Mientras para algunos ser autoridad de mesa es casi un castigo, para otros es un deber importante. Tal es el caso de Huerto Agüero, que a sus 40 años, cumple una nueva elección como autoridad. En este caso, como presidenta de urgencia, ya que debía ser vocal, pero la máxima autoridad de su mesa faltó.
"Fui autoridad en todas las elecciones desde que tengo 18 años", relata Agüero a LA GACETA, ante un escenario tranquilo en su mesa de la Escuela Alejandro Heredia, de Tafí Viejo.
Espóradicamente aparecen uno, dos votantes, pero el movimiento es muy calmo; considerablemente menor al de las elecciones provinciales, asegura Agüero. "Había muchísimos fiscales, y mucha gente ya desde el principio", ahonda en la comparación.
"Es una carga pública, es importante. Lo hago porque creo en el sistema democrático", afirma Huerto, que es abogada, y que se dedica a la actividad comercial. Además, remarca que no pretende registrarse en ningún partido político, pese a la importancia que le da a la democracia. "No me siento identificada con ninguno", sentencia.
Y si ya el hecho de ser autoridad de mesa elección tras elección demuestra un compromiso cívico remarcable, ni que hablar la decisión que tomó Agüero sobre el pago que se realiza por esas tareas. "No lo cobro", revela, sin inmutarse, como si fuera lo más cotidiano del mundo.
"Estoy un poco cansada de que la carga pública caiga siempre en mí", reconoce Huerto, sobre la responsabilidad que asume en cada comicio. Si embargo, con una sonrisa, buena predisposición, y con eficacia y agilidad, se dispone a continuar su labor por el resto del día, sin emitir quejas.
(Producción periodística: Joel Katz)