Decenas de personas marcharon anoche pidiendo justicia por el crimen de Lucas Delgado, el joven de 21 años que fue asesinado de un disparo el pasado miércoles en avenida América al 1.400, y para pedir mayor seguridad en la zona.
Minutos después de la puesta del sol, la intersección de las calles Colombia y Viamonte se iluminó con la luz de las velas cargadas por los vecinos de los barrios Modelo, América, Kennedy y ampliación Kennedy, que acompañaban a la familia de Lucas Delgado a seis días de su asesinato. La concentración empezó alrededor de las 19.30 en la puerta del colegio Nuestra Señora de Montserrat, institución a la que Lucas había asistido con su melliza Sofía desde los cuatro años hasta que egresaron en 2019, y la que se encargó de organizar la manifestación apenas se enteraron de lo ocurrido.
A medida que pasaba el tiempo el punto de encuentro se iba llenando. Adultos, niños, jóvenes y ancianos llegaban solos o en grupo, se saludaban entre sí y aguardaban a que se hiciera la hora para empezar a marchar. Pasadas las 20, llegaron Marcela Ruiz, Mario, Sofía y Benjamín Delgado, los padres y hermanos de Lucas, respectivamente. Los cuatro fueron recibidos con cálidos abrazos, acompañados de lágrimas y palabras de condolencia y consuelo.
“Mi hijo era inocente; le cortaron la vida en un segundo, todos los sueños, absolutamente todo”, manifestó Marcela con la voz entrecortada. “Ya hay una cama menos, un lugar menos en la casa y esto nos va a costar, nos va a llevar mucho tiempo”, dijo Mario mientras abrazaba a su esposa. Sofía se refirió al momento que vivieron el pasado miércoles 13 de septiembre y dijo que todo sucedió muy rápido y que casi no llegó a ver nada. “A los chicos no los vi hacer disparos, al policía sí. Me parece muy injusto lo que pasó, no tendría que haber sido así. El accionar del policía me pareció muy malo; se excedió demasiado, no tendría que haber hecho ni un disparo, siendo un lugar tan transitado me parece que no era oportuno”.
Además habló al respecto de lo manifestado por Augusto Avellaneda, el abogado defensor del agente Facundo Lencina, quien la semana pasada dijo que su asistido quería pedirle disculpas a la familia Delgado. “Yo la verdad es que no acepto sus disculpas para nada, no las acepto y no quiero verlo ni que se presente en mi casa”. “Yo no soy Dios para perdonar, pero de que hubo exceso, hubo exceso. No puede tirar 14 tiros en un lugar público -dijo Mario- Ha sido una desgracia con suerte; Lucas iba en el medio y sus hermanos al costado de él, le podría haber pegado a los tres o a dos de ellos”. Por último, sus padres pidieron que Lucas sea recordado de la mejor manera, como fue y todos saben cómo era; buen amigo, buen compañero, buen hijo, buen hermano”, dijeron.
Luego de las declaraciones de Sofía, Mario y Marcela, los presentes comenzaron a caminar en dirección a Avenida América al 1.400, lugar donde Lucas fue ultimado. Durante todo el trayecto la marcha estuvo encabezada por la familia del joven y el silencio invadió las calles recorridas, donde apenas se escuchaban algunos murmullos. Todos iban a paso lento con sus velas encendidas y alguna que otra persona con la linterna de su celular encendida. A lo largo de las cuadras se fueron sumando otros vecinos; algunos de ellos aguardaban en las esquinas o en las puertas de sus casas con velas encendidas para manifestar su apoyo.
Una vez que llegaron a destino los presentes se reunieron alrededor de un árbol y colocaron las velas encendidas alrededor del tronco junto a una foto. Tras unos minutos de silencio, rezaron y gritaron pidiendo justicia y más seguridad. “Es momento de hacernos oír para que no haya ningún Lucas más. No podemos naturalizar estas situaciones”, dijo una vecina. “Esta es una zona que quedó en el olvido. No tenemos respuesta a nada de lo que uno pide, que son cosas normales. Todos los vecinos tenemos que estar unidos; vamos a empezar a reunirnos todos los miércoles a las 19 en este mismo lugar, para pedir más seguridad”, dijo Omar Tallairita.
Cerca de las 21.30, la familia Delgado se retiró del lugar, y con ella el lugar fue vaciándose de a poco, quedando solamente el cebo de las velas consumidas. (Producción periodística: Micaela Pinna Otero)