Tiempo atrás, en una entrevista para C5N, el Papa Francisco advirtió sobre los “adolfitos” en la política. “Cuando viene un salvador sin historia, sospechá”, indicó sin dar mayores nombres y haciendo una clara referencia al genocida alemán Adolf Hitler. Sus dichos causaron gran repercusión en la sociedad argentina, al punto de que algunos se animaron relacionarlos con la figura de Javier Milei.
En su explicación sobre quiénes eran los “adolfitos” de la política, Bergoglio cita la obra “Síndrome 1933”. “Narra el internismo tremendo que había en Alemania y luego Franz Von Papen (diplomático y militar llamado el ‘diablo con sombrero de copa’) presenta a un político nuevo, que hablaba lindo, que sedujo a la gente, se llamaba Adolfo. Probemos con este que nadie lo conoce, no conocemos sus raíces, su condición. Todos votaron a Adolfito. Así terminamos. Le tengo miedo a los salvadores sin historia”, explicó.
Estas definiciones del Sumo Pontífice al periodista Gustavo Sylvestre se transformaron en videos de menos de un minuto que se viralizaron luego de conocer los resultados de la elección de las PASO.
A modo de respuesta, Milei tuvo duras críticas hacia el líder de la Iglesia Católica al que, en más de una ocasión, tildó de “comunista”, de “encarnar al maligno” y de ser “un imbécil que defiende la justicia social que es una aberración”.
La respuesta de la Iglesia en contra de Javier Milei
El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea, cuestionó los dichos del candidato a presidente de la Libertad Avanza a los que calificó como “insultos irreproducibles y con falsedades”.
“Uno de los candidatos se ha expresado con insultos irreproducibles y con falsedades. Como expresó monseñor Gustavo Carrara, el Papa es para nosotros un profeta de la dignidad humana en un tiempo de violencia y exclusión. Pero, por otra parte, también es un Jefe de Estado al que se le debe un respeto particular”, dijo y enfatizó: “Es imposible construir un país sin diálogo y con insultos, gritos y descalificaciones”.
Por otro lado, señaló la ingobernabilidad que existe en “un país dividido” y aseguró que “el clima de violencia en las expresiones de los candidatos no ayuda a la paz social”. Asimismo, sentenció que la iglesia no apoya a ningún candidato presidencial, pero expresa “principios” que espera que sean “útiles para reflexionar el futuro de este pueblo que amamos y al que servimos”.