Es verdad que Boca mereció un poco más anoche en La Bombonera, pero falló en donde no debía y ahora deberá ir a San Pablo a buscar la heroica. ¿Podrá?
En esta ocasión, Palmeiras no se mostró la solidez y efectividad que lo trajo hasta aquí y por eso a pesar del empate, la ilusión “xeneize” crece. Y está bien que así sea, porque si bien los partidos se definen por goles, nadie le puede quitar al “xeneize” el mérito de estar a 180 minutos de conseguir la tan ansiada séptima Libertadores.
La fórmula de Boca en la Copa Libertadores sigue dándole réditos al equipo que está a un partido de llegar a la final sin haber ganado ningún duelo en los playoffs. De hecho, en los últimos cinco partidos jugando de local en fase de eliminación directa Boca no pudo pasar del empate. Fue 0-0 con Santos (semifinales de 2020), 0-0 con Atlético Mineiro (octavos del 2021), con Corinthians en 2022 también empató sin goles. En tanto que en esta edición fue 2-2 ante Nacional (octavos) y 0-0 con Racing (cuartos).
Edinson Cavani fue uno de los más importantes del partido y estuvo cerca de cortar su sequía en Boca. Desperdició su primera chance a las 15 con un cabezazo que pasó cerquita del palo. Sobre el final de la primera mitad, el goleador uruguayo no pudo aprovechar otra oportunidad clara que tuvo de cabeza.
En el complemento contó con una (quizá la más clara), luego de una floja respuesta de Weverton tras un disparo de Valentín Barco. Allí Cavani no la pudo empujar casi sobre la línea. La noche venía torcida para Boca y el uruguayo extendió a nueve partidos su racha sin convertir.
El primer tiempo fue bastante intenso. Hasta los 15’, el partido fue casi de ida y vuelta. Palmeiras tuvo lo suyo pero luego el equipo de Abel Ferreira se fue conformando con el empate y jugó cada vez más cerca de su propio arco. Boca no fue una tromba, pero inquietó bastante al equipo brasilero.
El complemento empezó igual que la primera mitad. El “verdao” amenazó con un disparo de Raphael Veiga sin puntería, pero después se apichonó y empezó a mirar cada vez con más cariño el empate.
Por eso Boca creció y prácticamente obligó a que el partido se juegue en campo visitante. Hubo un gol que podría haber cambiado la historia, pero Wilmar Roldán detectó muy bien una infracción de Frank Fabra, justo antes que Miguel Merentiel rematara con el arco prácticamente libre.
De todas maneras, el mérito en esta jugada fue del arquero, que en la jugada previa le había tapado un tremendo cabezazo a Fabram que tenía destino de gol.
Con el 0-0 que tomaba cada vez más fuerza, Almirón empezó con las modificaciones para tratar de dar con la puntada final que pudiera darle una victoria.
Así, mandó a la cancha a Exequiel Zeballos, a Lucas Janson y a Darío Benedetto. Pero los minutos transcurrieron sin novedades en el marcador; el anfitrión terminó con impotencia y apurado, tirando la pelota al área. En una de esas, un centro preciso cayó en la cabeza de Benedetto que decidió buscar a Cavani cuando la jugada pedía arco.
“Era una semifinal de copa contra un equipo de mucha historia, en San Pablo el juego será muy diferente”, se justificó Gustavo Gómez central del “verdao” que fue uno de los puntos altos de la visita.
Con el 0-0 de anoche, Boca llegó a nueve empates consecutivos en partidos de eliminación directa de Copa Libertadores, una racha sin precedentes en la historia del torneo. Pero nadie puede negar que con sus armas (anoche jugó bastante mejor de lo que venía mostrando en las llaves anteriores y en la Copa de la Liga) está cerca de cumplir el objetivo del año. Claro, para ello deberá ser preciso en San Pablo, o dejar todo en las -buenas- manos de Sergio Romero.
El equipo de Almirón no podrá bajar las pulsaciones. En la seguidilla de partidos importantes se viene River y los hinchas anoche ya empezaron a cantar por el clásico. El cuerpo médico deberá evaluar a Marcos Rojo y a Barco quienes salieron con algunas molestias. “Sentí algo en el gemelo y salí por precaución”, dijo el central.
Los hinchas exigen ganar ambos partidos. Pero se sabe, la copa es la gran obsesión.