06 Octubre 2023
TESTIMONIO CLAVE. El ex comisario Carlos Fabián Romano identificó a más acusados y detalló algunos de los momentos más violentos de la huelga. LA GACETA / FOTOs DE ANALIA JARAMILLO
Cinco semanas tuvieron que pasar para que el debate por la sedición policial que derivó en los saqueos de 2013 ingresara en el cauce legal que todos esperaban. Esa fue una mala noticia para los acusados de haber protagonizado los trágicos episodios que quedaron grabados en la memoria de los tucumanos. En las tres últimas audiencias no sólo se identificó a los líderes de la revuelta, sino que además quedaron al descubierto las maniobras a las que se recurrió para sembrar el caos en el Gran San Miguel de Tucumán.
En este juicio se está analizando la conducta que tuvieron los uniformados en esos días. Aquí, los 43 imputados no están acusados de los saqueos en sí, sino por la actitud que tuvieron al ponerse al frente de la huelga, en una especie de levantamiento contra las autoridades e instituciones de la provincia.
Hasta la cuarta semana, se escucharon diferentes testimonios que desviaron el foco de atención. Por un lado, el ex jefe de Policía Jorge Racedo, el único funcionario de importancia que está sentado en el banquillo de los acusados, y varios de los miembros de la plana mayor de la fuerza en esos días, intentaron trasladar la responsabilidad al poder político. El ex jefe de Policía Víctor Sánchez y el ex titular del Departamento de Inteligencia Criminal Jorge Urueña aprovecharon un campo fértil para sembrar dudas. Hasta hubo una situación insólita: el último de los ex comisarios presentó un documento clave para demostrar que los funcionarios del Poder Ejecutivo no actuaron en tiempo y forma.
Esa fue la respuesta a los dichos del ex ministro de Seguridad Jorge Gassembauer, su ex asesor José Sarmiento y el ex subsecretario César Nieva. Los tres fueron coincidentes: la decisión de frenar la revuelta era únicamente del jefe de Policía y de los miembros de la plana mayor.
Espectadores de lujo
Mientras eso ocurría, los otros 42 imputados eran espectadores de lujo del debate. Pese a que los ex funcionarios y ex comisarios se disparaban con munición gruesa, ningún proyectil parecía rozarlos. Pero esa situación se cortó esta semana, cuando declararon los ex jefes de la sección Motoristas del servicio 911, Carlos Acosta y Carlos Fabián Romano, que tenía como sede la Subjefatura de Policía, lugar donde los sediciosos se concentraron los días del conflicto.
FEDERICO CASTRO.
WALTER GARCÍA.
Acosta fue el primero en declarar, pero sus palabras no resultaron tan sólidas, ya que por haber sufrido un ACV no recordó varios puntos clave, aunque pudo identificar a varios de los líderes de la protesta a través de imágenes captadas por los camarógrafos de Canal 10. Sus palabras fueron ratificadas y ampliadas por su segundo, Romano.
En la numerosa lista de acusados aparecen 11 personas señaladas como líderes de la sedición (no se tienen en cuenta los fallecidos Ángel Chaile y Miguel Ángel Toledo, los más mencionados en el debate). Con la declaración de estos dos testigos quedaron complicados Diego Herrera, Néstor Salinas, Luis Herrera, Walter García, Federico Castro, Luis Herrera y Sergio Hogas. Los otros integrantes de este grupo que no fueron mencionados son Alejandro Mamaní, Flavia Bedmar, Pablo Pérez y Diego Urquiza.
VÍCTOR DI COLANTONIO.
MARIO GALARZO.
Los otros 40 enjuiciados fueron acusados de haber tenido alguna participación. Sin embargo, los dos últimos testigos del juicio los señalaron como líderes, por lo que su situación procesal podría modificarse con el corre de las audiencias. La lista está integrada por Cristian Zóttola, Víctor di Colantonio, Mario Galarzo, Diego Galván, Héctor Jaime, Marcelo López, Lucio Medina, Eduardo Rodríguez, Franco Acuña, Marcelo Alderete y Jorge González.
Actos de los sediciosos
En este debate oral también se pusieron de moda las palabras “no recuerdo”. Aún así los auxiliares fiscales Gerardo Arch y Rafael Heredia Carreño y de los querellantes José María Molina y Santiago Xamena se las ingenian, a pesar de la férrea resistencia de los defensores oficiales y particulares, de ir reconstruyendo en la sala lo que sucedió esos días.
Ayer por ejemplo, Romano de manera tibia, reconoció que los sediciosos ingresaron dos veces al interior de la Subjefatura para apoderarse de las motos con las que debían realizar recorridos en las calles. “Entraron una vez para negociar con Acosta y más tarde para quitarnos las motos. No fue un hecho violento, pero me empujaron porque resistí y García les gritó ‘no le peguen’. Creo que se llevaron entre cinco y nueve”, declaró el comisario retirado.
Otro de los puntos importantes que informó ante el tribunal integrado por Fabián Fradejas, Gustavo Romagnoli (presidente) y Luis Morales Lesica, es que los manifestantes se apoderaron de al menos 12 patrulleros. “Llegaron rodeados de personas que se trasladaban en moto y los dejaban estacionados en la puerta de la Subjefatura”, ratificó el ex comisario. La semana que viene está previsto que declaren más uniformados.
COMENZARON A APARECER LAS SEÑALES QUE SURGEN EN LOS JUICIOS EXTENSOS
Cada vez que se inicia un juicio extenso surgen las mismas señales. En el caso de la sedición policial que derivaron en los saqueos de diciembre de 2013 uno de los símbolos es la ausencia de los defensores. Ayer no estuvieron presentes los abogados Ernesto Baaclini (debía estar presente en una medida por otro caso), Arnoldo Ahumada (no participó de los debates de esta semana), Julieta Jorrat (es defensora de uno de los acusados del crimen de los productores de Tafí del Valle) y Pablo Rivera (tuvo que ser internado para someterse a una serie de estudios).
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