El comienzo del Mundial de rugby no fue bueno para el seleccionado de Escocia, quinto mejor equipo según el ranking mundial. Además de caer en su debut ante Sudáfrica, por 18-3, el combinado europeo sufrió la baja de uno de sus hookers, David Cherry, por un accidente bastante particular, que ni siquiera estuvo ligado al deporte en sí.
Cherry, de 32 años, sufrió una caída en las escaleras del hotel donde se aloja el plantel, el día después del partido ante Sudáfrica, y se golpeó la cabeza. Ese impacto le generó una conmoción cerebral, lo que llevó a activar el protocolo de conmoción en la concentración.
Este protocolo indica que el jugador debe estar alejado de las canchas por 12 días. Teniendo en cuenta la fecha del accidente, esto le habría permitido a Cherry jugar el resto de los encuentros de primera fase, ya que el segundo cotejo, ante Tonga, es el 24 de septiembre.
Sin embargo, el staff técnico, encabezado por el head coach Gregor Townsend, decidió desafectar definitivamente al forward del resto de la competencia. Su lugar fue ocupado Stuart McInally, capitán de Escocia en el Mundial de 2019, y que ya se encontraba en Francia, país donde se realiza el actual certamen, por la conmoción cerebral de otro integrante del plantel, Ewan Ashman, quien no fue desafectado finalmente.
“Estoy muy decepcionado de dejar el equipo con una conmoción cerebral. Me encantó el tiempo que pasé en el campamento durante el verano y mi primera participación en la Copa del Mundo el domingo. Quiero desearle al equipo todo lo mejor para lo que queda de competición”, expresó Cherry en diálogo con la Federación Escocesa de Rugby.
Además del cotejo ante Tonga, Escocia deberá jugar luego ante Rumania y ante Irlanda, líder del ranking mundial, en busca de lograr la clasificación a cuartos de final.