Un accidente casi la hizo abandonar, pero Nancy Ríos se sobrepuso y es la nueva campeona de la Fiesta de la Empanada
Nacida en Famaillá hace 37 años, la cocinera cumplió uno de sus grandes anhelos, en el certamen que concluyó ayer entre música y quinchos llenos. Apoyos y enseñanzas familiares. Evaluación del jurado.
Nancy Ríos no comenzó ayer de buena manera la jornada. Sin embargo, el desenlace fue el que había soñado esta cocinera de 37 años. Temprano, mientras picaba carne con un cuchillo, se lastimó dos de sus dedos. Agobiada por las largas horas de trabajo que cargaba, la lesión la desanimó e hizo dudar de continuar con su participación en la competencia para definir la campeona 2023 de la 44° Fiesta Nacional de la Empanada, que terminó ayer en una repleta Famaillá.
Enseguida, su temple de luchadora, una vez más en su vida, le cerró las puertas a la resignación. Y así la famaillense salió decidida a pelear por el máximo lauro. “No podía desistir de un anhelo por el que luché desde hace años. Entonces me puse el delantal de nuevo y con las dificultades propias de los cortes que me hice, me embarqué a tratar de conseguir consagrarme como la mejor cocinera de empanadas”, le contó a LA GACETA.
La voz de su intuición le dictó que esta vez lo podía lograr. Y así fue. Nancy estalló en un llanto desconsolado cuando el Director de Turismo del municipio local, David Acevedo, la anunció como la campeona de esta edición. Enseguida se abrazó con su madre, Antonia del Valle Pérez, y así permaneció varios minutos. También se incorporó al encuentro su esposo Ariel Herrera.
La emoción no tenía límites. “Se conjugaron muchas cosas en ese momento. El recuerdo de mi abuela Humberta Rosa y el día en que me lancé a producir empanadas, hace 10 años, cuando necesitaba dinero para llevar al Hospital Garraham de Buenos Aires a una de mis hijas, aquejada de una grave enfermedad. Esto es el fruto del amor y de la pasión que le pongo al trabajo de elaborar una empanada. Es mi único secreto”, afirmó.
El jurado, integrado por 12 jueces, decidió otorgarle el galardón con un amplio puntaje por delante de las subcampeona, distinción que fue para Juana Contreras. La campeona, admite, aprendió el oficio de su padre Juan Carlos Ríos, dos veces subcampeón de la Empanada. Su madre confiesa risueña que ella no sabe ni hacer el repulgue. “La gastronomía no es mi fuerte”, sostuvo.
El año pasado, Nancy se clasificó en el cuarto lugar en el Campeonato Argentino de Empanadas que se desarrolló en Buenos Aires. Fue la mejor ubicada por Tucumán. “Somos una familia de campeones. Y yo no podía fallar”, dice orgullosa la ganadora.
La elección de la mejor elaboradora de empanadas se realizó ayer en un quincho que protegió del implacable sol del mediodía y rodeado de un nutrido público. A esa hora, el amplio paseo a cielo abierto se había transformado en una romería con gente que ya no encontraba un lugar para almorzar.
Los 43 quinchos permanecían repletos y se hacían filas para ocupar las mesas que se iban desocupando a cuentagotas. Las parrilladas, en la que se prepararon los diferentes asados, y los hornos de barro para las empanadas estuvieron encendidos durante todo el día. Caminar por el predio pronto se hizo complicado.
Hasta ese momento y desde el viernes que empezó el evento, a la Fiesta de la Empanada habían ingresado alrededor de 100.000 personas, según Acevedo. Ayer las actividades se iniciaron a las nueve y se iban a prolongar hasta las seis de hoy, en una madrugada a pura música.
El conjunto popular Q’Locura era el anunciado para realizar el cierre de la fiesta. También (al cierre de esta edición) se preveía la presentación de Los Avelinos, Raíces Tucumanas, Vanesa Juárez, Los Iracundos y Los Orejanos, entre muchísimos otros. “El balance es sumamente positivo. Esta ciudad se inundó de familias de toda la provincia y el país. Pese a las dificultades económicas la gente vino, disfrutó de nuestra gastronomía e hizo un enorme aporte a cientos de emprendedores”, señaló el intendente José Mellizo Orellana. Este año el predio estrenó una extensa caminería con piso de cemento en dos niveles de distribución de los puestos de ventas.
“Mejor preparación”
El chef Maximiliano Cano, presidente del jurado, elogió los cambios que advirtió en la infraestructura de circulación de los asistentes y ubicación de los quinchos. “Hay una mejor organización de los espacios” sostuvo.
En especial, valoró sobremanera la evolución que tuvieron las cocineras en el proceso de elaboración de las empanadas. “Hay mejoras en las técnicas de corte, en el tiempo de cocción y otros aspectos que sirven de vara de preparación para el futuro. También hay cuestiones que tienen que ver con la cantidad de agregado de los condimentos. Es decir, hay nuevas técnicas culinarias que sirven para mejorar el sabor del producto”, sentenció.
Otra integrante del jurado fue doña María Cuello, quien no solo resultó campeona de la Empanada en 1986, sino también ganadora del Campeonato Argentino de Elaboradores de Pizzas que se realizó en 2018 en Buenos Aires. Es que luego del premio obtenido en Famaillá se trasladó al conurbano bonaerense, donde instaló su propio emprendimiento gastronómico.
“A la empanada tucumana la estoy haciendo conocer en casi todas las provincias y en otros países. Es un producto que gusta y que, si se lo prepara con mucha dedicación y amor, nos permite obtener buenos ingresos”, apuntó.
Este año se incorporó al encuentro la Expo de la Empanada Federal, de la que participaron representaciones de Córdoba, Santiago del Estero, La Pampa y varias ciudades de nuestra provincia. Es que una delicia que se comparte, sabe más rica.