Luis Miguel sólo hay uno
El Sol de México llegó por primera vez a nuestro país a los 12 años. Fueron varias las “versiones” de él mismo que el público conoció con el pasar de las décadas. Por eso no es de sorprender que este “nuevo Luismi” cause polémica. Pero no hay dudas: el que canta es él; no hay quien pueda igualarlo
El paso del tiempo ha demostrado que no hay una sola faceta de Luis Miguel. A nuestro país llegó -siendo un niño- hace décadas con aquel “1+1= dos enamorados” y conquistó a chicos y a grandes. Luego, apareció el “Micky” adolescente; ese, se transformó en el hombre elegante que cantó boleros y tangos. Más tarde aparecieron otros: el aún más exitoso, el padre, el misterioso, el de la serie... ¿Por qué sorprende tanto el cambio físico de Luismi? No lo sé. Pero lo cierto es que en todos lados se habla de si es él o no. En el aeropuerto, en el taxi al hotel, en algún restaurante o hasta en la misma platea del estadio. “Dicen que es un doble”, “cuentan que murió de sobredosis y fue reemplazado” y “las otras veces ya trajo copias” son algunos de los comentarios que escucho murmurar en la platea mientras espero el show. Pero todo eso se acalla cuando las luces se apagan: de repente, sale el sol. Y brilla más que nunca. En cuanto empieza a cantar, ya no hay dudas: es él. Podrá cambiar de estilo musical o podrá mutar su físico, pero es claro: Luis Miguel solo hay uno.
Son las 19.59 del sábado en el Movistar Arena de Buenos Aires. Por la veda electoral, se anunció que el sexto concierto del Sol de México en Argentina empezaría puntual. Y así fue: a las 20 -y mientras el mundo polemiza sobre su figura- él sale a escena. De traje, sube al escenario por un elevador. Las trompetas que lo presentan quedan en segundo plano frente a los gritos del público, eufórico y listo para disfrutar de una noche inolvidable. Enérgico él, baja corriendo las escaleras para encontrarse con sus fanáticos. Y sin mediar palabra, comienza a hacer lo que sabe: cantar. En la platea, la imagen eriza la piel. De vincha con luces, una fanática llora sin parar; un padre sube a su nene (de tres años) en hombros para que pueda ver mejor y una pareja treintañera se abraza al son del primer tema. En familia y entre amigos, se renueva el idilio eterno entre Luis Miguel y los argentinos.
Volver...
“No sé qué está pasando/ que todo está al revés/ que tú ya no me besas/ tal como ayer”, son los versos que dan comienzo a dos horas y 20 minutos de concierto. Es cierto: “Micky” no habla con el público (pronunciará cerca de 30 palabras, en total), pero no es porque no sea el de verdad, sino que prefiere usar su tiempo para cantar. Al hilo, a ese “Será que no me amas” (con coreo incluida), le siguen “Amor” y “Suave”. Luego llega la primera balada y los presentes estallan: “Culpable o no” es la canción que más emociona a los jóvenes, muchos de los cuales han descubierto al ícono musical por su serie. Los sub-30 apoyaron la venta de entradas y aportaron al sold out de las 10 presentaciones del intérprete en la Argentina; conocen a la perfección sus luces y sombres, y lo aplauden con emoción.
Bueno, todos lo festejan con mucha emoción. Es la primera gira que realiza luego de su biopic (terminó en 2021), serie que revivió su carrera. Verlo entero, físicamente renovado y vocalmente insuperable, alegra a todos, a los que conocieron al primero o al último de todos estos Luis Miguel. Sí, es cierto, en algunas canciones esquiva los tonos altos que lo hicieron famoso, pero la esencia esta allí; y si cerrás los ojos, suena casi como en aquellas versiones de estudio. Si lo mirás con atención, hace los mismos gestos y los mismos pasos de baile que hacía en su juventud. Y hasta se pelea (ahora muy sutilmente) con el sonidista.
La lista sigue con “Dormir contigo”, “Te necesito”, “Es por tí”, “Hasta que me olvides”, y “Dame”. Pasado ese bloque, un subibaja de sentimientos, llega el primer medley. Es que, a lo largo de todo el show, El Sol realizará varios popurrís para interpretar la mayor cantidad de éxitos en directo. En total, canta 45 canciones.
Sueño cumplido
Sentado por primera vez, homenajea sus “Romances” (tres discos, lanzados en 1991, 1994 y 1997). “No me platiques más”, “Usted”, “Inolvidable”, “Por debajo de la mesa” y “No sé tú”. A continuación, sorprende a los presentes con un repertorio de tangos: interpreta una deliciosa versión de “Por una cabeza” (inédita en su discografía) y sigue con “Volver”, “Uno” y “El día que me quieras”. Cuando los bandoneones dejan de sonar, él sale unos segundos de escena. Se proyecta la figura de Michael Jackson y empieza a sonar “Smile”, una canción del Rey del Pop. Luismi la grabó en español, y se da el lujo de cumplir uno de sus mayores sueños: cantar en directo con Jackson. Esa colaboración era uno de los mayores anhelos del Sol de México, y aunque estuvo muy cerca de concretarse en la década de 1990, se truncó. Lo que no lo logró la compañía discográfica, lo consiguió la tecnología.
También recuerda a Frank Sinatra con “Fly me to the moon”, tema que grabaron juntos en 1993. Sus fanáticos más acérrimos se levantan y aplauden de pie. Saben -los que vieron la serie también- lo que significó ese dueto en la vida de “Micky”. Igualmente, no hay mucho más lugar para la emoción; en un abrir y cerrar de ojos, sigue la lista: “Un hombre busca a una mujer”, “Fría como el viento” y “Tengo todo excepto a tí”, terminan por demostrar que el artista está en el mejor momento de su vida. Y, por si alguien lo pregunta, no, no es playback. Canta como quiere y modifica la melodía de todas sus canciones; incluso, se anima a hacer la segunda voz mientras su público canta. Es increíble. Y es obvio que es él: cuando en “La bikina” grita su tradicional “¡Mi mariachi!”, el estadio tiembla. Y ni hablar cuando homenajea a su país con rancheras. Ah, es que hay que destacar un detalle: al artista lo acompaña una banda pop, pero además hay saxos, trompetas, un bandoneón, una orquesta de mariachis y hasta un dueto que baila tango. Trae todo para realizar un espectáculo de calidad internacional.
Una fiesta que sigue
A lo largo del concierto, y con cada uno de estos bloques, se confirma la teoría de que hay más de un Luis Miguel, todos dentro de la misma persona. Cerca del final reaparece el primero, ese que conquistó una generación, ese que con 12 años pisó también suelo tucumano.
“No me puedes dejar así”, “Palabra de honor”, “La incondicional” y “La chica del bikini azul” unen al hombre de 53 con el adolescente que enamoró al mundo latino. Ya con el final anunciado, rompe el blindaje que lo rodea, se acerca al público y saluda a más de una fanática. “Les está dando la mano. ¿Te imaginás? Eso no te lo olvidás más”, destaca un espectador. Pero es probable que ninguna de las 120.000 almas que lo verán en esta gira se olviden de este concierto, con, quizá, el Luis Miguel más real de toda la historia.
Todavía restan tres presentaciones de El Sol de México en el Movistar Arena (hoy, mañana y el viernes). Pero la fiesta no termina acá: ya se han anunciado presentaciones para el 2024, dos en Buenos Aires y (por el momento) una en Córdoba. Se espera que se agreguen más fechas. ¿Volverá a Tucumán?
Cantando en Tucumán: el cantante visitó varias veces la provincia
Cuando se anunció el tour 2023 de Luis Miguel, los rumores sobre que el artista podría pisar suelo tucumano empezaron a circular. Por supuesto, hubo quienes lo negaron. No se dio en esta ocasión, pero sí es cierto que Luismi ha venido en varias oportunidades a la provincia. Su primer concierto fue el 24 de febrero de 1985, en el Club Central Norte. En esa ocasión, recibió a LA GACETA en el hotel y reflexionó sobre sus canciones: “Mi música lleva un mensaje que quiere transmitir amor y paz”, dijo a este medio. Esa no fue la primera vez que caminó por la provincia: en 1983 (con 12 años) vino a promocionar su disco “Un sol”, que aquí también se conoció como “1+1=2 enamorados”. En esos años, también volvió a presentarse en Villa Luján y en la Estación Experimental: cantó en Tucumán en 1985, en 1986, en 1992, en 1993 y en algunas ocasiones más... pero su primer gran concierto fue el 17 de noviembre de 1994 en la cancha de Atlético. Volvió al año siguiente, pero pasaron casi 20 años para que él regresara a esta provincia: su último show en Tucumán fue el 4 de noviembre de 2014, en el Club Central Córdoba.