Hacinados en tiendas de campaña blancas en el patio de un centro deportivo de la capital haitiana, Puerto Príncipe, secando la ropa en las rampas de acceso y lavando a sus hijos en tachos de plástico, cientos de haitianos huyen de la violencia. Unas 8.730 personas en total han sido desplazadas en los alrededores del populoso barrio de Carrefour-Feuilles, según las estimaciones de personal de Naciones Unidas, más de la mitad debido a un nuevo estallido de violencia. Los residentes empezaron a abandonar la zona en masa desde el 12 de agosto, cuando las bandas armadas lanzaron sus ataques contra la zona.
La Policía ha tenido dificultades para combatir a los grupos armados que ahora controlan amplias zonas de la capital, y sus guerras territoriales han provocado una devastadora crisis humanitaria que ha desplazado a unas 200.000 personas en todo el país.
Ariel Henry, primer ministro no electo de Haití, solicitó ayuda internacional urgente en materia de seguridad en octubre.
Aunque los países se mostraron recelosos de respaldar a Henry y repetir los graves abusos cometidos en intervenciones anteriores, los delegados de Kenia se reunieron esta semana con Henry y altos mandos policiales para evaluar la posibilidad de dirigir una fuerza de este tipo. (Reuters)