Hay muy pocas voces que tienen la suerte de perpetuarse en el tiempo. La de Chico Novarro es una de esas. Autor de un sinfín de éxitos como “Algo contigo”, “Arráncame”, “El camaleón” o “Carta de un león a otro”, el cantautor ha logrado permanecer presente más de 60 años en la vida de los argentinos. Fue una de las voces de “El Club del Clan”, se dedicó luego al bolero y al tango; compuso hits de rock, cumbia y pop. Y aunque partió de este mundo (ayer, a los 88 años) no hay dudas de que su arte seguirá por siempre: Chico ya es inmortal.
“Se fue mi papá, hermoso y amado”, publicó ayer por la mañana en Twitter su hijo, el actor Pablo Novak. Las repercusiones del ambiente artístico no se hicieron esperar. “Con un dolor que pocas veces sentí en mi vida, quiero decirles que se fue mi hermano de toda la vida. Volá alto Chico, muy muy alto”, dijo el cantante Dany Martin. “Hablando de valor y no de precio: gracias Chico Novarro por tantas canciones que nos marcaron”, escribió la periodista Silvina Chediek.
Bernardo Mitnik (así era su nombre) nació el 4 de septiembre de 1934 en Santa Fe. Hijo de padre ucraniano y de madre judeo-rumana, saltó a la fama en 1962, cuando a sus 23 años comenzó a integrar “El Club del Clan”, junto a otras jóvenes promesas de la música, como Violeta Rivas, Palito Ortega, Raúl Lavié y Johnny Tedesco. Aunque en sus inicios fue reconocido por sus canciones blancas, con el pasar de las décadas incursionó en otros ritmos y en otras letras, que le dieron fama internacional. “Yo llevo la dispersión en la sangre”, supo decir para describir su solvencia en diversos ritmos.
En “El Club del Clan” adoptó el nombre que lo acompañaría toda su vida. Allí comenzó a cantar sus propias canciones, como “El orangután” o la cumbia “Un sombrero de paja”. Para 1965, él y las grandes estrellas del programa ya habían abandonado el show televisivo, y se abocaron más a sus carreras solistas. En ese año lanzó su primer tango, “Nuestro balance”, que le valió el premio mayor en el Festival de Parque del Plata, en Uruguay. Allí empezó el derrotero de más éxitos: a ese tema le siguieron otros como “Cantata a Buenos Aires” (“¿Cómo no hablar de Buenos Aires, si es una forma de saber quién soy?”, afirmó). Gran responsable de su inicio en el tango fue su encuentro con Eladia Blazquez, a mediados de la década de 1960. “Eladia me dio una vuelta de tuerca para que escribiese tango. Me convenció para que lo hiciera. Ella me empujaba a hacerlo, y yo le decía: ‘Me gusta el tango, me gusta cantarlo, pero escribir… Es muy difícil’”, recordó en alguna entrevista.
En paralelo, comenzó a escribir boleros (“Algo contigo” es de 1976) y tuvo varios hits como “Un sábado más” y “Cuenta conmigo”, tema que ganó en 1979 el Festival OTI de la Canción, en México. Más tarde, su “Carta de un león a otro” fue lanzada en 1983 en la voz de Juan Carlos Baglietto, y se convirtió en uno de lo mayores clásicos de la música argentina. A lo largo de las décadas compuso junto a Palito Ortega, a Rubén Juárez y a María Elena Walsh.
Nuevas generaciones
En 1991 lanzó el espectáculo “Arráncame la vida”, junto a Andrea Tenuta, que le permitió que el género romántico llegase a una nueva generación. En los años siguientes siguió grabando discos y hasta se animó a volver a la actuación: en 2001 participó de “El sodero de mi vida” y en 2018 el filme “El amor menos pensado”.
Publicó cerca de una treintena de discos, entre 1961 y 2014. Y sus canciones fueron grabadas por Sandro, Maria Creuza, Olga Guillot, Sandra Mihanovich, Vicentico, Los Panchos y un largo etcétera. “Debo haber escrito unos 700 (temas)... 670 seguro. Escribí muchas cosas también que no las escribiría de nuevo, que prefiero olvidar”, aseguró entre risas en una entrevista para Infobae.
En seis décadas en la música, recibió discos de oro y platino en toda latinoamérica. Obtuvo dos diplomas al mérito en los Premios Konex, como autor y como compositor. En 2014 fue nombrado Ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires. Y aunque su arte quedará por siempre en la vida de millones de personas, para él, sus mejores logros fueron otros: “lo más lindo es haberme consagrado como padre y abuelo. Lo mejor que tengo es mi familia y estoy contento porque en este momento difícil que vivimos, los chicos pueden tener inquietudes, seguir estudiando, trabajando. Y agradezco que mi trabajo sea reconocido, eso también me da mucha felicidad”, resumió en 2021.