Si antes de embarcar se comen o beben determinados alimentos o bebidas, el vuelo puede resultar no muy placentero, advierten los especialistas. Por eso es importante pensar qué se ingiere antes, durante y después del viaje, particularmente si es una travesía de muchas horas.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por su sigla en inglés) estiman que entre el 30% y el 70% de los turistas padecen malestares -como diarrea- durante los viajes. Los expertos aseguran que esos síntomas a menudo se pueden prevenir, prestando atención a lo que se come o bebe antes y durante el vuelo, así como en el destino.
Aconsejan evitar:
- Alcohol: los especialistas recomiendan evitar la ingesta de alcohol, especialmente de licores dulces o muy densos porque tienden a generar una mayor deshidratación y, por lo tanto, una mayor descompensación digestiva. Esto es debido a que el alcohol requiere un proceso más complejo de digestión a nivel del hígado, lo que puede acarrear algunos problemas extra al estómago.
- Bebidas azucaradas y dulces: el exceso de azúcar provoca mucha sed y en ocasiones dolor abdominal. Por esta razón se recomienda consumir solamente caramelos duros en el viaje para evitar la sensación de sequedad en la boca, y siempre con moderación.
- Verduras que provocan gases: antes de volar se deben evitar comer alimentos productores de gas, como legumbres y otros vegetales del estilo del brócoli o coliflor. Desde un día antes de abordar el vuelo, los especialistas recomiendan prescindir de cocidos, purés o ensaladas que contengan estos elementos.
- Lácteos enteros o los que no sean desnatados (descremados) son alimentos productores de gas que por razones de comodidad personal y ajena conviene evitar antes y durante un vuelo ya que pueden llegar a producir hinchazón, gases, incomodidad abdominal y hasta episodios de diarrea.
- Alimentos que contengan mucha sal: guarniciones como las papas fritas o los snacks deben evitarse en las comidas previas a viajar en avión. La sal que abunda en estas comidas incrementará la sed y la pesadez de estómago. Además, la falta de humedad y el aire seco de la cabina pueden provocar deshidratación. Hay que tener cuidado y tomar alimentos frescos sin sal si se quiere prevenir dolores de cabeza, mayor retención de líquidos y hasta estreñimiento y fatiga.
- Alimentos fritos y aceitosos: además de por las razones antes explicadas, las frituras son más pesadas de digerir y muy propensas a provocar indigestión. Rebozados como los nuggets o las croquetas deberían esperar hasta el aterrizaje.
- Café: existe la percepción de que tomar mucho café aumentará la concentración y el estado de alerta pero, por lo contrario, puede provocar excesivo nerviosismo e incluso pulso acelerado. La sensación de taquicardia no es lo más cómodo para viajar, por lo que es mejor reducir la cantidad de cafeína.
Qué sí se debe comer y beber antes de viajar:
- Agua: es muy importante durante los vuelos en avión, ya que en estos es muy recurrente que el cuerpo se deshidrate provocando acidez, reflujo o estreñimiento. Además, mantenerse hidratado evita las infecciones causadas por el aire seco de la cabina, que reseca las membranas mucosas de los oídos, la nariz y la boca.
- Comida alta en proteínas magras: son preferibles las carnes blancas por sobre las rojas por su fácil digestión. El pollo y el pescado son los almuerzos o cenas más recomendados antes de subir al avión, ya que muchas personas se ponen nerviosas al volar, y, si el estómago está cargado, pueden aparecer molestias digestivas como ardor estomacal o sensación de pesadez.
- Frutas: es definitivamente uno de los mejores alimentos para comer antes o durante un vuelo. Gracias a su gran contenido de agua, las frutas ayudan a mantenerse hidratado así como a saciar el hambre. Las uvas, frutillas y arándanos son la mejor opción debido a que son fáciles de transportar y no tienen cáscara u otros desechos que descartar.
Finalmente, una vez en destino, los especialistas de la Universidad de Harvard dieron una serie de recomendaciones para tener en cuenta a la hora de elegir qué comer.
“Las altas temperaturas matan los gérmenes peligrosos, por lo que los alimentos que se cocinan bien y se sirven calientes suelen ser seguros”, aconsejaron, al tiempo que recordaron que “los alimentos que han sido cocinados y dejados enfriar a temperatura ambiente o tibia, como en un buffet, podrían contaminarse”. En ese sentido, enfatizaron en que los productos animales como la carne, el pescado y los huevos deben consumirse completamente cocidos.
En la misma línea, en la medida de lo posible, debe evitarse el consumo de alimentos crudos. Las excepciones incluyen frutas o verduras crudas, que pueden ser seguras si se las pela al momento de consumirlas, habiéndolas lavado previamente con agua embotellada o desinfectada.