¿Existen los agujeros negros y los agujeros blancos?

En física y astronomía se trabaja con modelos matemáticos. Esto es necesario porque los objetos de estudio, a veces, son inalcanzables. Por ejemplo, la existencia del bosón de Higgs es necesaria para explicar la evolución del Universo desde el Big Bang hasta la actualidad. Su existencia fue enunciada en 1964 por Peter Higgs y recién el 2012, con el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) pudo ser detectardo. Hay otras partículas subatómicas que fueron enunciadas por la teoría y descubiertas mucho más tarde. Otro ejemplo sería el descubrimiento del planeta Neptuno. Le Vernier y Adams, estudiando el movimiento de Urano, predijeron en 1845 que debía haber otro planeta que afectaba su órbita y un año más tarde fue descubierto por Galle en el Observatorio de Berlín.

Ejemplos como estos hay muchos. La Teoría de la Relatividad, entre otras cosas, predice la existencia de los Agujeros Negros y los Agujeros Blancos. Los primeros son los más conocidos.

Veamos qué es un Agujero Negro y cómo se forma. Desde el punto de vista de la Teoría de la Relatividad, la fuerza gravedad del Agujero Negro produce una curvatura en el espacio tiempo, creando una singularidad rodeada por una superficie denominada Horizonte de Sucesos. Esto que parece tan complicado no lo es. Cuando una estrella con mucha masa, más que 30 veces la masa del Sol, llega la final de su vida, explota como una supernova. Los restos de esa estrella se comprimen y forma un objeto de alta densidad que tiene una fuerza de gravedad tan grande que atrae a todo lo que hay a su alrededor y nada, ni la luz, puede salir de ella. El Horizonte de Sucesos es el límite hasta el que podría llegar todo lo que está adentro. Hace mucho tiempo que se supone que los Agujeros Negros existen y si bien había evidencias observacionales de su existencia, recién en 2018 se tomó una imagen del que hay en la galaxia M87 y en 2019 el que está en el centro nuestra galaxia.

El Agujero Blanco se propone para explicar ecuaciones de gravedad de Einstein. Al igual de los Agujeros Negros deforman el espacio tiempo y tienen un Horizonte de Sucesos, pero nada que esté afuera puede atravesarlo. Para entrar en el mismo debería moverse con una velocidad mayor a la de la luz, lo que las teorías actuales consideran que no es posible.

Todavía no se entiende cómo se formarían. Algunos científicos suponen que están conectados con los Agujeros Negros y es la salida del material que entra en ellos. Otros creen que tienen una vida muy corta y tras colapsar se podrían transformar en Agujeros Negros. Estas dos posibilidades tienen sustento científico, pero son muy difíciles de explicar. Por otro lado su existencia violaría otras teorías que tienen que ver con el funcionamiento del universo como las del electromagnetismo y de la termodinámica.

Lo cierto es que la teoría de la relatividad predice la existencia de Agujeros Blancos, todavía no se sabe cómo se forman, cuánto viven y no se han podido detectar. Para que se pueda aceptar sin que haya sido observado no debe violar ninguna de las teorías existentes. Hasta tanto eso ocurra habrá los que aceptan su existencia y los que no.

La Teoría de la Relatividad, aunque no está totalmente probada, es aceptada porque hay algunas evidencias que es correcta. Si alguna observación contradice algo de esta teoría, será necesario revisarla completamente. La existencia de los Agujeros Blancos es el gran desafío para la astrofísica moderna.