“Para dialogar lo importante es saber escuchar”

La improvisación y la espontaneidad reinarán en el concierto con standars de jazz que tendrá lugar esta noche, desde las 22, en CiTá Abasto de Cultura (La Madrid 1.457), en una formación especial de trío entre Germán Siman en batería, Mathias Agüero Hinz en contrabajo y Julio González Goytía en guitarra, que sumarán composiciones propias al repertorio.

El primero es visitante en la provincia; llega desde Córdoba, donde dirige el Jazz Camp y fue el fundador de la Córdoba Jazz Orchestra, y es el interlocutor de LA GACETA en esta nota.

- ¿En qué estadío se encuentra el jazz argentino?

- El jazz se ha convertido en patrimonio cultural universal, y siendo a la vez producto de la fusión de elementos de diversas raíces , hoy en día es natural que se nutra de nuevos elementos. En la Argentina, desde sus inicios tuvo referentes de gran nivel, siendo admirados aquí y también en el lugar de origen del género. Hoy en día, y en la búsqueda de nuevas direcciones, la música de las diferentes regiones son un aporte invaluable a su desarrollo y crecimiento. El tango y el folclore son algunos de esos importantes elementos a sumar ,o, mejor dicho, alimentarse mutuamente.

- ¿Hay un límite a la fusión?

- No hay límite a la búsqueda artística. Los músicos persiguen ideas y emociones que trasciendan el momento. a la vez que se van extendiendo los límites, aunque cada vez son más difíciles de superar, dejándonos como uno de los condimentos más importantes el diálogo como forma de llegar y emocionar al otro.

- ¿Se puede enseñar a improvisar?

- Si, se pueden enseñar los rudimentos técnicos para improvisar, el lenguaje y la forma de utilizarlo. Pero fundamentalmente hay que reconocer que todo el mundo sabe improvisar desde el uso de la palabra. Al hablar improvisamos con los conocimientos, las palabras y las frases aprendidos. Entonces improvisar sería como hablar, pero tratando de darle sentido a nuestras palabras. Tratar de comunicar nuestras ideas, pensamientos y emociones.

- Hablabas al principio de que la Argentina aportó grandes músicos al jazz, ¿dejaron una escuela?

- Hubo grandes músicos que dejaron un legado importante. Algunos desde sus discos y actuaciones en vivo, otros desde su vínculo con la docencia. En todos los instrumentos hemos tenido grandes referentes.

- Dirigís el Jazz Camp de Córdoba, ¿cuáles son sus objetivos?

- En este momento el Jazz Camp está en estado de hibernación, estamos pensando nuevas direcciones para que pueda seguir aportando a las nuevas formas de vincularse el artista con el mundo. Siempre sus objetivos fueron ayudar a desarrollar el mejor artista y la mejor persona. Esos valores siempre nos van a identificar.

- ¿En qué va a consistir el concierto?

- Tomamos como impronta el diálogo, y para poder dialogar lo más importante es saber escuchar. Tomando como excusa temas clásicos o propios, buscamos lo irrepetible en cada actuación. Sin perder la tradición, queremos ir hacia formas que pueden estar vinculadas con el hard bop, el be bop y el post bop, pero en general podemos decir que la idea es explorar con nuestro bagaje cosas que surgen espontáneamente. Todo esto implica un riesgo, pero también un gran premio si lo logramos.

- ¿Con cuál línea del jazz te sentís más identificado y cuáles son tus referentes?

- Realmente admiro y aprecio todas las corrientes de jazz, somos todo eso que hemos escuchado y amado. Como referentes, que son muchos, puedo mencionar a Bill Evans, Chett Baker, Art Pepper, las grandes big band. Entre los bateristas, los tengo en diferentes estilos: Ari Hoenig, Jeff Hamilton, Art Blakey, Elvin Jones, Buddy Rich, Neil Peart, John Bonham, aunque estaría recortando a muchos increíbles músicos.