Máximo Thomsen, uno de los ocho condenados por el crimen de Fernando Báez Sosa, cometido en enero de 2020 en la localidad balnearia de Villa Gesell, insistió hoy en que no planearon matar a Fernando ni tuvieron intención de hacerlo, al declarar durante la audiencia que se realizó ante la Sala II del Tribunal de Casación Penal bonaerense, en La Plata, en la que las partes que intervinieron en el juicio por el homicidio respaldaron sus recursos de apelación.
Thomsen, de 23 años, fue el único de los jóvenes condenados que optó por hablar ante los jueces Mario Kohan, Fernando Mancini Hebeca y María Florencia Budiño, y entre sollozos cuestionó además la legalidad del proceso desde su inicio, en línea con los planteos realizados por la defensa.
El joven aseguró que no tuvieron intención de asesinar a Báez Sosa en la madrugada del 18 de enero de 2020 frente al boliche Le Brique, tal como hizo durante el juicio realizado el último verano ante el Tribunal Oral Criminal (TOC) 1 de Dolores, y reiteró los cuestionamientos a las actuaciones judiciales, especialmente en las primeras horas de la investigación.
En la audiencia realizada desde las 11 en el primer piso de la sede judicial, en calle 43 al 800 de La Plata, estuvieron también Enzo Comelli, de 23 años; Matías Benicelli, de 23; Luciano Pertossi, de 21, y Ciro Pertossi, de 23, sentenciados a prisión perpetua, y Blas Cinalli, de 22; Ayrton Viollaz, de 24, y Lucas Pertossi, de 24, quienes recibieron una pena de 15 años de cárcel.
Los condenados arribaron cerca de las 10 a la sede de Casación Penal, trasladados por personal del Servicio Penitenciario Bonaerense, en lo que representó su primera salida de la Alcaidía 3 del penal de Melchor Romero, desde que terminó el juicio, el último 6 de febrero.
En la audiencia intervinieron en primer término la fiscal ante el tribunal, María Laura D´Gregorio, y los abogados que representan a la familia de Báez Sosa, Fernando Burlando, y Fabián y Facundo Améndola A lo largo de dos tramos de media hora, tanto la acusación pública como la particular insistieron en sus planteos de que se confirmen las cinco prisiones perpetuas dictadas por los jueces María Claudia Castro, Emiliano Lázzari y Christian Rabaia, y que los jóvenes que recibieron una pena de 15 años como “partícipes secundarios”, también reciban la pena máxima.
Al finalizar la audiencia, Burlando se mostró confiado en que la condena a perpetua “será a los ocho”.
”Creo que el tribunal va a dictaminar lo que corresponda, vemos en la sentencia algunas fallas en los razonamientos y de hecho tanto la fiscalía como la defensa han esgrimido esos errores. Creo la condena será a los ocho y no lo contrario”, dijo. Y agregó: “No hay un plazo establecido, creo que los jueces van a hacer una lectura muy a conciencia de todas las presentaciones y después van a resolver como hace este tribunal en todos los casos”.
Por parte de la defensa, en la audiencia habló casi una hora Horacio Henricot, que acompaña a Hugo Tomei, y cuestionó la legalidad del proceso, en línea con el recurso de apelación y con los planteos de nulidad realizados desde el inicio de la causa y durante el juicio. En ese sentido, pidió que se declare la ilegalidad del procedimiento de imputación de las horas posteriores a la detención de los acusados, y cuestionó la actuación de la fiscal Verónica Zamboni y de los jueces de la Cámara de Apelaciones de Dolores.
En línea con el recurso presentado por Tomei, Henricot planteó la violacion al principio de congruencia de la sentencia, y pidió que se aplique la figura del “homicidio en riña” para los casos de Thomsen, Comelli, Benicelli, y Luciano y Ciro Pertossi, sentenciados a perpetua, y la absolución para Cinalli, Viollaz y Lucas Pertossi.
En la audiencia habló también la madre de la víctima, Graciela Sosa, quien pidió “justicia” por su hijo. Silvino Báez, padre del joven asesinado, dijo al salir de la sede judicial que estaban “muy tranquilos” y con “mucha confianza”, y que no vio que los condenados se mostraran “arrepentidos de lo que hicieron”.
En cuanto a la declaración de Thomsen, Báez señaló que “hablaba sollozando”, y que “trata de zafar de esto pero están en un lugar muy complicado”.
Fernando Báez Sosa fue asesinado la madrugada del 18 de enero de 2020 a la salida del boliche Le Brique, en Villa Gesell, tras ser atacado a golpes por un grupo de jóvenes que acababan de ser expulsados de la disco. Horas después del homicidio, los ahora condenados fueron detenidos en la casa de veraneo que alquilaban a pocas cuadras de la escena del crimen, y quedaron alojados desde ese momento en la Alcaidía 3 de Melchor Romero.