12 Septiembre 2023
La Expo Tucumán se corporiza desde hoy, en su propuesta dinámica que reúne lo mejor de los sectores productivos y de servicios de la provincia y de la región, con el desafío renovado de ser el punto de reunión de productores y consumidores en el predio de San José de la Sociedad Rural.
La convocatoria anual es una verdadera fiesta popular, que todos los septiembres seduce a las familias para recorrer el lugar con sus diversas ofertas. En esta edición (la número 58), el eje conceptual es la vuelta a los orígenes, con preeminencia del sector agropecuario -en sus diferentes manifestaciones, con fuerte presencia de la maquinaria del campo- en la exposición que estará abierta hasta el domingo.
El folclore no estará ausente de la fiesta. Por el contrario, con guitarras, violines, bombos y un acordeón, Lázaro Caballero se presentará en el escenario esta noche, desde las 21, en una reivindicación de identidad campesina. La chaqueñada más joven y alegre ya tiene quien la cante y con apenas 31 años -recién cumplidos- el formoseño la hace circular por todo el país. Aunque el cantante cuente que desde niño lleva la música litoraleña en las venas, ha sido desde la pandemia y con las redes sociales cuando se hizo popular y ganó un masivo público: “mucha gente me descubrió en ese momento, tal vez porque se escuchaba más ante la imposibilidad de salir”, le responde a LA GACETA.
Durante la entrevista telefónica se lo escucha con entusiasmo cuando confiesa su admiración por Atahualpa Yupanqui, al punto que lo lleva tatuado en su hombro y brazo: “está su rostro, pero también una frase del ‘Payador perseguido’”.
El músico se ha presentado en la mayoría de los festivales masivos de la Argentina (el domingo animó el cierre de la Fiesta de la Empanada en Famaillá) y admite que está trabajando bastante, con más de 20 shows por mes. Se ha convertido en una figura nacional del folclore del Chaco salteño y boliviano, con su clásico sapukai.
“El chamamé es muy importante en mi vida, el primer referente de la música; cuando era chiquito fui escuchando a Mario Bofill, Zitto Segovia y al Chaqueño Palavecino, grandes chamameceros de los cuales muchos se fueron y a otros todavía lo tenemos”, dijo. Cuando cumplió ocho años pisó el escenario por primera vez y aunque su letrista es Roberto Aranda, él también compuso algunos temas. “Ay amigo”, “Acobardado de los tábanos” y “No voy a volver a llorar” son otras tantas canciones de su repertorio, cargados de gran energía. En 2014 fue consagrado en el Festival de Cosquín, y desde hace un par de años instaló el enganchado que tanto celebra la gente.
- Venís de cantar en Famaillá y esta noche lo hacés en la Sociedad Rural. Son diferentes públicos.
- Nosotros defendemos nuestra música e identidad en cualquier espacio o escenario, sean teatros o festivales: el chamamé y la chacarera chaqueña, que es esa que tiene un tono mayor y es más rápida, que aunque se te esté desgarrando el corazón, trasmite la alegría, porque es el modo de ser del campo. Hay mucha energía. Lo vemos en el público donde hay niños que apenas saben hablar y cantan nuestras canciones y se visten igual.
- De campo adentro.
- Así es. Soy de campo adentro, de un pueblo a 80 kilómetros de Formosa, Gran Guardia. Siempre vuelvo a esos lugares y con mucha nostalgia, y me sirve para componer nuevas canciones. Uno de mis discos se llama “De Yví Porá”, que es el nombre del puesto rural donde trabajaba mi papá. Y aquí viene lo que te decía, en la nada del campo, cuando el hombre está solo, trabajando, el chamamé transmite alegría.
- ¿Cuáles son tus referentes?
- El Chaqueño, Jorge Cafrune y Yupanqui. Tanto es así que lo tengo tatuado en mi hombro y brazo con una frase de él y su cara. Lo mío es bien de la región chaqueña, a la que somos varios los que la defendemos con su música y con la difusión de nuestra cultura. No es el Chaco solamente, sino Jujuy, Salta, Santiago del Estero, Formosa y parte de Bolivia y Paraguay. Es nuestra identidad, repito.
- Tu último disco levanta a los espectadores de sus sillas.
-Sí, es el “Enganchado Heridor”, con más de una decena de temas. Es para arriba, con mucha energía y baile. A la gente le gusta mucho, porque celebra, festeja la música y el baile.
Definición: “no vamos a cambiar”
“Nosotros no creo que vayamos a cambiar. Somos muy de defender lo nuestro; no voy a buscar otros mundos, en mi caso no se dará es situación”, respondió cuando LA GACETA le preguntó sobre la fusión con el género romántico que hicieron otros jóvenes como Los Nocheros o la misma Soledad Pastorutti, quien se acercó al pop en sus últimos trabajos. “Defendemos al gaucho como expresión genuina de la identidad. Y cantarle y ser gaucho no es usar el sombrero y la bombacha todos los días -agregó-. Nos sentimos contentos de que de a poco vayamos trayendo de vuelta a la juventud al folclore. Desde la chaqueñada y nuestros pagos”.
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