"Con mi hermano somos muy amigos y compañeros. Siempre fuimos muy unidos. Cuando pasó lo que pasó, el se vino a vivir acá y nos vemos casi todos los días". Con estas palabras, Silvina Luna describía el vínculo que tenía con su hermano, Ezequiel, su gran pilar, y la persona que la cuidó hasta el final.
Cuando la salud de Silvina comenzó a empeorar como consecuencia de una mala praxis realizada por Aníbal Lotocki en 2010, Ezequiel se mudó de Rosario y se instaló en Buenos Aires para estar cerca de ella. Nunca la dejó sola. Fue su gran bastión hasta el final. Además, él fue el primero que levantó la mano y se ofreció a donarle su riñón cuando los médicos le comunicaron que la actriz necesitaba un trasplante.
Los hermanos siempre fueron muy unidos pero su vínculo se fortaleció tras la repentina muerte de sus padres. Sergio El Negro Luna falleció el 10 de marzo de 2008, a los 50 años, y Roxana tuvo muerte súbita el 19 de agosto de ese mismo año.
Por ese entonces, Silvina vivía en Buenos Aires, donde triunfaba en los medios luego de haber saltado a la fama por su participación en Gran Hermano 2001. Trabajaba como modelo, vedette y era figura de distintas obras de teatro y programas de televisión. Mientras tanto, su hermano seguía en la ciudad santafecina.
Silvina Luna sobre su hermano: “Es mi gran compañero y contenedor emocional”
A mediados de junio, fue Ezequiel quien acompañó a Silvina a la guardia por un fuerte malestar que la llevó a quedar internada en la sala de terapia intensiva del Hospital Italiano. Desde entonces, se mantuvo a su lado, y en todo momento se mantuvo con perfil bajo evitando la exposición mediática.
Pese a a que habló en su momento con Ángel de Brito, destacó que su único interés era acompañar a Silvina, especialmente estos últimos años en que tuvo que afrontar y ver cómo la salud de su hermana se fue deteriorando con el paso del tiempo. Hasta que su cuerpo no pudo más, a los 43 años.
“Yo lo único que quiero tener en la cabeza ahora es a mi hermana. Te pido por favor que le pidas disculpas a todos los que me escribieron pero estoy con la cabeza solo en Silvina. Por eso, no quiero ni pelear ni agradecer ni nada, porque me voy a concentrar en cuidar a Silvina”, decía Ezequiel Luna semanas antes de la muerte de su hermana.