“En el maíz de la región se presentó un impacto silencioso de la chicharrita del maíz en la Agricultura Moderna”, afirmaron los entomólogos Augusto Casmuz y Alejandro Vera, de la Sección Zoología Agrícola durante la presentación del análisis sobre la chicharrita del maíz en la agricultura moderna.
A través de la investigación, han destacado varias consideraciones fundamentales que arrojan luz sobre esta amenaza inminente en la producción del grano.
Uno de los puntos más destacados es la dinámica poblacional de dalbulus maidis, que demostró su presencia durante todo el año en nuestra región, siempre que las condiciones ambientales hayan sido propicias.
Esta observación subraya la persistente amenaza que representa esta plaga para los cultivos de maíz, al ser vector de un complejo de mollicutes y virus, siendo el más conocido spiroplasma kunkelii o apacharramiento del maíz.
Además, se ha identificado una preferencia marcada de la chicharrita del maíz por este cultivo, lo que la convierte en una plaga monófaga, mencionándose a las alternativas invernales como el trigo o los cultivos de servicios, solo como reservorios de esta plaga. Por lo tanto, el manejo cultural a partir de la eliminación de los maíces “voluntarios” durante la primavera puede ser considerada como una estrategia efectiva en el manejo de esta problemática.
Los especialistas también han mostrado resultados de experimentos preliminares que indicaron una respuesta de control positiva al aumento de dosis de los tratamientos de semilla bajo condiciones semi controladas.
Asimismo, se ha observado una respuesta favorable al aumento de las dosis en los tratamientos foliares para el control de D. maidis bajo condiciones controladas de laboratorio.
En resumen, el futuro del cultivo de maíz en el NOA implica una combinación de desafíos y oportunidades. Los productores de la región deberán mantenerse informados sobre las últimas investigaciones y tecnologías, adoptar un enfoque proactivo en la gestión de plagas, malezas y fertilización, y estar preparados para adaptarse a un entorno agrícola en constante evolución. La colaboración y el intercambio de conocimientos entre la comunidad agrícola y las instituciones de investigación seguirán siendo esenciales para el éxito a largo plazo.