Por Guadalupe Norte
30 Septiembre 2023
INTERFERENCIA. Al hacer varias cosas a la vez se puede enlentecer el procesamiento de la información.
A diferencia del pasado, en el cual hacer “dos o tres cosas a la vez” era visto como un buen rasgo de las personas proactivas y enérgicas, hoy el hábito de hacer multitasking posee connotaciones negativas. En especial, porque diversos estudios científicos demostraron que no podemos prestar ni siquiera un 80 % de atención cuando hacemos varias tareas a la vez.
Aunque hay ocasiones en que los adultos no podemos evitarlo, el problema también afecta a las generaciones más pequeñas y puede traer consecuencias en su salud mental y rendimiento académico.
“Cuando queremos realizar una actividad, existen diversas redes cerebrales que se activan para dar paso a nuestra concentración y mejorar la cognición. Sin embargo, está demostrado que hacer varias tareas al mismo tiempo puede ocasionar pequeñas interferencias en estos mecanismos; dando como resultado un nivel de procesamiento de la información más lento”, explica la psicóloga cognitiva Laura Fernández.
Este tema fue abordado en un estudio titulado “¿Por qué la multitarea hace más daño que bien?” (2021) y publicado por la Universidad de Stanford (Estados Unidos).
“Algunas investigaciones han indicado que la multitarea crónica de los medios cotidianos está relacionada con dificultades en nuestra capacidad para mantener y usar la información en mente (memoria de trabajo) y nuestra capacidad para recuperar información (memoria a largo plazo)”, indica el neurocientífico Kevin Paul Madore en el artículo académico.
Además, según la investigación, esta modalidad de trabajo aumenta nuestra propensión a cometer errores u olvidos.
“Al pasar de un foco de atención a otro, en el proceso siempre hay una pérdida de precisión o velocidad. Esto se conoce como costo de cambio y genera un aumento en el margen de fallos que podríamos tener”, apunta el artículo difundido a través de la Revista Discover.
Otros puntos negativos
En cuanto a los niños, Fernández asegura que la costumbre del multitasking también influye en su capacidad de organización a futuro.
“Según la personalidad, hay niños que son demasiado activos y eufóricos, al punto de no lograr quedarse quietos ni siquiera para comer o estudiar. Sin caer en trastornos específicos que requieran tratamiento, es mejor complementar la rutina de este grupo con actividades de focalización en las cuales se emplee la conciencia plena”, destaca la profesional.
Por otra parte, para algunos niños y jóvenes, la costumbre de hacer varias cosas en simultáneo aumenta el factor de riesgo de padecer trastornos de ansiedad o ánimo.
“Tampoco hay que olvidar que la sobreestimulación de nuestros sentidos puede provocar un efecto rebote en el cual al final sea imposible concentrarnos siquiera en un quehacer. La memoria, nuestra paciencia y control emocional son tres elementos que se deben entrenar a diario al ser chicos para promover un correcto neurodesarrollo cerebral”, advierte la psicopedagoga Mónica Nazareno.
El conflicto alcanza un nivel más complicado cuando la tecnología se mete en el medio y aparecen las multitareas digitales. Un ejemplo de esto son los pequeños que ven la televisión al mismo tiempo que juegan con el celular o dibujan o aquellos niños que están pendientes de las redes sociales mientras hacen los deberes o charlan con sus padres.
“Esta tendencia es alarmante porque hablamos de nativos digitales que adoptaron las pantallas (de los celulares, computadoras, televisores, dispositivos de juegos, etcétera) como una prótesis de su propio cuerpo. Hay miembros que por su falta de empleo se agarrotan o tensan, por lo que respecta a la memoria, la concentración y capacidades resolutivas el resultado es similar”, acota Nazareno.
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