El contexto del crimen de Lautaro Alexander Ostriz, de 24 años, comenzó a esclarecerse en la audiencia de ayer, en la cual se imputó a tres personas más y se le dictó la prisión preventiva a una de ellas por el hecho ocurrido en Estación Aráoz. El ataque podría tener relación con una deuda narco.
La víctima, que se dedicaba a prestar dinero, fue convocada el 10 de agosto por Cristian Leal, de años, quien debía devolverle una suma. Ese día desapareció y su cuerpo fue encontrado el domingo, por la confesión de Leal, en un descampado cercano a una zona conocida como Puente de Hierro.
Leal fue el primer detenido y por pedido del fiscal de Homicidios, Ignacio López Bustos, se le dictó la preventiva por seis meses, pero se abstuvo de declarar ante un juez. A raíz de la confesión que dio en una comisaría, se detuvo a Hugo Antonio “Negro Hugo” Fernández (46 años) y a los mellizos Héctor Enrique y Elio Maximiliano Córdoba (31 años). Al primero le dictaron la preventiva por tres meses y a los otros dos se les impuso medidas de menor intensidad para que sigan ligados al proceso.
Saldar una deuda
En la audiencia de ayer el auxiliar fiscal Guillermo Di Lella leyó la declaración de Leal en la Policía. El joven, sabiendo que la investigación lo terminaría acorralando, se presentó voluntariamente y manifestó que sabía que Lautaro había sido asesinado y que temía por su vida.
Relató que conocía a la víctima desde la escuela y que el último año retomaron contacto. Ostriz le prestaba dinero eventualmente. El 10 de junio le pidió $ 200.000 para festejar el cumpleaños de su hijo, pero al poco tiempo perdió su trabajo y se le volvió imposible devolver esa cifra. Di Lella, en su exposición, puso en duda la cantidad de dinero, que sería el móvil del crimen. Explicó que la madre y las tías de Lautaro manifestaron que el chico abiertamente contaba que había prestado $ 5 millones y que el deudor le pagaría ese día $ 9 millones. Cifras que, según un investigador, se sospecha que podrían estar ligadas al narcotráfico y a otros ilícitos.
Según Leal, el 10 de junio fue en su moto hasta la plaza de Estación Aráoz, donde Ostriz lo había citado. Lautaro lo esperaba dentro de una camioneta Toyota Hilux negra, en la cual estaban otros dos hombres y una mujer misteriosa. El imputado explicó que el joven bajó, lo saludó y dijo: “Marta, pasame la plata”. Describió que del vehículo salió una mujer robusta, que le entregó el efectivo y sin mirarlo le advirtió: “¡mucho ojo!”
El tiempo pasó, la deuda fue creciendo y Leal siguió pidiéndole prórrogas a Ostriz, explicándole que había quedado desempleado. Hace dos semanas lo llamaron desde un número desconocido. Cuando atendió reconoció la voz de “Marta”, que le dio la orden de citar a Lautaro el 10 de agosto en el Puente de Hierro. Le dijo que de esa manera su deuda quedaría saldada. Leal, sospechando que podía pasar lo peor, le pidió tiempo a la mujer para devolver el efectivo. “No quiero la plata. ¡Hacé lo que te digo y tu deuda está saldada! ¡Hacé eso o te mato!”, fue lo último que oyó antes de que le cortaran el teléfono.
El final
El 10 de agosto, Lautaro le pidió a su amigo Mauricio Brandán que lo llevara hasta el Puente de Hierro, que es un canal que cruza la ruta 302. El joven no podía viajar hasta ahí, pero lo acercó hasta una parada de colectivo que está en la entrada del pueblo, al frente del Juzgado de Paz. De ahí, según los dichos de Leal, pasaron a buscar a Ostriz en la camioneta negra que había visto meses atrás. Leal se bajó del vehículo en el que aseguró que viajaban Fernández, los Córdoba y “Marta”; saludó a Lautaro y luego dos de los otros implicados golpearon en la cabeza a Ostriz y lo subieron a la caja de la camioneta. Lo llevaron por la ruta hasta el canal y doblaron hacia el norte por un camino de tierra que conduce a Los Pereyra. A tres kilómetros de la ruta, lo mataron a golpes y luego taparon el cuerpo con tierra y ramas secas.
La autopsia confirmó que Lautaro murió por un traumatismo encéfalocraneano.
Medidas cautelares
Basándose en la información aportada por Leal, se ordenaron allanamientos. La camioneta negra que se sospecha que fue utilizada durante el hecho fue secuestrada en casa de los mellizos Córdoba. Los hermanos negaron su participación en el hecho y plantearon como coartada que ese día estuvieron en un acto político. El defensor Fabián Fernández aseguró que sus asistidos estaban siendo injustamente imputados y señaló que en su momento realizará un planteo para pedir el sobreseimiento. El auxiliar fiscal reconoció que las pruebas producidas hasta el momento no alcanzaban para pedir la prisión preventiva de los Córdoba, por eso solo les impuso que se atengan al proceso. El juez Matías Graña, en su resolución, agregó la orden de que no se acerquen a la familia de la víctima.
La situación de Fernández fue diferente. Varios testigos aseguraron que Ostriz trabajaba para “El Negro Hugo” en Lastenia. El acusado manifestó que tiene una carnicería y una sandwichería. Reconoció que el tío de la víctima, Cristian (quien aún no declaró como testigo) sí trabajó en su negocio, pero no el chico. Agregó que conocía a Lautaro porque en su casa tiene una cancha de taba y eventualmente su tío lo llevaba “para que hiciera unos mangos”. “Yo no le pagaba, él se ganaba unas propinas sirviendo gaseosas”, aseguró.
A pesar de que el defensor Macario Santamarina puso en duda ciertos puntos de la acusación, el juez Graña le dio la razón parcialmente a la Fiscalía y ordenó la preventiva por tres meses y no por seis como solicitaba el fiscal.
Mujer misteriosa
Di Lella confirmó que tendrían identificada a la tal “Marta”. A pesar de que se realizaron varios allanamientos, por el momento no fue hallada en ninguno de sus domicilios. La Policía sigue registrando viviendas en busca de la misteriosa mujer. Fuentes policiales indicaron que, si sus sospechas son ciertas, se trataría de una persona señalada en causas de narcotráfico y de comercialización de drogas.
La coartada
Los Córdoba dicen que ese día fueron a un acto político
“Ese día estuve en un acto político de Tomás Cobos, luego fuimos a comer un pollo al disco”, señaló Héctor Enrique Córdoba en su defensa. Aseveró que tiene fotos de la reunión, que se habría realizado el 10 de agosto. Su hermano Elio Maximiliano se defendió con el mismo argumento. También plantearon que habían comprado la camioneta Toyota Hilux hace menos de un mes. LA GACETA se contactó con el recientemente electo legislador del PJ. Cobos, quien reconoció que hace poco hizo una reunión en San Andrés a la cual acudieron muchas personas, pero aclaró que no conoce a los acusados.
Caso I: doble crimen en La Cocha
El 12 de marzo de 2021 uno de sus hijos encontró a Víctor Brito (58 años) muerto en su casa de El Sacrificio, en La Cocha. Presentaba golpes en el rostro y signos de tortura previos a recibir el disparo en la cabeza que terminó con su vida. Horas después la Policía encontró en un campo en Palo Blanco, también en el sur de la provincia un auto VW Gol Trend en llamas. En su interior encontraron incinerado el cuerpo de Gonzalo Brito, el hijo de 18 años de Víctor. Las víctimas eran conocidas por prestar dinero y, si bien eran productores rurales, se sospecha que los mataron por una disputa narco.
Caso II: el doble crimen de Santa Lucía
En febrero de 2017, el cuerpo de Luis Rodrigo “Chano” de la Vega (52 años) fue encontrado semicarbonizado en el interior de su camioneta utilitaria. Supuestamente había partido hacia Catamarca a comprar granos, pero fue ultimado. Dos días después, los vecinos ubicaron el cadáver de su hijo Walter de la Vega (25) a metros del primer hallazgo. La teoría del caso, que sigue sin resolverse, indicaría que los parientes se podrían haber quedado con un cargamento de sustancias que era trasladado por la ruta de los valles. También se habló de una pista sentimental, pero nunca pudo ser confirmada.