La política tiene una eterna deuda con los jubilados

La política tiene una eterna deuda con los jubilados

Seis de cada 10 integrantes de la clase pasiva perciben un monto cercano al haber mínimo.

La política tiene una eterna deuda con los jubilados

La aceleración inflacionaria de los últimos dos años contribuyó a que el gobierno pudiese licuar el valor real de las erogaciones correspondientes a jubilaciones y pensiones. Hasta julio pasado (último dato disponible), se acumulaban 12 meses consecutivos de caída en el valor real de este rubro del gasto primario, plantea un informe elaborado por la Fundación Libertad y Progreso en base a datos oficiales. 

De este mes, el haber mínimo garantizado aumenta un 23% a $ 87.459,76 (Resolución 189/23), de acuerdo con lo establecido por la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses).

Con la última suba, el mínimo quedó 40,8% por debajo del máximo alcanzado en septiembre de 2015, indica el diagnóstico al que accedió LA GACETA. En ese momento, el haber mínimo era equivalente a unos $147.614 a precios de hoy. “Si tomamos solo desde diciembre de 2019, la caída acumulada es del 22,7%. Incluso si sumamos los refuerzos discrecionales y transitorios, que no afectan el haber mínimo, el ingreso para un jubilado la mínima llega a $ 124.459, lo que representa una caída del 15,7% desde 2015”, detalla. 

Con esto, el haber mínimo se ubica 5% por debajo de la Canasta Básica para un adulto equivalente medida por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) en agosto ($ 92.131,70). Desde diciembre de 2019, el haber mínimo acumula un incremento del 522%; claramente por debajo del aumento de la Canasta Básica Total (631), del IPC general (621), del rubro de Alimentos y Bebidas (692), también del rubro de Medicamentos (591%). Y muy por debajo del tipo de cambio (898%).

La situación antes descripta es representativa de cada vez más jubilados y pensionados. “Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, del total de beneficios (jubilaciones y pensiones) otorgados por la Anses (6.805.374), el 62% -cerca de 4,2 millones- están en una mínima o menos. De ahí que el gobierno busque compensar parcialmente la merma con refuerzos y bonos”, señala la fundación. La caída en términos reales de los gastos en jubilaciones y pensiones explica la mayor parte del ajuste fiscal del gobierno, ya que el rubro de jubilaciones y pensiones explica 36% del gasto primario total en lo que va de 2023.

“La Argentina tiene una deuda con la primera infancia y con sus adultos mayores. En ambos casos las políticas públicas no han dado buenos resultados; la pobreza infantil supera el 50% y casi dos tercios de los jubilados vive con apenas poco más de 100 dólares al mes”, indica Eugenio Marí, economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso. Agrega que el modelo económico actual está agotado y requiere un giro copernicano. “Es necesaria una reforma previsional que mejore los incentivos al ahorro para la vejez. Pero también una reforma laboral que incentive la formalidad y, por consiguiente, mejora la sustentabilidad del sistema previsional. Hoy en Argentina más de 40% de los trabajadores son informales, lo que luego propicia la implementación de moratorias para dar algún tipo de ingresos a estos trabajadores que no aportaron. Hacer la reforma previsional sin la laboral es llanamente inconsistente”, expone el experto.

El pasado domingo, el ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, anunció un nuevo beneficio para tres millones de jubilados que consiste en un refuerzo de sus ingresos de $ 15.000 durante los próximos tres meses. La medida está orientada para aquellos que cobran hasta un haber jubilatorio y medio, explicó Massa en el marco de la batería de medidas con el que el Gobierno intenta paliar la pérdida del poder adquisitivo de la sociedad producto de la devaluación brusca de agosto y en las semanas previas a las elecciones presidenciales.

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