“Nos parece muy raro que uno de sus amigos todavía no haya aparecido por acá a ofrecer su ayuda en la búsqueda. Nadie lo culpó de nada hasta el momento, pero sí es llamativo que ya haya ido a Tribunales con dos abogados y todavía no nos haya dicho una palabra a nosotros de lo que sabe”, planteó Jorge “Turco” Anís, uno de los vecinos más involucrados en la búsqueda de Lautaro Alexander Ostriz (24 años). Los días pasan y sigue sin haber rastro del joven, habitante de Estación Aráoz, que fue visto por última vez el 10 de agosto en una parada de ómnibus de su pueblo.
“Vivimos un infierno”
“Lo crié como a un hijo. Él no andaba en cosas raras, no consumía drogas ni tomaba. Sí le gustaba salir de noche y, como todo chico de su edad, había veces que podía volver a la madrugada o al día siguiente, o dos días después, pero siempre volvía. El jueves salió y no volvió más”, indicó Luis Aguirre, de 65 años, el abuelo de Ostriz, quien atraviesa un difícil estado de salud. El hombre recibió a LA GACETA en su casa, donde el joven también vivía. “Estamos viviendo un infierno desde el jueves”, agregó el señor, mientras era asistido por una de sus hijas.
Según contaron sus familiares maternos, el día en que nació Lautaro, su padre le dio el apellido, pero cuando apenas tenía dos años sus progenitores se separaron y el hombre se mudó a la capital. Su madre y él se quedaron en la casa de Aguirre, pero luego la mujer accedió a una humilde vivienda -también en Estación Aráoz- y se mudó con sus cinco hijos. Ostriz, al enterarse de que su abuelo tenía cáncer, decidió regresar con él y con sus tías para acompañarlo.
“Ese día Lautaro se fue como a las 19 a la casa de un vecino y de ahí lo pasaron a buscar en un auto su amigo, Mauricio Brandán, y su padre. Ellos nos contaron que lo llevaron hasta una garita en la entrada del pueblo. Lautaro les había dicho que debía esperar ahí porque venía una persona para traerle un dinero. No era una zona desolada, lo dejaron en la primera cuadra del pueblo”, aclaró Emilia Aguirre, tía del joven desaparecido. Brandán fue el primero en alertar a la familia de Ostriz, porque, a pocos minutos de dejarlo, recibió un mensaje de Lautaro pidiéndole ayuda.
La tía de Ostriz recordó que el chico no había salido llevando un bolso con ropa, como solía hacer si pensaba ausentarse un tiempo, por eso la familia desde el primero momento descartó que Ostriz se haya ido por voluntad propia. “Esa ropa ya estaría sucia y él no se aguantaría eso, siempre fue muy pulcro”, detalló.
Un sospechoso
Jorge Anís es un allegado a la familia que, con lo que puede, los está ayudando. Además de colaborar con la búsqueda, se puso al hombro la tarea de buscar a un abogado que pueda guiarlos judicialmente. El hombre explicó que les sorprende que “Peco”, el amigo de Ostriz que le había pedido que retirara su dinero, no se haya acercado aún a la casa de su familia para aportarles información.
“Hay una persona involucrada en esto que nunca dio la cara. Es un amigo de él. A esa persona le debían $ 7 millones y él fue quien le pidió a Lautaro que pasara a cobrar esa plata que, hasta donde sabemos, era por un trabajo agrícola”, explicó Anís, que aclaró que no conoce a ese hombre, pero que al hacer averiguaciones en el pueblo algunos vecinos le contaron que se trataría de un hombre que trabaja con máquinas, camiones y rastras. Esos informantes le confirmaron que días atrás “Peco” había contactado a cobradores para ver si podían cobrarle la millonaria suma a su deudor. “Lautaro no es un cobrador, es un chico flaquito que nunca tuvo problemas con nadie, lo que tengo entendido es que él solo trabajaba haciendo trámites para ‘Peco’”, explicó.
“Creemos que a ese deudor quizás no le gustó que el tal ‘Peco’ haya mandado a un chico para cobrarle en vez de ir en personalmente”, deslizó el allegado.
La familia desconoce si esta persona le daba dinero a Lautaro para que prestara, algo que no se descarta en la investigación que lleva adelante la Fiscalía de Delitos Complejos, a cargo de Mariana Rivadeneira.
Emilia cuestionó que a las últimas cuatro personas con las que Ostriz tuvo contacto les secuestraron el celular, pero hasta donde saben, a “Peco” aún no. En ese sentido, consideró que los investigación viene siendo hermética: “no sabemos qué están haciendo para encontrar a nuestro ‘Lauti’, no nos cuentan mucho”, explicó. Por su parte, más tarde la Policía le informó a LA GACETA que ayer trabajaron haciendo rastrillajes en un canal cercano al paraje Las Tuquitas.