Cartas de lectores: acueductos
21 Agosto 2023

Sobre la construcción del nuevo acueducto, con toma en el río Vipos, se lee en LA GACETA del 31/07 que se ha abierto la licitación de las obras enmarcadas en el proyecto que lleva el nombre de “Optimización del servicio de agua potable para la comuna de Tapia, ciudad de San Miguel de Tucumán, Tafí Viejo y Villa Carmela”. Y según un documento del Enohsa, el nuevo acueducto permitirá elevar la capacidad de conducción de 3.600 metros cúbicos por hora contra los 1.200 m3/h actuales. Después de ver la aerofotografía se nota que el pueblo de Vipos y sus habitantes han sido excluidos del servicio de agua y, para peor, su situación se vuelve pésima, ya que en su principal fuente de agua, el río Vipos, según el proyecto de optimización, se puede triplicar el poder de sustracción de agua.

Esta “Enóhsica optimización” despierta el recuerdo de un tiempo pasado, en que la hidráulica, ciencia y experiencia, eran enseñadas y ejecutadas por los ingenieros Alejandro Uslengui, Simón Rabsium y en la Universidad, Schoclich. De la hidráulica se respetaba la regla que dice: al proyectar y ejecutar una obra, téngase muy en cuenta a los habitantes vecinos y aledaños a ella, y no se los perjudique ni despoje, pues el agua es un derecho humano de vital importancia para su mantenimiento, crecimiento, bienestar y existencia. Por esos mismos años se proyectó la Ciudad Hospitalaria en Horco Molle, pero en ese proyecto no se echó a mano a las tomas y acueductos de las Cañas, Antayacu y Las Piedras, que estaban directamente aguas arriba de ella, y que suministraban agua a la Ciudad de Tucumán o Tafí Viejo, bajo la administración de la hoy desaparecida 0SN,  sino que quienes hicieron el proyecto decidieron traer el agua desde una toma en el río Anfama, y desde allí con un acueducto trasmontando la Sierra de San Javier, bajar hasta la Ciudad Hospitalaria.

Después de empezada la obra de la Ciudad Hospitalaria con la construcción de la hoy residencia universitaria de Horco Molle por la empresa Sollazzo Hnos., en la que estaba el ingeniero Adolfo Moscosky, a fin de tener agua para la construcción y sus obreros, fue a la buscarla en el arroyo de Doña Hortensia, a fluente del río de las Conchas, y desde un azud tendió un acueducto, pero teniendo muy en cuenta de no perjudicar a los habitantes de Horco Molle, que aguas abajo en el río de Las Conchas tenían su toma y acueducto. En tiempos del Operativo Independencia, la empresa Sollazzo construyó para la Dirección Provincial del Agua, en la Angostura, el último dique que se hizo en Tucumán; y en el Potrero del Clavillo había empezado los trabajos preparatorios para construir el dique y la central hidroeléctrica para Agua y Energía. En esas circunstancias, la dictadura metió presos al gobernador Juri y al ingeniero Vacaflor.

Años después, me mandaron “Optimizar el servicio de agua para El Corte”, pues en LA GACETA se publicaban las quejas de los habitantes, que sufrían continuos cortes. Con una pequeña cuadrilla llegué hasta el azud de doña Hortensia, cuya toma habían trasladado los habitantes de Horco Molle; y para no perjudicarlos ni disminuir el caudal de su provisión de agua, instalamos una toma por encima de la de ellos, y al costado, y así solo tomar el agua que sobraba, y construimos un depurador de contacto, que conectamos a un acueducto vacío que llegaba a una cisterna vacía ubicada en la Loma de Imbaud; después de llenarla, la conectamos a la red de agua del Corte.

En una víspera de Navidad se libró al servicio. En un primer momento salió el barro decantado en la red, pero después el agua se aclaró y es de recordar que ya en la seca, ya en las crecientes, la toma nunca dejó de funcionar en forma constante durante muchos años.

Por ese tiempo, a pesar de tantos intentos entregapatrias, las empresas de servicios del Estado sobrevivieron y, caída la dictadura, seguían siendo baluartes que afianzaban la soberanía, contribuían a la libertad económica y servían bienestar a su clientela usuaria. Después, en tiempos de Menem salió la ley de privatización de las empresas de servicios del Estado. Hubo patriotas que se opusieron y sus nombres y actos hoy están olvidados. Ya perpetrada la privatización, la toma de doña Hortensia, por falta de mantenimiento, se perdió.

En cuanto al pueblo de Vipos, sus habitantes, si les es posible, pueden estudiar y ver si pueden hacer una toma en el río Ñorco y por la ribera opuesta del nuevo acueducto de Vipos, proyectar un acueducto para agua potable, cuya traza pase lo más lejos posible de las obras de optimización licitadas. En cuanto a Yerba Buena, si necesita más agua potable, puede estudiar proyectar y ejecutar una doble toma en donde se juntan el río Anfama y el río Garabatal, y desde allí, con un acueducto a pendiente constante, pasar por el costado del proyectado dique del Potrero de las Tablas, y seguir bajando por la Quebrada de Lules. El caudal posible a sacar es en la seca 7.200 m3/h y en el período de lluvias, 14.400 m3/h.

Otra variante más factible es hacer una toma directamente en el río Lules, como lo estudió y proyectó el ingeniero  José Domián, gran defensor de la Dipos que se opuso a su privatización. Quizás se pueda aprovechar su proyecto, y aprovechar tanto el estudio y la ejecución de la obra haciéndola por administración para así ganar experiencia y otros ahorros y beneficios económicos, que afianzan la soberanía; y hacerlo con profesionales hidráulicos locales de Tucumán, teniendo muy en cuenta no perjudicar a Lules. En cuanto al Potrero del Clavillo, si Sollazzo Hnos. y Agua y Energía se animaron en el pasado a construir la central hidroeléctrica ¿Por qué ahora quieren buscar soluciones en el extranjero? En la actual situación, la soberanía del agua es de las principales a guardar para las futuras generaciones.

Juan Carlos Rosario Medina                                                     

Lucas A. Córdoba 285 - S. M. de Tucumán

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