29 Agosto 2023
Hace un año, una influencer sufrió un terrible ataque por parte de tiburón. Addison Bethea, de 17 años, estaba buceando junto a su hermano, Rhett Willingham, en Keaton Beach, Florida, Estados Unidos. Solamente estuvo 20 minutos en el agua cuando sintió que algo le había agarrado la pierna.
En su relato, la influencer reconoció que al principio pensó que se trataba de una broma pesada. Sin embargo, se dio cuenta que se trataba de un tiburón toro, cuyo tamaño promedio es de dos metros de largo, le mordió el muslo derecho y la arrastró hasta la profundidad del agua.
¿Cómo sucedió el ataque del tiburón?
En dialogo con The Guardian, la joven contó que el animal salió “de la nada” y la atacó clavando sus dientes sobre su pierna. Luego, la joven alcanzó a gritar alertando a su hermano de la situación.
“Luego volví a subir y fue entonces cuando vi que todo sucedía al mismo tiempo: la cola del tiburón agitándose, la sangre. Fue mucha”, explicó la chica que aseguró que la mordida no le provocó dolor.
Luego detalló cómo se defendió: “Fue entonces cuando empecé a golpear al tiburón”, manifestó y detalló que lo hizo sobre la nariz para intentar ahuyentarlo. Segundos después metió su mano dentro de las branquias e, incluso, le arrancó los ojos, que los describió como del “tamaño de una pelota de béisbol”.
Rhett, bombero y paramédico, logró rescatarla y subirla a bordo de un barco de rescatistas que escucharon los gritos de la chica y se acercaron para socorrer al grupo. Después de ponerla a salvo, su hermano le hizo un torniquete para detener la hemorragia.
Una vez que llegaron a la costa, fue trasladada en avión hasta el Tallahassee Memorial Hospital donde se sometió a una serie de cirugías: le amputaron la pierna derecha por arriba de la rodilla y pudo dar sus primeros pasos con un andador. Ahora, tiene una pierna ortopédica y se desenvuelve tan naturalmente como puede en su vida.
“No entiendo como lo hice”, reconoce Addison que lleva una vida normal con una protesis que le permitió seguir con sus actividades cotidianas. “Una vez que pasaste por algo así, no das nada por sentado. Lo que tenés que saber es que una vez que entras al océano, ese no es tu territorio. El tiburón estaba siguiendo sus instintos. Sí, es un bajón que me haya elegido para morderme, pero puede suceder”, concluyó.
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