveniente. No consideraba prudente que se traslade a ese lugar porque tenía información de que allí había gente ebria y portando armas, por lo que se podían desencadenar hechos de sangre. A mí también me pareció prudente”, contó.
Quinteros dijo que en ese momento llegó a la estación de servicio el oficial Palavecino, que junto con Ávila y Nacusse formaban una comisión que mediaba entre los autoconvocados en la Subjefatura y el Ministerio de Seguridad. “El ministro fue a atenderlo y hablaron entre ellos. Palavecino estuvo en otras protestas y fue una de las cabezas; el gobierno confiaba en él para resolver este conflicto”, informó.
La segunda reunión, organizada para la madrugada del lunes 9, jamás llegó a concretarse porque los mediadores no se presentaron. “Los mismos que estábamos en la primera reunión nos dirigimos hacia la estación de la avenida Ejército del Norte y Mendoza. Esperamos y como no se presentaron las personas nos retiramos. El jefe me dijo que disponga el retén de la gente de la Brigada de investigación y creo que lo mismo impartió el jefe de la URC”, comentó el testigo.
Saqueos
Ese lunes por la tarde, comenzaron los disturbios en la provincia. “El primer saqueo fue en La Rotonda Lácteos. Cuando llegamos la gente huyó del lugar porque oyó las sirenas; gracias a Dios fue poco lo que robaron ahí”, recordó Quinteros. El ex comisario dijo que ese día el personal de la Brigada repelió los saqueos de la Capital junto con Infantería y personal de la URC. “Teníamos vigilancia pero necesitábamos más. Aún así, no hubiéramos evitado los saqueos”, expresó. También contó que en determinado momento, el personal se quedó sin municiones para repeler a las personas por lo que los gerentes de las sucursales de los supermercados tuvieron que proveerles cartuchos antimotines. “En mis 30 años de servicio, los saqueos fueron lo peor que me pasó en mi carrera policial; por la forma de los hechos, la coordinación que hubo y la forma de trabajar”, manifestó.
Los defensores le consultaron a Quinteros por qué no había investigado los hechos posteriormente, a lo que el testigo explicó que el miércoles 11 lo pasaron a disponibilidad y quedó fuera de su cargo. “Cada vez que asume un jefe nuevo es normal que se produzcan retiros”, opinó. (Producción periodística: Micaela Pinna Otero)
Testigo clave: el martes declaró el jefe de la comisaría 6°
Armando Villafañe era jefe de la comisaría que tenía jurisdicción en la Subjefatura, por lo que presenció momentos de la revuelta policial. Además se encargó de emitir actas e informar a sus superiores lo que estaba ocurriendo y logró identificar a algunos sediciosos.
Debido a algunos olvidos, a partir de la lectura del expediente logró ratificar lo que declaró en su momento en la Fiscalía y lo que dejó documentado en las múltiples actas que forman parte del expediente. “Una de esas actas es con la cual se inicia el sumario que después se convierte en una causa judicial”, le explicó el auxiliar fiscal Gerardo Arch a LA GACETA.
A través de una serie de averiguaciones, el ex comisario informó los nombres de algunos participantes entre los que aparecieron mencionados Ángel Chaile y Diego Herrera. Los defensores le consultaron si él los había visto personalmente, a lo que el hombre dijo que “los que estaban allí” le comentaban quiénes eran los manifestantes.
También dijo que los rebeldes intentaban convencer al resto del personal policial para que se sumara a la protesta. “Decían: “¡Cagones, vengan acá, no van a salir a trabajar! ¿Que ustedes no comen? ¿No tienen familia?”, expresó.