27 Septiembre 2023
Desde 1988 soy colaborador del club; vi pasar muchos directivos, se nota que hago bien mi trabajo. Yo cuido el acceso al campo de juego, lo considero el corazón del club. No entra nadie que no esté autorizado.
Era un hincha más, me ubicaba en la Laprida pero después por cuestiones económicas dejé de venir a la cancha. Vine de Perú hace 40 años y hace 35 colaboro con Atlético de manera desinteresada. Gaspar Taranto era secretario del club y fue quien me invitó; pero me dijo: ‘vas a venir a trabajar, no a ver el partido’, acepté con tal de seguir al equipo. Empecé vendiendo encendedores con el logo de Atlético en la platea. Después, controlaba que los socios no se prestaran el carnet para pasar al sector 1.
Lo más feo que me pasó haciendo este trabajo se dio antes del primer ascenso a Primera con Rivoira. Atlético hizo un gol, yo festejé con los brazos y Baliño, que era el árbitro, me expulsó.
No entendía que yo no había gritado; solo había festejado con los puños. Me debería haber contenido; tenían razón, yo estaba trabajando y debía cuidarme de esas cosas. En ese momento fue difícil contenerme porque era histórico para nosotros. Lo mejor que me pasó fue que vengan a jugar equipos de otros países; ojalá pronto volvamos a jugar copas internacionales.
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