La producción de frutillas en la provincia tiene una gran importancia, debido a que, por un lado, se utiliza como fruta fresca en los diferentes mercados del país. Pero, además, gran parte de su producción es congelada y utilizada en diversos procesos industriales, para producir alimentos.
A raíz de ello, LA GACETA Rural habló con Daniel Kirschbaum, coordinador del Programa Nacional Hortalizas, Flores, Aromáticas y Medicinales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) -con asiento en la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Famaillá-, para que analice la producción y la sanidad del cultivo en la actualidad.
- ¿Cómo se presenta la campaña en la provincia?
- En 2023, Tucumán afianza su condición de ser la segunda provincia productora de frutilla en la Argentina, detrás de Buenos Aires, con una superficie plantada de aproximadamente 535 hectáreas; un 27% de la superficie frutillera del país. El ‘Jardín de la República’, además, detenta otros liderazgos: es la principal exportadora de frutilla congelada y productora de frutilla orgánica. La mayor expansión del área frutillera local se registra hacia el este de la ciudad de Lules, entre las rutas provincial 301 y nacional 38, y hacia el sur, en el departamento Famaillá. Está finalizando el ciclo de cosecha primicia e iniciándose la etapa de producción de estación. Los precios de venta al público en la zona frutillera oscilaron entre los $ 2.000, en julio, y los $ 600, a fines de agosto, el kilogramo.
- ¿Cómo incidieron las condiciones climáticas?
- La plantación se realizó entre los meses de abril y mayo; y se obtvieron las primeras cosechas hacia fines de mayo, momento desde el cual se viene recolectando frutilla de manera creciente en Tucumán -principalmente, de las variedades más tempranas-. Este período estuvo signado por lluvias frecuentes y por prolongada nubosidad. En junio comenzaron a cosecharse las variedades intermedias y en julio las tardías.
- ¿Cuáles son los principales problemas de plagas y enfermedades?
- Desde el punto de vista fitosanitario, en algunas fincas se registraron problemas de mortandad de plantas muy por encima de lo aceptable durante los dos primeros meses postrasplante. Esto se debió a enfermedades de corona, fundamentalmente, según el diagnóstico realizado por INTA Famaillá de las muestras enviadas por los productores. Un temporal de varios días de lluvia copiosa en julio, atípico para Tucumán, afectó el 100% de la producción de ese período y de la semana posterior, y ocasionó severas pérdidas de fruta, tanto por el daño directo por lluvia como por la fuerte incidencia del patógeno Botrytis -el más agresivo del cultivo-, causante de la enfermedad moho gris. Altas tasas de infección de este patógeno se presentan cuando la temperatura se ubica entre los 15° C y los 25° C, la humedad relativa supera el 90% y las lluvias son de al menos 1 mm durante dos días consecutivos. La hoja no debe permanecer mojada por más de seis horas.
- ¿Y en qué afecta, particularmente, esta situación?
- La ocurrencia de este tipo de eventos climáticos, no habituales en el invierno tucumano, es una creciente preocupación para el sector frutillero local, ya que diezma significativamente la fruta primicia, que es su principal objetivo. En otras regiones productoras que conviven con lluvias se utilizan macrotúneles para minimizar las pérdidas causadas por las precipitaciones. En Tucumán, prácticamente, no se usa esta herramienta, pero debería comenzar a replantearse. De acuerdo a relevamientos realizados por INTA Famaillá, tras los altos registros térmicos y la baja humedad relativa de agosto comenzaron a evidenciarse focos de arañuela roja en las variedades menos tolerantes a la plaga. Esta situación, si bien es normal para la época, de no ser atendida oportuna y eficazmente puede comprometer todo el lote productivo hasta el final de la campaña. Otra particularidad de este invierno fue la escasa o nula ocurrencia de heladas. Las pocas que se dieron fueron de baja intensidad y de corta duración, sin incidencia significativa en el cultivo.
- ¿Qué variedades están presentes actualmente en Tucumán?
- Las principales variedades cultivadas este año en la provincia son San Andreas, Fronteras, Rociera, Rábida, Camino Real, Petaluma, Benicia y Sabrina. En menor proporción se plantó Sayulita, Savana y Sahara.
- ¿Cómo proyecta lo que resta de la campaña?
- Hasta el momento, la producción viene atrasada y se estima que el avance de la cosecha en la zona pedemontana de Lules, en promedio, es de un 20% a un 25%. Si se estabilizan las condiciones climáticas habrá un fuerte pico de producción entre septiembre y octubre, lo que impactaría negativamente en el precio de la fruta fresca.