NUEVA YORK, Estados Unidos.- Los países deben considerar establecer reparaciones financieras para compensar la esclavitud de los afrodescendientes, aunque las reclamaciones legales sean complicadas por el tiempo transcurrido y la dificultad de identificar a perpetradores y víctimas. Con esa postura abrió la Asamblea General de Naciones Unidas el representante máximo de esa organización.
Según el informe del secretario General de la ONU, Antonio Guterres, ningún país ha rendido cuentas de forma exhaustiva sobre el pasado ni ha abordado el legado contemporáneo del violento desarraigo de entre 25 y 30 millones de personas de África durante más de 400 años.
“Según el derecho internacional de los derechos humanos, la indemnización por cualquier daño económicamente evaluable, según proceda y sea proporcional a la gravedad de la violación y a las circunstancias de cada caso, también puede constituir una forma de reparación”, señala el informe. “En el contexto de los agravios y daños históricos sufridos como consecuencia del colonialismo y la esclavitud, la evaluación del daño económico puede ser extremadamente difícil debido al tiempo transcurrido y a la dificultad de identificar a los autores y a las víctimas”. No obstante, subraya el informe, la dificultad de reclamar una indemnización no puede ser la base para anular la existencia de obligaciones jurídicas subyacentes.
La idea de pagar indemnizaciones o reparar de otro modo la esclavitud no es nueva, pero el movimiento ha cobrado impulso ahora por las demandas de los países africanos y caribeños.
La Unión Europea declaró en julio que el pasado esclavista de su continente infligió “sufrimientos indecibles” a millones de personas e insinuó la necesidad de reparar lo que calificó de “crimen contra la humanidad”.
Hora de renovar
Al inaugurar la serie de discursos de líderes mundiales, Guterres insistió en que las organizaciones deberían hacer cambios estructurales, basados en las realidades económicas y políticas del siglo XXI.
Pidió acciones conjuntas para superar las crisis que amenazan la paz y la preservación del planeta y dijo que es necesario reformar el Consejo de Seguridad de la ONU y las demás instituciones multilaterales, para evitar mayores divisiones que dificulten la consecución de esas metas.
Guterres señaló a los gobernantes y representantes de los 193 países del organismo que las tensiones geopolíticas por la guerra en Ucrania, la emergencia climática y las nuevas tecnologías disruptivas constituyen “amenazas existenciales” que están “trastornando el mundo”.
“Ante todos estos desafíos y más, ‘compromiso’ se ha convertido en una mala palabra. Nuestro mundo necesita estadistas, no juegos ni bloqueos. Los gobernantes tienen una responsabilidad especial de lograr compromisos para construir un futuro común de paz y prosperidad para nuestro bien común”, declaró ante la 78ª Asamblea General de la ONU.
“Ya es hora de renovar las instituciones multilaterales basadas en las realidades económicas y políticas del siglo XXI, arraigadas en la equidad, la solidaridad y la universalidad”
El diplomático señaló que el mundo ha visto una reciente ola de conflictos, golpes de Estado y caos, así como divisiones cada vez mayores entre las potencias económicas y militares, que están provocando una “gran fractura” en los sistemas económicos y financieros y en las relaciones comerciales y una “transición caótica” hacia un mundo multipolar pero fragmentado.
“El mundo ha cambiado; nuestras instituciones no. No podemos abordar eficazmente los problemas tal como son si las instituciones no reflejan el mundo tal como es” y no contribuyen a solucionar el problema de las divisiones crecientes, que no se dan solo entre países o bloques, sino en el interior de las propias democracias, donde “el autoritarismo está en auge”, prosiguió.
Guterres recordó que las instituciones multilaterales establecidas luego de la Segunda Guerra Mundial -la propia ONU, el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional (FMI)- responden a una época donde gran parte de los países vivían bajo el yugo colonial.