JOHANNESBURGO, Sudáfrica.- La ampliación del bloque Brics, (integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que se estudia en una cumbre esta semana, ha atraído a un variopinto grupo de posibles candidatos -desde Irán hasta Argentina- con una cosa en común: el deseo de igualar un terreno de juego mundial que muchos consideran amañado en su contra.
La expansión del grupo de los cinco es uno de los temas principales en la reunión de los países Brics, entre hoy y mañana, en Johannesburgo, la capital de Sudáfrica. La lista de interesados es larga: 23 países.
“Los jefes de Estado de los Brics emitirán una declaración sobre la expansión del grupo”, dijo el embajador de los Brics de Sudáfrica, Anil Sooklal, a la agencia Bloomberg a principios de agosto. Esto desencadenará un cambio decisivo en el orden mundial global, según los analistas que, sin embargo, insisten en bajarle el precio a la gravitación efectiva que tiene el grupo.
La lista de quejas es larga: prácticas comerciales abusivas, regímenes de sanciones punitivas, desatención a las necesidades de desarrollo de los países más pobres o el dominio de Occidente en organismos internacionales como las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial.
En medio del descontento generalizado con el orden mundial imperante, la promesa de las naciones Brics de convertir a la agrupación en uno de los principales defensores del “Sur Global” ha encontrado seguidores, a pesar de la escasez de resultados concretos.
Más de 40 países han manifestado su interés por unirse al Brics, según responsables de Sudáfrica, país anfitrión de la cumbre que se celebrará del 22 al 24 de agosto. De ellos, casi una veintena ha solicitado formalmente ser admitidos.
“La necesidad objetiva de una agrupación como la del Brics nunca ha sido tan grande”, afirma Rob Davies, ex ministro de Comercio de Sudáfrica, que ayudó a su país a entrar en el bloque en 2010. “Los organismos multilaterales no son lugares a los que podamos acudir y obtener un resultado equitativo e integrador”.
Los observadores, sin embargo, señalan un historial decepcionante que, según ellos, no augura nada bueno para las perspectivas de los Brics de cumplir las elevadas esperanzas de los futuros miembros.
Aunque alberga a cerca del 40% de la población mundial y una cuarta parte del PIB global, las ambiciones del bloque de convertirse en un actor político y económico global se han visto frustradas durante mucho tiempo por divisiones internas y una falta de visión coherente.
Sus economías, antaño en auge, como China, se están ralentizando. Rusia, miembro fundador, se enfrenta al aislamiento por la guerra de Ucrania. El presidente Vladimir Putin, sobre el que pesa una orden de detención internacional por presuntos crímenes de guerra, no viajó a Johannesburgo y participará virtualmente.
“Es posible que hayan inflado sus expectativas sobre lo que la pertenencia al Brics supondrá en la práctica”, dice Steven Gruzd, del Instituto Sudafricano de Asuntos Internacionales.
Una lista de quejas
Aunque el Brics no ha divulgado una lista completa de candidatos a la ampliación, varios países han manifestado su interés.
Irán y Venezuela, castigados y condenados al ostracismo por las sanciones, buscan reducir su aislamiento y esperan que el bloque pueda ofrecer un alivio a sus maltrechas economías.“Otros marcos de integración existentes a nivel mundial se suelen ignorar por la visión hegemónica impulsada por el Gobierno de Estados Unidos”, declaró Ramón Lobo, ex ministro de Finanzas y ex gobernador del Banco Central de Venezuela.
Las naciones del golfo Pérsico, como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, ven en el bloque de cinco países un vehículo para desempeñar un papel más destacado en los organismos mundiales.
Los candidatos africanos, Etiopía y Nigeria, se sienten atraídos por el compromiso del bloque con reformas en las Naciones Unidas que darían al continente una voz más poderosa. Otros quieren cambios en la Organización Mundial del Comercio, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
“Argentina ha pedido insistentemente una reconfiguración de la arquitectura financiera internacional”, declaró un responsable del Gobierno argentino implicado en las negociaciones para unirse al Brics.
Las posturas públicas del Brics ya reflejan muchas de estas preocupaciones. Y en su intento de convertirse en un contrapeso de Occidente, en medio de las tensiones de China con Estados Unidos y las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania, el aumento del número de miembros podría dar más peso al bloque y a su mensaje de reforma global.
El crecimiento del grupo de los cinco está claramente dominado por el desarrollo de China. Es el mayor socio comercial de Brasil, Rusia y Sudáfrica.
A pesar de los conflictos internos, los países Brics se consideran un proyecto exitoso. Según el último informe de inversión Brics de la Organización de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (Unctad) de abril de este año, su participación en la producción económica mundial aumentó del 18% al 26% entre 2010 y 2021.
El logro más concreto del bloque, el Nuevo Banco de Desarrollo o “banco del Brics”, ha visto cómo su ya lento ritmo de concesión de préstamos se ha visto aún más obstaculizado por las sanciones impuestas a Rusia, miembro fundador. (Reuters)