En promedio, la hipertensión arterial afecta a 50 de cada 100 argentinos. De ese número la mitad de los pacientes se encuentran bajo control y tratamiento médico. Sin embargo, un 12 % restante desconoce su diagnóstico... aunque las cifras parezcan elevadas, gracias al empleo de tensiómetros digitales automáticos esta estadística mejoró en un 50 %.
“Las mediciones exactas de la presión arterial son esenciales para controlar la hipertensión porque una determinación imprecisa puede afectar de forma significativa el diagnóstico y el tratamiento”, indicó el médico Joaquín Caputo, miembro de la Federación Argentina de Cardiología (FAC) a la agencia de noticias Télam.
Por este motivo el profesional aconseja emplear tecnología de calidad para realizar cualquier tipo de chequeo en nuestros hogares. Los tensiómetros deben estar amparados bajo las normativas de seguridad ISO y poseer el logo de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial, de la Sociedad Argentina de Cardiología o de la FAC.
“Otro detalle importante es que el tensiómetro tiene que ser de brazalete porque el aneroide tiene un tamaño estándar, que no se puede modificar. También es desaconsejable el uso de dispositivos automáticos de muñeca porque el brazalete se coloca sobre la arteria radial y da mediciones inexactas; en especial si el brazo no se mantiene al nivel del corazón durante la medición y la arteria radial no se comprime de un modo uniforme”, agregó.
Factores de riesgo
La obesidad, la diabetes y el sedentarismo son factores de riesgo que influyen en la posterior aparición de cuadros de hipertensión. Lo mismo ocurre con el estrés, el tabaquismo y con la ingesta de alimentos con un alto nivel de sodio.
En nueve de cada 10 casos no hay un único agente causal, sino que pueden verse involucrados mecanismos renales, endocrinos y vasculares, entre otros.