“Artificial”: un libro para pensar a la IA de manera urgente desde una perspectiva humana

“Artificial”: un libro para pensar a la IA de manera urgente desde una perspectiva humana

El nuevo texto de Sigman y Bilinkis aparece como una propuesta para analizar críticamente la reciente oleada de avances en materia de IA.

SIGMAN Y BILINKIS. Los autores ofrecen una lectura reflexiva. SIGMAN Y BILINKIS. Los autores ofrecen una lectura reflexiva.

Falta solo un mes para celebrar el cumpleaños de uno de los hitos más importantes que hayamos vivido en materia tecnológica. El nacimiento de Chat GPT, en noviembre de 2022, marcó un momento clave no solo en el campo de la inteligencia artificial, sino también en los ciclos de innovación de la historia contemporánea. Pudimos ver la capacidad expandida de un robot conversacional, capaz de interpretar cada palabra y sentido de lo que le decíamos, y también pudimos adaptarlo según nuestras necesidades. Y junto con Chat GPT, una oleada de productos salió a la luz en un año signado por los modelos generativos de esta tecnología sin dudas disruptiva.

Sin referirse explícitamente a este aniversario, el lanzamiento de “Artificial”, el nuevo libro de Mariano Sigman y Santiago Bilinkis, aparece como una propuesta para analizar críticamente la reciente oleada de avances en materia de IA. Chat GPT está presente en la obra como uno de los principales protagonistas, pero los autores no lo abordan desde una perspectiva instrumental. Van más allá de la herramienta que todavía nos deslumbra para interpretar nuestra -reciente- relación con los algoritmos desde una perspectiva multidimensional y compleja.

Sigman, especialista en neurociencias y autor, entre otras obras de “El poder de las palabras”, se une a Bilinkis quien en los últimos meses se convirtió en uno de los referentes locales más reconocidos sobre IA. Juntos realizan un esfuerzo necesario y urgente para abordar una temática que puede excluir por sus tecnicismos, pero que al mismo tiempo necesita ser discutida por diversos campos sociales como la educación, el trabajo o el arte, entre otros. Todos ellos, según los autores, están interpelados por esta tecnología que puede cambiar las reglas de lo que hasta ahora conocíamos.

Lo que primero proponen los autores es una reconstrucción histórica de la inteligencia artificial, no solo con el objeto de ofrecer una genealogía sino también para entender por qué en los últimos meses hemos vivido una irrupción inédita de productos, empresas, debates y también conflictos en torno a los algoritmos. En dicha historización, que tiene como génesis el trabajo de Alan Turing durante la segunda guerra mundial, detallan cómo fueron evolucionando las innovaciones y quiénes fueron las figuras científicas y luego corporativas, que estuvieron implicadas en cada momento.

Con un lenguaje coloquial y pedagógico, los autores explican además cómo la comparación con la inteligencia humana siempre fue el motor de los avances técnicos y cómo en ciertas ocasiones dicha asociación fue un acierto y en otros un error.

LA OBRA. El manuscrito no es solo para especialistas informáticos. LA OBRA. El manuscrito no es solo para especialistas informáticos.

El recorrido histórico de la inteligencia artificial también sirve como eje articulador de conceptos clave que sirven para entender en dónde estamos parados hoy. La noción de “redes neuronales”, “aprendizaje automático” o “feedback”, detallados de manera simple pero completa, ayudan al lector a comprender cómo funciona no solo Chat GPT, sino también diferentes IA que conviven hace tiempo con nosotros, como los asistentes de Google o Amazon, los filtros de spam en nuestros correos, o el reconocimiento facial.

Además, nos revela que este estadío de bots conversacionales comenzó hace varios años y cuáles fueron los desafíos que motivaron su evolución.

En estos meses de efervescencia, fuimos testigos de cientos de voces que se proclamaron a favor o en contra de la IA. Pero sobre todo, se multiplicaron los textos de analistas que se jactaron de su extenso saber en la materia. El gran acierto de Sigman y Bilinkis es precisamente que no se posicionan en ninguno de estos dos polos. 

En primer lugar, ofrecen una lectura reflexiva, no exenta de opiniones, pero que no está condicionada por la necesidad de definirse a favor o en contra de los avances técnicos. En segundo término, su libro no es un certificado para exhibir la trayectoria y el conocimiento de ambos especialistas, pero tampoco proponen un manual para principiantes. Es sobre todo, un libro para pensar en sociedad un momento clave de nuestras vidas.

Uno de los claros ejemplos de este trabajo analítico es el capítulo dedicado a pensar cómo cambiarán las reglas del sistema productivo y sobre todo del trabajo, a partir de la evolución de la IA. Su texto no pretende esbozar argumentos para responder la pregunta por el fin de los trabajos o si los empleados de ciertas profesiones serán reemplazados por robots. 

Ofrecen, en cambio, reflexiones más interesantes, como por ejemplo, cómo la tecnología puede transformar nuestra productividad en commodity o bien, cómo llegamos a un punto en el que la creatividad, un aspecto que se creía intocable por las máquinas, comienza a ser cuestionada a partir de los últimos avances de IA generativa. La calidad, el esfuerzo, la posibilidad de una renta universal, están también presentes en el debate de uno de los capítulos más reflexivos.

En síntesis, la propuesta de “Artificial” es pensar a la IA desde una perspectiva humana. No es un libro para especialistas informáticos, sino todo lo contrario. Es un texto que interpela a docentes, a padres y madres, a artistas, a investigadores ajenos a las ciencias de la computación pero que en breve se verán obligados a pensar problemas relacionados a un nuevo estadío de nuestra civilización. Y es finalmente, un texto para pensar la política en tiempos de máquinas a las que les podríamos delegar la toma decisiones, un hecho que hasta hace meses parecía de ciencia ficción pero que hoy atraviesa debates ya presentes. 

El problema aquí ya no es técnico, sino evidentemente político, pero entendido desde la política en su concepto más general para pensar el espacio que compartimos, o como señalan los autores, al final de su texto: “el problema evidente de dar entrada a una IA en la función pública y el ejercicio del gobierno, es una vez más, la enorme dificultad de definir la función de valor que guía sus decisiones. Podrán ser excelentes en llegar a la meta que les fijemos, pero ¿cuál será esa meta? La barrera esencial es lo variada y ecléctica que puede ser la definición de ‘bien común’”.

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