Cartas de lectores: saqueos
02 Septiembre 2023

La seguidilla de dolorosos sucesos que convulsionaron varios puntos del país hace unos días provocó una ridícula discusión semántica sobre si eran realmente saqueos o simplemente robos. Cuando la escalada parecía indetenible, felizmente estos hechos cesaron. La tragedia era inminente dada la lógica actitud de los comerciantes de armarse, para defender sus bienes y posiblemente sus vidas. Analizando las imágenes difundidas, veíamos cómo se llevaban bebidas alcohólicas, elementos electrónicos, ropa de vestir, cajas registradoras, góndolas… ¡Ah! Y también alimentos varios. Y como broche de la violación a la propiedad privada, destrozaron y quemaron los locales. No importa cuántos de estos delitos, lisos y llanos, se hayan producido. La marca que provocaron en los damnificados será traumáticamente inolvidable… y quizás definitiva. ¿Cómo se entiende tamaño ensañamiento, cuando muchos de estos delincuentes (no puede caberles otro término) eran asiduos clientes de los locales y hasta vecinos de sus víctimas? Y dejemos fuera de la discusión las palabras hambre, necesidad y pobreza, porque no tienen nada que ver con los hechos relatados. Son millones los argentinos, víctimas de este olvidable gobierno, atravesando situaciones de extremo dramatismo, y no por eso salen en “manada” a apropiarse de lo ajeno y menos a descargar su frustración y broncas destruyendo todo a su paso. Al contrario, redoblan sus esfuerzos y su resiliencia para sobrellevar, una vez más, el estrepitoso fracaso de nuestra clase dirigencial. Y aquellas bajezas también las vemos cuando por accidente vuelca algún camión de carga, con alimentos perecederos o imperecederos, como la hacienda vacuna por ejemplo. Cual pirañas, en cuestión de minutos, la carga es robada; y a la par de gente seguramente necesitada, estacionan vehículos varios, “4 x 4” incluidas, participando impúdica e impunemente del lamentable hecho. Todas estas tristes actitudes nos dan la exacta dimensión del grado de descomposición social y moral al que llegamos, y con el que tendrá que lidiar el próximo gobierno, sea el que sea, para sacarnos de la decadencia en la que nos sumergieron.

Ricardo A. Rearte

Pasaje Díaz Vélez 66

Monteros

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