Desde Misiones, el “Pepa Team” llegó a Tucumán a competir y ponerle color a la fiesta

Desde Misiones, el “Pepa Team” llegó a Tucumán a competir y ponerle color a la fiesta

Las remeras, las camperas, las gorras llaman la atención. Son cerca de 30 las personas que visten esta indumentaria, de color rosa, y con un logo más que particular: la cerdita “Peppa”, protagonista de la serie animada “Peppa Pig”, subida a una moto. Esta delegación, que llegó desde Misiones para competir en el Transmontaña de San Pedro, compone el equipo denominado “Pepa Team”.

¿Por qué este símbolo? “Muchos de los miembros del equipo tienen hijos chicos, y se sentaban a mirar Peppa con sus niños antes de irse, para que estén más tranquilos y no extrañen tanto. Entonces dijimos ‘queremos que nuestras familias estén con nosotros’, y decidimos poner ‘Pepa Team’”, explicó Claudio Balaiches, uno de los miembros del equipo.

“Las camperas son bastantes vistosas, representando el color de Peppa. Pegó el nombre, no pensamos que iba a marcar tanto. Adonde vamos, la gente dice ’ahí vienen los chicos de La Pepa’”, reconoció Balaiches.

Más allá del color que aportan, los miembros del equipo hacen un sacrificio grande para salir de Misiones a competir. El año pasado hicimos más de 60.000km para competir en todas las fechas del Classics Series; a veces viajamos 30, 35 horas para llegar a destino”, contó Claudio. Sin embargo, la alegría nunca falta dentro del “Pepa Team”, donde reina el entusiasmo por el Transmontaña.

Pasión familiar

Entre los integrantes del equipo, aparecen algunas familias conformadas. Entre ellas, la familia Sartori: Ariel, junto a su hijo Jeremías, competirán en la categoría Padres e Hijos, mientras que Aldana, su otra hija, también llegó a Tucumán, aunque para apoyarlos, ya que no puede competir por una lesión.

“Ya venía de familia, tengo primos que corren. Eran de Tucumán y se fueron a vivir a Misiones; llevaron eso para allá, y ahí empezamos. Yo empecé a los 20 años”, recordó Ariel, sobre sus inicios en la actividad.

El primero de sus hijos en seguir sus pasos fue Jeremías. “Yo empecé a los 13 años, entrenando. Él me llevó a probar, y me gustó”, contó el joven, que subraya que comenzó corriendo sólo, en el Classics Series, y que luego empezó a competir junto a su padre.

Aldana, por su parte, recién se metió de lleno en el mundo de las motos el año pasado. “Empecé corriendo motocross en Misiones. Siempre me gustaron las motos, porque iba a las carreras, y quería empezar a correr, pero ellos no querían, me costó convencerlos, reconoció la adolescente.

Para Ariel, competir junto a su hijo no tiene precio. “Es una de las mejores experiencias, porque compartimos ese momento que es muy íntimo, nos ayudamos”, sostuvo. El próximo año, anticipó, buscará correr una carrera junto a su hija.

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