El pasado 27 de septiembre, la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) llevó a cabo con éxito su XXIII Taller de Híbridos de Maíz para destacar las tendencias y desafíos de estos cultivos en Tucumán. El evento fue realizado en la Sociedad Rural de Tucumán (SRT) y congregó, aproximadamente, a 200 asistentes.
Este encuentro anual, organizado por el Proyecto Trigo y Maíz de la Sección Granos, bajo la dirección de Daniel Gamboa y Mario Devani, proporcionó un espacio para que expertos y productores analicen las últimas tendencias en el cultivo de maíz en la región. Se proporcionó una visión completa de los desafíos y oportunidades que enfrenta la agroindustria del maíz en la región, resaltando la necesidad de adoptar estrategias eficaces de gestión y tecnología para mantener la rentabilidad en condiciones climáticas cambiantes y una economía volátil.
Durante la jornada presentaron los resultados de la encuesta de maíz, realizada a los productores del cultivo en la provincia.
En este sentido, Virginia Paredes, de la Sección Economía y Estadísticas, presentó los resultados de la encuesta de maíz en Tucumán y zonas de influencia correspondientes a la campaña 2022-2023, que implicó alrededor de 48.000 hectáreas (ha) del territorio tucumano (50% de la superficie sembrada con el cultivo en la provincia) y 115.015 ha de las zonas de influencia del oeste de Santiago del Estero, sudeste de Catamarca y sur de Salta. El procesamiento de los datos indicó que el rendimiento promedio de la zona relevada ha sido de 4,18 t/ha.
En Tucumán, los rendimientos promedios estuvieron entre 1,8 t/ha y 8 t/ha. Mientras que en la zona de influencia el rinde promedio máximo llegó a 7 t/ha.
El rinde promedio ponderado de Tucumán se estimó en 4,27 t/ha, 33% menos que en la campaña 2021/2022. El departamento Leales registró el menor rendimiento promedio con 3,67 toneladas por hectárea, cuando La Cocha lideró con un promedio de 6,45 toneladas por hectárea.
Analizando la adopción de tecnología en el cultivo, el evento Víptera fue el más sembrado y en crecimiento seguido por Vt3Pro. En el 50% de la superficie relevada se utilizó sembradora neumática y en el 32% sembradora de precisión; la densidad de siembra elegida por el 86% de los encuestados fue 55.000 semillas por hectárea.
Con respecto a la fertilización, el 48% de la superficie relevada se fertilizó con nitrógeno. Las principales fuentes nitrogenadas fueron urea y nitrato de amonio calcáreo, siendo la dosis frecuente 37 kg N/ha.
En la provincia, además, se fertilizó el 68% de la superficie relevada. En Burruyacú y la Cocha se fertilizó casi el 90% de la superficie relevada en cada departamento. El 32% de la superficie relevada por la encuesta se fertilizó con fósforo, y las principales fuentes fosfatadas fueron superfosfato triple de calcio, fosfato diamónico y fosfato monoamónico.
En Tucumán se fertilizó el 60% de la superficie relevada, siendo La Cocha y Cruz Alta los departamentos con mayor superficie fertilizada.
En cuanto a los aspectos sanitarios, se continúan observando problemas con Spodoptera frugiperda (oruga militar tardía) en todos los eventos presentes y en los No OMG. También se observaron daños producidos por Helicoverpa spp. y Dalbulus maidis. El 52% de los encuestados detectó problemas con enfermedades y sólo en el 5% de la superficie relevada se realizó una aplicación para su control.
El 72% de los encuestados tuvo éxito en el control de malezas y los lotes se mantuvieron limpios hasta el cierre o bien se realizaron algunas aplicaciones extras por escapes.
Las malezas de difícil manejo en la siembra en esta campaña fueron Borreria spp. (botón blanco) y Chloris y Trichloris, mientras que las malezas más problemáticas a la salida de la cosecha fueron los cardos y malvas. Se realizaron entre tres y cuatro aplicaciones de herbicidas en el 83% de la superficie relevada. En Tucumán fue más frecuente realizar entre dos y tres aplicaciones. En el 45% (73.126 ha) de la superficie relevada se realizó control selectivo de malezas principalmente con pulverización selectiva (mosquito con sensores “weedit” o “weedseeker”).