Por Nicolás Sánchez Picón
16 Septiembre 2023
La Expo Rural 2023 tiene una variada agenda, para todos los que intervienen en el mundo del campo y para el público en general. Pero también hay lugar para los estudiantes: ayer -como cada año- alumnos de escuelas experimentales y de universidades de la provincia se reunieron para participar de un concurso de jurado joven: pudieron catalogar y elegir -a ojo- los mejores toros, cerdos y ovejas. Algo así como una pequeña probadita de lo que deberán hacer más adelante en su vida profesional.
Lapicera en mano y planilla para anotar. Alrededor de las 15 del viernes, los estudiantes se encontraron en la Expo para formar parte de esta jornada especial. “Gran parte de la actividad profesional se basa en aprender a visualizar bien un animal por su actitud, para comprar, para vender... Todo eso se logra con la experiencia y con la observación del juzgamiento -cuenta a LA GACETA la zootecnista Carmen Roncedo-; sólo tenemos, por año, dos oportunidades para juntar a todos estos estudiantes. Una es esta, y la otra es la Expo Láctea, pero ya en relación a la actividad lechera. Hoy nos visitan estudiantes de capital, de Yerba Buena, de la Cocha, de Tafí Viejo, de Burruyacú y de Monteros. Lo que hacen los chicos es juzgar animales de diferentes categorías según sus aptitudes. Esta es una actividad muy tradicional en nuestra profesión”.
Mientras los animales son observados, docentes de la Facultad de Agronomía, Zootecnia y Veterinaria (que organizan el evento, junto al Ateneo de la SRT) dan a los presentes algunas aproximaciones sobre los ejemplares y sus características (raza, edad, condición corporal, comportamiento, entre otras variables). “Es muy linda la experiencia de la juzga. Se aprende mucho... Todo esto nos sirve para el trabajo después, a la hora de comprar, de reproducir, de seleccionar y de cruzar los animales”, comenta Máximo Pérez Guardia, estudiante de Ingeniería Agronómica. “Es la primera vez que vengo a la Expo. Está buena la oportunidad de venir e informarte sobre los animales, sobre cosas puntuales que no sabés”, añade Lourdes Caminos, estudiante de Ingeniería Zootecnista.
En el ambiente se nota que los chicos disfrutan la experiencia. Callados, escuchan con atención a los docentes y miran con cuidado antes de evaluar a toros, cerdos y ovejas. “Cada jurado hace su juzgamiento y los alumnos tienen que dar su percepción en la hoja, según lo que han aprendido en sus escuelas o universidades. Luego se comparan las dos opiniones; esta competencia que tiene por objetivo principal que vayan tomando con un parámetro sumamente objetivo; no hay ningún tipo de registro más de lo que veo a simple vista: coloración, tamaño de cabeza, características faciales... Todo eso sirve para ir afilando el ojo y poder elegir a futuro un buen reproductor”, cuenta el ingeniero zootecnista Marcelo Ibáñez.
“Hay que estar bien atento a los profesores, porque se juzga peos, tamaño, ancho del prepucio... y todo eso sirve para que, después, cuando vas a ver al animal, te des cuenta. Esta es una buena oportunidad para aprender de los que saben”, dice Luciana Mendiar, estudiante de Medicina Veterinaria.
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