Finalmente hubo acuerdo. El Gobierno pactó con las automotrices la inclusión de algunos modelos de 0km en el programa de Precios Justos para congelar sus precios por 60 días.
Son cuatro los cuatro fabricantes que firmaron el acuerdo propuesto por el Ministerio de Economía: Toyota, Volkswagen, Nissan y Ford. Esto ha generado que, al menos para los productos de fabricación nacional, se puedan confeccionar las listas de precios de septiembre. No se descarta que el transcurso del día se sumen Renault, Chevrolet y Stellantis, según publicó Infobae.
Los modelos que esas cuatro marcas pondrían en Precios Justos serían Ford Ranger, Nissan Frontier, Volkswagen Amarok, y Toyota Hilux, todos con una versión de acceso de tracción simple.
No es casual que se trate de cuatro marcas que producen localmente pick-ups, y que ese sea el producto sobre el que han podido actualizar sus precios a los valores de septiembre. La razón está dada porque al ser vehículos comerciales, las camionetas no pagan el impuesto interno conocido como a los autos de lujo, lo que les permite a sus fabricantes, pautar sus precios sin necesidad de esperar a que la AFIP publique el esperado nuevo tope que debería estar vigente desde el 1 de septiembre.
"El objetivo del programa es que cada empresa ponga un producto de fabricación nacional dentro de Precios Justos, hay algunas marcas que tienen varias opciones, otras no, sólo una o dos", explicó al mencionado portal de noticias un ejecutivo de una de las empresas que todavía no ha suscripto el convenio con el gobierno.
Aunque sin confirmación oficial, como las cuatro marcas que ya han firmado fabrican pick-ups en nuestro país, sería bastante lógico que dispongan de una versión de acceso de esos modelos para el programa.
Entre las que aún no lo hay suscripto, el escenario es el siguiente:
Las camionetas que vende General Motors, S10 y Montana, se fabrican en Brasil, por lo tanto sería el SUV Tracker el producto del cual surja una versión para “Precios Justos”. Sin embargo, teniendo en cuenta que la validez inicial sería de dos meses, podrían colocar también el Chevrolet Cruze, que se dejará de fabricar en diciembre pero tiene un modelo debajo del límite de impuesto a los autos de lujo. Los autos más accesibles de la marca, los Onix Joy y Onix plus, vienen también de Brasil.
Renault, por su lado, es la fábrica que más opciones tiene para colocar un modelo en el programa de “Precios Justos”, ya que produce en Santa Isabel varios modelos. La pick-up Alaskan y el comercial utilitario Kangoo podrían entrar por no pagar impuesto a los autos de lujo por su categorización. En cambio, si eligieran un modelo, podría ser Sandero, Stepway o Logan las opciones también.
Stellantis tiene que decidirse pero como no fabrica camionetas, probablemente ponga en “Precios Justos” al Peugeot 208, el Fiat Cronos y el Citroën Berlingo. En este último caso, al ser un vehículo comercial, podría ser más competitivo por no pagar impuesto interno.
Así dadas las cosas, y aunque estén acordados los términos de comercialización de manera individual en el caso de cuatro fabricantes, hasta que no hayan firmado todas las marcas que producen vehículos en Argentina, el tope para el impuesto a los autos de lujo seguirá frenado. Aunque a diferencia del escenario del viernes y lunes por la mañana, donde reinaba la incertidumbre, el panorama actual parece ya no ser el mismo, y quienes acordaron con el gobierno ya tienen claro el modo de producir y vender para los próximos dos meses, es decir, hasta después de las elecciones presidenciales en primera vuelta.
En los casos de las empresas que ya firmaron el acuerdo con el Gobierno, el efecto se puede apreciar al conocer que en las primeras listas de precios estimativas y todavía internas que empiezan a aparecer, los aumentos de septiembre están entre el 12% y el 15%. También estas marcas podrían recibir la esperada autorización de SIRAS para nacionalizar vehículos que están retenidos en el Puerto de Zárate desde hace 65 días.
En cambio, quienes aún no han suscripto el acuerdo, armaron sus listas con aumentos relativos y condicionados, expresando que la mayoría de los modelos tendrían un aumento a determinar según el tope del impuesto, lo que indica que efectivamente, aún no hay certeza de cuál será el límite de precio para quedar en la escala a la que pertenece cada vehículo.