ARCHIVO LA GACETA
Revisan su homebanking y encuentran descuentos de cosas que nunca autorizaron: de prepagas o de empresas que ni siquiera conocen. Al pedir un resumen de su cuenta bancaria, descubren que hace varios meses un servicio de cobranzas les viene sacando dinero. Se sienten estafados, vulnerables.
Es algo que les sucede cada vez más a los jubilados. En los últimos meses se han multiplicado este tipo de débitos no autorizados en las cuentas bancarias de personas de la tercera edad.
La Dirección Nacional de Defensa del Consumidor de la Secretaría de Comercio alertó recientemente sobre centenares de denuncias de jubilados que fueron estafados de esta manera. Si bien se trata de montos bajos, que van entre $ 500 y $ 600 pesos, se realizan en modo sistemático y en gran número, remarcaron.
En estos casos, la mayor parte de las denuncias fueron contra una empresa de servicios de cobranza. Según se investigó, estas firmas tienen acceso a bases de datos que les permiten, mediante pedido a los bancos, realizar débitos de una multitud de cuentas bancarias.
Por un lado, el sistema de descuentos a la personas es muy permeable. Por otro lado, vivimos en el siglo de la letra chiquita, describe José Farhat, secretario de Participación Ciudadana de la Provincia. Según describe, muchas veces aceptamos cosas sin darnos cuenta, algo que se exacerbó desde que muchas partes de nuestras vidas transcurren en modo virtual.
No obstante, sí hay muchos casos en los que los débitos se hacen sin ningún tipo de autorización. Una de las reparticiones donde están recibiendo varias denuncias es la Dirección de Comercio Interior y Defensa al Consumidor. El subdirector Hugo Rubio cuenta cómo operan estas empresas: “sacan códigos de descuentos que luego les mandan a los bancos y así les debitan dinero a las personas”.
“Generalmente cuando la persona percibe que le están descontando algo en forma indebida llama al banco o hace la denuncia en nuestras oficinas. Lo mismo ocurre cuando les debitan por un seguro de vida que nunca contrataron. Este tipo de maniobras aumentó mucho con el avance de la vida digital, y suelen tener como blanco a las personas mayores, de la tercera edad, porque son vulnerables”, sostuvo.
Del total de denuncias que recibe la repartición, unas 1.800 por mes, Rubio calcula que entre el 5% y el 10% son por estos códigos de descuentos indebidos. Es decir, entre 90 y 180 mensuales.
Al recibir la denuncia, desde Defensa al Consumidor se cita al banco en cuestión para que, en primer lugar, deje de descontarles a las personas afectadas. Luego, se les pide que le reintegren por el mismo medio el dinero que le han extraído sin permiso.
“La persona puede hacer la denuncia de forma verbal, llevando el comprobante del cajero donde figura el descuento”, apunta Farhat. Con eso ya la Dirección de Comercio puede empezar a actuar, remarca.
Qué dice la ley
Rubio explica que, según la ley nacional de defensa del consumidor, en el artículo 35 se establece que queda prohibida la realización de propuesta al consumidor, por cualquier tipo de medio, sobre una cosa o servicio que no haya sido requerido previamente y que genere un cargo automático en cualquier sistema de débito, que obligue al consumidor a manifestarse por la negativa para que dicho cargo no se efectivice.
“Muchas veces los descuentos pasan desapercibidos porque son de $ 250 a $ 400. Pero cuando la gente los descubre, da mucha impotencia”, señaló.
El subcomisario Adrián Puentes, de la División Delitos Telemáticos de la Policía, comentó que ellos también reciben denuncias por una serie de descuentos que le hacen a las personas en sus cuentas bancarias. Las extracciones provienen de diferentes entidades. “A veces son cooperativas para hospitales”, describió.
El origen de los descuentos, en la mayoría de los casos, es porque las personas no leen la letra chica cuando aceptan algún servicio, sacan un préstamo o una tarjeta de crédito.
Finalmente, aclaró que los afectados pueden solicitar la baja de un débito automático utilizando la función “stop débit”.
Casos
“En mi caja de ahorro del banco apareció un débito de $595 de una empresa con la cual nunca realicé una operación”, denunció una de las afectadas.
En el último mes, LA GACETA publicó cartas de tucumanos que confirman que estos descuentos parecen estar realizándose a gran escala.
El pediatra Lorenzo Marcos fue el primero que publicó una carta, el 7 de agosto. El médico reclamaba por el descuento no autorizado de una empresa de salud. Su enojo era principalmente porque, según dijo, “las cajas de ahorro pueden ser manipuladas por cualquier funcionario de turno”, y les exigía respuestas a funcionarios de Anses, de los bancos y a la Justicia.
“Un día revisé mi cuenta y encontré dos débitos automáticos no autorizados. Fui al banco y anularon los débitos. Pero me dijeron que no me devolverán el dinero que ya fue debitado. Ahora reviso casi a diario de mi homebanking”, contó.
En otra de las cartas, una lectora denunció que había descubierto que había muchas víctimas de lo que llamó el “robo hormiga” a manos de una empresa de servicios de cobranza.
Ante el aumento de las denuncias, la Dirección Nacional de Defensa del Consumidor y Arbitraje del Consumo aclaró que se puede solicitar la baja de un débito automático al banco sin tener que justificarla. El banco debe proceder con el requerimiento.
Además, se puede solicitar al banco que revierta un pago realizado a un tercero por débito automático dentro de los 30 días corridos contados desde la fecha de realizado, y la devolución debe ser efectuada dentro de las 72 horas, precisó.








