Al contrario del masivo ausentismo que hubo en las elecciones provinciales, en la jornada de hoy no hubo más de tres autoridades faltantes por escuela en la Capital. La mañana se desarrolló de manera tranquila, la gente sentía confianza al votar -pese a la apatía- y no se detectaron mayores problemas.
A las 8 en punto, el colegio San Francisco ya había abierto sus puertas. “La gente viene y vota tranquila. A comparación con las de junio, estas (elecciones) están fabulosas”, dijo María Julia Martínez, directora de la institución.
Lo que más se percibió fue la baja cantidad de fiscales por mesa; algo que no se vio el 11 de junio. Había entre tres a seis personas desempeñando esa tarea y pertenecían a los principales partidos políticos.
Cerca de las 9 de la mañana, Graciela Zallago salía de votar aliviada porque no le tomó más de 15 minutos. “Vine, pasé y me desocupé. Todo está muy tranquilo”, resaltó. Además, indicó que, al haber menos boletas que en las elecciones anteriores, las filas avanzan más rápido.
Mayor organización
Martínez también se refirió al tema y explicó: “Acá eran 105 partidos y teníamos que poner dos aulas (de fiscales) para una mesa, porque eran como 30”. Resumió diciendo que las elecciones nacionales “tienen otra modalidad, otra forma de trabajo” que hace que la jornada electoral se desarrolle de manera más organizada.
En el San Francisco faltaron sólo tres presidentes de mesa, los cuales pudieron ser reemplazados por vocales de la misma institución. “La vez pasada sólo tuve un presidente de mesa y dos vocales. Participé como delegada en cuatro elecciones y en la única en la que tuve problemas fue en la anterior, la provincial”, manifestó Martínez.
Así también lo dijo Agustina Ypa, presidenta de mesa, que aseguró que le gusta participar como voluntaria porque “es un día en el que salís de lo normal”. Por lo general, “el problema de las elecciones provinciales es la cantidad de boletas y de fiscales, pero en las nacionales todo anda bien”, confió.
Acarreo de votantes
En las calles empezó a haber movimiento de tránsito alrededor de las 10, pero aún así no se detectaron vehículos diferenciados por logos de animales trasladando electores. Sólo afuera de la escuela José Marmol, en Rivadavia al 500, se vio un auto con la designación: “Auto 7 - Distrito Capital”.
Dentro de la institución no se veía a más de tres personas por fila en cada mesa. Ya había pasado una hora y media desde que abrieron sus puertas y Ana Lourdes Leguizamón estimó que en su mesa habían votado recién alrededor de 15 personas.
“A esta hora está muy tranquilo siempre, durante el almuerzo también. Nosotros fuimos la primera mesa en arrancar, a las 08:02”, dijo, mientras recibía el DNI de una persona mayor.
En la mesa de al lado, Josefina Lescano confesó que “tenía miedo que la jornada sea como la de las elecciones provinciales”. Al ser su primera vez como presidente de mesa, desconfiaba de poder mantener la calma en los electores.
“Es mi primera vez. Cuando vine a votar en las provinciales hasta gritos había, estaba todo muy desorganizado. Ahora, por suerte, muy tranquilo. La gente entra, vota y sale. No hay problemas de nada”, sostuvo.
En esa escuela, casi todas las mesas tenían una sola autoridad porque los vocales habían sido trasladados a otras bancas para cubrir algunas ausencias.
En Elmina Paz de Gallo, donde la fila de gente afuera del establecimiento daba una vuelta entera en la vereda formando una “U”, no hubo mayores demoras. “En junio hubo problemas porque habían faltado muchas autoridades; de 10 mesas que había, teníamos ocho ausentes. Ahora es al revés; ocho sí se presentaron y hubo sólo dos faltantes”, explicó Patricia Albornoz, directora de la institución ubicada en Villa 9 de Julio.
Para las 10:30 de la mañana, ya se podía detectar un movimiento mayor de gente. “Siempre se ve gente, pero por lo general no se amontonan. Las nacionales son así; no sé si tendrá que ver con la organización o con la forma en la que convocan a la gente en las provinciales, con premios”, cuestionó la delegada.
Resaltó, además, la falta de capacitación a las autoridades de mesa, que realizan su trabajo “desconfiados e inseguros, con miedo de hacer mal las cosas”.
Un ejemplo de responsabilidad a la hora de cumplir con el deber cívico es el de Marta Paula Miranda, una señora mayor que aseguró que “nunca dejó de votar”. “Es mi deber. Ahora vine temprano con mi sobrina, que me acompañó porque yo no puedo caminar. Aún así siempre vengo, es importante. Sólo así hacemos la diferencia”, sostuvo.
En la escuela Alberdi, en tanto, los electores valoraron los tiempos de la jornada. Todo se movió con mayor rapidez y orden. “La anterior elección fue un caos tremendo. Había largas colas de gente, estuve más de una hora parada afuera”, reclamó Magui Albornoz.
Reflexiones
Aún así, la mujer consideró que el voto es un deber del que ningún ciudadano debería alejarse. “Mientras pueda hacerlo, voy a venir. Todos tenemos que colaborar para que cambie algo en el país y que las cosas mejoren”, compartió.
Siguió su línea de pensamiento Martin A., de 27 años, que resaltó que lo más importante es la participación. “Más allá de la ideología que siga cada uno, lo necesario es expresarlo y que tu voto cuente. No importa quiénes son los candidatos, importa que cada persona participe”, reflexionó.
A su par estaba Liliana, su mamá, que subrayó que es una idea que desde niño intentaron inculcarle. “Para nosotros (por ella y su esposo) siempre fue importante cumplir. Siempre significa algo. Te toma sólo un momento llegar y entregar el sobre, aunque las elecciones pasadas llevaron más tiempo, pero hay que estar”, comentó la mujer.
Asimismo, Fermín Díaz dijo: “Tenemos que votar porque sino vamos a seguir como estamos, en lo mismo. Hay que presentarse y emitir nuestras opiniones”.
Y agregó una valoración a la jornada electoral de hoy, distinta a la de las elecciones provinciales. “Ahora no hay tanto acarreo y la gente vota por su propia voluntad. Antes los autos se paraban trayendo gente y no se podía pasar, entorpecían la jornada. Ahora no fue así”, admitió.
En la escuela Guillermo Griet, en Villa Amalia, fue en la que más movimiento se vio; el mediodía se acercaba y cada vez llegaban más personas. El director Raúl Fernández organizaba el paso de los electores haciéndolos ingresar de a cuatro al sector de las aulas.
“Se está llevando todo con normalidad, estamos organizando un poco por la cantidad de gente, pero no hay mayores inconvenientes. En la anterior hubo mucho ausentismo de autoridades y ahora sólo faltaron dos”, sostuvo.
Josefina Ruiz, de 32 años, dijo que aunque “no cree mucho en los políticos de hoy”, prefiere cumplir con la responsabilidad cívica. “De la gente que yo sé, más o menos de mi edad, todos tenemos nuestras dudas respecto a los candidatos. Pero siempre es así, más de lo mismo”, aseguró.
Sin embargo, indicó que se trata de una cuestión de “respeto al país”. “Si nosotros queremos tener un buen país, que crezca, hay que ser responsables y tenerle respeto. Es una actividad más que hay que cumplir, después de 40 años de democracia”, consideró la joven.