En el barrio porteño de Boedo, una imponente construcción se alza en medio de las edificaciones. Con la estructura arquetípica de un castillo, se distingue una propiedad de las del resto del barrio. Se trata de una propiedad que dejó Sandro y que él mismo diseñó.
En homenaje al 78 aniversario de su nacimiento, Olga Garaventa, viuda del galán de América, dio un recorrido por el “castillo secreto” de Sandro. En el paseo, mostró el interior de la gran mansión y exhibió detalles que pocos habían visto.
Sandro: cantante y arquitecto
En Pavón 3939 en Boedo, hoy funciona el Centro Cultural Cava: Centro de las Artes y Viticultura Argentina. Luis Ortiz, su director, contó la historia de fijación del "Gitano" con la propiedad que había allí y el proyecto que había previsto emprender.
En los 80, una noche, de camino a una entrevista, Sandro hizo que su chofer se detuviera en Pavón. Bajó del auto, hizo una inspección y contó que se había imaginado un castillo con una torre. “Nada de lo que decía era tirado al azar y, al poco tiempo, tenía consecuencias”, recordó Ortiz. Al poco tiempo, el cantante se presentó en la inmobiliaria y compró la casa que había visto junto a un tablero de dibujo para empezar a diseñar castillos.
Sandro tenía un nuevo proyecto: construir el centro de estudio de grabación más grande de Sudamérica. Sus ideas de grabación eran igualmente ambiciosas: soñaba con volver a grabar un disco de rock y tener como invitada a la mismísima Tina Turner, según contó Ortiz.
Cómo es el castillo secreto de Sandro
Con una enorme fachada blanca, el castillo de Sandro se distingue del resto de las casas de la zona. No sólo por su amplitud, sino por su particular arquitectura, simil a la de los castillos medievales. El paredón delantero cubre el interior de las miradas curiosas y deja la idea de lo infranqueable.
En su interior, las habitaciones son amplias. Los numerosos pasillos, con arcos en cada esquina, guían a los visitantes de una habitación a otra. Un recibidor espacio exhibe uno de los últimos pianos que tocó el artista.
Cada pared tiene un poster, una fotografía o una gigantografía. Sandro en blanco y negro, Sandro en sepia, Sandro con “Los del fuego”, Sandro en su época de Beatle argentino, son las imágenes que impregnan las habitaciones. En una de ellas, una tela rojiza brillante llama la atención: dentro de una vitrina, la bata que usó el galán de América en su último show.
Para enriquecer la muestra del centro cultural, los familiares del cantante empezaron a dejar allí algunas de sus pertenencias. Por ello, el CAVA cuenta hoy con objetos personales de Sandro como su copa de martini, la bata o los manuscritos que dejó mientras escribía sus grandes éxitos.