Mezclar rugby con apuestas suena hasta ofensivo, pero sirve para ilustrar hasta qué punto fue sorprendente lo de Uruguay en su debut en el Mundial de Francia: los pronósticos situaban el eje de las posibilidades en torno a una diferencia de 50 puntos a favor de Francia, no sólo anfitrión sino también uno de los principales favoritos al título en la segunda Copa del Mundo que se disputa en su suelo. Las 24 victorias en sus últimas 25 presentaciones de local no hacían más que agigantar la figura de los Bleus frente a unos Teros que nunca superaron la fase de grupos en sus cuatro participaciones mundialistas.
Por fortuna, las estadísticas no son vinculantes y a veces la realidad las contradice, o cuando menos las pone en aprietos. Eso mismo fue lo que sucedió en el debut del seleccionado uruguayo: la paliza que se esperaba nunca llegó, y los galos tuvieron que trabajar mucho para asegurar un partido que permaneció abierto en el resultado hasta cerca del final, para enojo del público local.
Tratándose de seleccionados con objetivos distintos, el 27-12 conformó más a Uruguay que a Francia, más allá de que los anfitriones hayan presentado una formación alternativa. La gran distancia de experiencia y tradición rugbística entre ambos países imponía una victoria sin sobresaltos de los dirigidos por Fabien Galthié.
La gran actuación de Los Teros es fruto de un largo proceso de trabajo, constante y paciente, en el que Argentina -como faro del rugby sudamericano- tuvo mucho que ver. De hecho, su entrenador es argentino: Esteban Meneses, ex jugador de La Plata. “Vinimos a plantear un partido de igual a igual y lo conseguimos. Salimos convencidos de que estábamos a la altura. Vinimos a hacer historia y empezamos a transitar ese camino. Ahora, a pensar en Italia”, expresó Meneses.
Justamente, lo mejor de Los Teros fue que salieron a jugarle de igual a igual a Francia, y hasta llegaron a marcarle dos tries en el primer tiempo, aunque el segundo fue correctamente anulado por el TMO por una “pantalla”. Ese 13-5 al final del entretiempo ya tenía aires de hazaña para Uruguay y de catástrofe para los galos. Y aunque algunas errores e indisciplinas les abrieron los caminos a los europeos en el complemento, Los Teros se fueron con la cabeza arriba.
Por primera vez, Sudamérica tiene tres representantes en un Mundial, ya que en esta edición se sumó Chile. Los Cóndores dejaron momentos muy interesantes en su debut ante Japón, más allá de la derrota, y también confirmaron que el Cono Sur va ganando experiencia y nivel en el alto rendimiento.
Particularmente, el seleccionado uruguayo está en su mejor momento. Los Teros se clasificaron a Francia 2023 dejando fuera a EEUU y demostraron que su engranaje deportivo y dirigencial funciona de manera óptima. Además, varios de sus convocados tienen experiencia internacional desde hace tiempo. Por caso, cinco de los Teros juegan en el rugby francés: el capitán Andrés Vilaseca y Nicolás Freitas lo hacen en Vannes, Santiago Arata en Castres, Manuel Leindekar en Bayonne y Agustín Ormaechea en Nice.
“Los resultados y progresos que se están observando hoy están íntimamente relacionados con lo que se empezó hace muchos años, con una metodología de trabajo bien clara y acumulativa, en la que cada competencia nos ha servido para mejorar, refinar y obtener de cada cosa una ganancia, un aprendizaje, una evolución en algo, por mínima que sea”, analizó Guzmán Barreiro, Gerente de Alto Rendimiento de la Unión de Uruguay.
El miércoles, Los Teros enfrentarán a Italia en Niza, y sin dudas ya han demostrado que son un rival más peligroso de lo que parece.