Un ajuste fiscal de difícil cumplimiento para el país

Un ajuste fiscal de difícil cumplimiento para el país

El ministro de Economía lanzará hoy una batería de anuncios para atenuar los efectos de la devaluación. Economistas dudan que el BCRA acumule más reservas.

Kristalina Georgieva junto a Sergio Massa Kristalina Georgieva junto a Sergio Massa

Sergio Massa, el ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria, regresó desde Washington con los U$S 7.500 millones que la Argentina necesita para pagarle al Fondo Monetario Internacional (FMI). Curiosa clase de contabilidad creativa, ese préstamo fue otorgado por la institución acreedora. Pero nada es gratis, mucho menos para un país que se ha caracterizado por los incumplimientos de sus obligaciones financieras. El mismo FMI lo dijo en su revisión: la Argentina se descarriló, debido a una “histórica sequía, desvíos y demoras” en la instrumentación de las correcciones a los desequilibrios macroeconómicos.  El organismo gerenciado por la economista búlgara Kristalina Georgieva fue enfático en las metas que debe cumplir la actual gestión del presidente Alberto Fernández y las que lo sucedan: “los esfuerzos se centran en reforzar los controles de gasto con medidas iniciales dirigidas a actualizar las tarifas de la energía y contener los salarios públicos y las pensiones, sin dejar de proteger el gasto prioritario en programas sociales y en infraestructura”. En buen romance, esto se llama ajuste. El ajuste nació de una casa matriz, pero con varios padres. No sólo Massa se comprometió a velar por un país que honre sus deudas y regenere su capacidad de pago, sino también el economista libertario Javier Milei y la titular del PRO y referente de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, ambos postulantes a la Presidencia con serias aspiraciones de llegar al objetivo en los comicios del 22 de octubre.

Pese a esta situación, Massa avanzará hoy con una batería de anuncios para apuntalar el consumo y compensar la devaluación. Se espera que el titular de Economía destalle el pago de una suma fija para trabajadores que cobran el salario mínimo,  un bono para jubilados y pensionados con la mínima, y beneficios financieros e impositivos para PyME. Trascendió además que habrá tres regímenes de promoción de exportaciones para economías regionales, PyME y cerealeras con valor agregado para reforzar reservas y créditos para consumo y tasa subsidiada para bajar deuda a empresas

El agujero fiscal sigue creciendo, como se observó en julio, con un déficit primario de $ 334.366 millones. Esto implica que en los últimos 12 meses se acumula un agujero fiscal primario del 2,6% del PBI, sintetiza GMA Capital.

Con respecto a esto, Georgieva puso el foco en reforzar los controles de gasto a partir de la actualización de las tarifas de la energía y contener los salarios públicos y las pensiones. Sobre lo primero, la Secretaría de Energía de la Nación tiene en sus manos un bosquejo para subir las tarifas entre un 7% y un 9% a partir del 1 de septiembre para los sectores de mayor poder adquisitivo que, a su vez, pagan tarifa plena. Para el caso de los ingresos medios, el reajuste puede estar entre un 10% y un 15%. Según GMA, el dato de julio puso de cabeza al mercado. Por primera vez desde enero el gasto creció en términos reales respecto del mismo período del año anterior. A la luz de los hechos, todo apunta a que el ciclo de política expansiva típico de los años electorales habría comenzado, pese a las claras fragilidades que presenta la macroeconomía, completa la consultora.

Otro dato inquietante para los operadores y para los inversores es el que se reveló en el reporte del FMI acerca de que son negativas las reservas líquidas del Banco Central, y que ascienden a los U$S 14.100 millones. De allí el uso de los yuanes enviados por el Banco Popular de China.

Las reservas brutas del BCRA terminaron la semana en U$S 27.944 millones. Con los dólares girados por el FMI, en una primera instancia, el país tuvo que devolver los “préstamos puente” otorgados por la CAF (U$S 1.000 millones) y Qatar (U$S 800 millones), y sus respectivos intereses. También se devolvieron los U$S 1.700 millones que correspondían al segundo tramo del swap (activado transitoriamente) con los que se saldó parte de los vencimientos de julio, detalla Equilibra, Centro de Estudios Económicos. De los U$S 29.000 millones de reservas internacionales brutas que el BCRA acumuló en sus arcas hasta el miércoles pasado, cerca US$ 7.600 millones son dólares líquidos, otros U$S 3.600 corresponden a Derechos Especiales de Giro (DEG); U$S 3.800 son tenencias de oro y U$S 14.000 millones están en Yuanes, sintetiza la consultora. Lorenzo Sigaut Gravina, economista de Equilibra, cree que “si el Gobierno intenta sostener en $350 el tipo de cambio hasta octubre, habrá más atraso cambiario”. Tomando en cuenta esta situación el economista de FMyA, Fernando Marull, advierte que la meta acordada con el Fondo para acumular U$S 8.000 millones en reservas hasta fines de año es “imposible”. Además considera que la caída del PBI será este año del 3,8%, mientras el FMI proyecta 2,5%. Además, este año la inflación se disparará  hacia la zona del 200%, y no 120% como indicó el Fondo, proyectó el consultor.

Al potencial riesgo monetario, después de las PASO se le sumó el drama del dólar. Los manuales dicen que las devaluaciones sin plan ni ancla de expectativas generan un rápido pass through a precios y, en lugar de alterar solamente el nivel de precios, aceleran la tasa de inflación. Fue exactamente eso lo que ocurrió, dice GMA Capital. Tras el salto cambiario de 22% del lunes 14 de este mes se espera que la tasa de inflación suba un nuevo escalón y se ubique en dos dígitos mensuales tanto para agosto como para septiembre. El mercado baraja un avance del IPC de entre 20% y 25% para el bimestre. Conservadoramente, la inflación anual cerraría en 180%, estima esta consultora.

Un ajuste fiscal de difícil cumplimiento para el país

Y en el medio la campaña...

¿Cómo desarrollarán la campaña las principales fuerzas políticas en medio del ajuste? Los analistas políticos creen que no hay demasiado margen para un discurso tajante contra las medidas acordadas por el país con el FMI porque los tres presidenciables, Massa, Bullrich y Milei, tienen aceitados contactos con el organismo. “Los tres candidatos asumieron un compromiso de diálogo ante el FMI, aunque la propuesta de dolarización del libertario es contraproducente porque el FMI necesita esas divisas para cobrar los créditos y no que circulen. La lógica, en este aspecto, es que para los argentinos pesos; para los acreedores externos los dólares”, plantea a LA GACETA Cristian Buttié, director de CB Consultora de Opinión Pública. El politólogo agrega que no será cómodo para el oficialismo un escenario de ajuste, pero esto obligará a trabajar en sintonía para recuperar electores aplicando peronismo, como lo hicieron en las elecciones provinciales. “Los gobernadores entienden que será difícil la gobernabilidad si les cierran el grifo y no desarrollen la obra pública y eso implicaría ser recordados como malos mandatarios”, acota.

Julio Burdman, director de Observatorio Electoral, señala a su vez que ningún presidenciable puede dar soluciones a los padecimientos de los argentinos en temas claves como los salarios. Por eso, Massa apunta más a la idea se seguridad para los sectores populares con controles de precios e intentando resguardar el valor del ingreso. A su vez, Bullrich apunta a temas de seguridad, mientras se consolida el equipo económico con Carlos Melconian a la cabeza para rebatir a Milei. Y el libertario asoma como el distinto que promete una gran solución macro de un modo no tradicional, detalla el politólogo a nuestro diario. “En el fondo, son tres formas de no encarar el problema de corto plazo”, finaliza.

¿Cómo queda la situación con el FMI?

La Argentina deberá pagarle U$S 5.000 millones al FMI en lo que resta de 2023 -el 50% se concentra en octubre-, mientras que recibiría U$S 3.300 millones en diciembre, si cumple las metas, algo que luce muy difícil, según Invecq. Al país se le presentan tres desafíos.

1. La estacionalidad pesa

Tras la publicación del dato de julio (negativo en $ 334.366 millones), el rojo primario trepó a 1,3% del PBI en lo que va de 2023, “consumiéndose” así el 70% del permitido anual”, indica Invecq Consulting. Por motivos estacionales, el rojo suele crecer en el período agosto a diciembre. “Basta con observar que, entre 2016 y 2022, el 74% del déficit primario anual se dio -en promedio- en ese período”, acota la consultora.

2. Una base más baja

En el segundo semestre del año pasado, el Gobierno nacional ya había comenzado a ajustar el gasto público; por lo que, a diferencia de la primera mitad de este año, la base de comparación es más baja, puntualiza la consultora que dirige el economista Esteban Domecq. De todas maneras, el rojo fiscal del sector público nacional se agranda, y la meta anual, acordada con el Fondo Monetario, luce cada vez más lejana.

3. El “plan platita”

Si bien no hay margen para un “Plan Platita”, el oficialismo podría caer en la tentación de realizar políticas fiscales expansivas (subas salariales, bonos a jubilados, o más giros a provincias) para mejorar sus chances electorales. Algo de esto se vislumbró en julio: los gastos primarios crecieron 2,6% en la comparación interanual, con un fuerte aumento de “Transferencias corrientes a provincias” y “Gastos de funcionamiento y otros”, explica la consultora privada.

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