Al partido lo ganó Inglaterra en su conjunto, pero fue tan bueno lo de George Ford que terminó eclipsando el enorme trabajo de los forwards, aguerridos para la defensa, sólidos en las formaciones, ávidos para la pesca y el juego aéreo. Con Owen Farrell suspendido, el apertura de Sale Sharks tomó la responsabilidad de conducir a “La Rosa” y lo hizo de manera brillante, con un juego posicional muy preciso y una efectividad del 100% en sus nueve intentos a la hache: fueron seis penales y tres drops, estos últimos en un lapso de ocho minutos en el primer tiempo. Curiosamente, hasta entonces sólo había anotado dos en todos sus partidos previos con el seleccionado.
De esta manera, igualó a una leyenda de La Rosa, Jonny Wilkinson, quien había anotado tres drops contra Francia en el Mundial de 2003. También hay un argentino con esa marca: Juan Martín Hernández, que le hizo tres a Irlanda en Francia 2007. Sin embargo, el récord en Mundiales sigue en manos del sudafricano Jannie de Beer, que le metió cinco drops a Inglaterra en 1995.
Con 30 años, el apertura es uno de los más experimentados del plantel dirigido por Steve Borthwick, y este es su tercer Mundial. “Cuando pateaba esos drops parecía que tenía más tiempo del que en realidad tenía. Eso es signo de un jugador top class”, lo elogió el entrenador Borthwick. “Es como si viera cosas que muchos jugadores no ven”, agregó el capitán Courtney Lawes.